Xiomara Jiménez
Tras un programa de saneamiento de varios espacios públicos de la ciudad, el mural “El Mito Amalivaca”, de César Rengifo, recupera su rostro de pieza artística patrimonial.
El traslado de las ventas ambulantes hacia los pasillos externos de las Torres del Centro Simón Bolívar (CSB), favoreció notablemente la apreciación del mural «El Mito de Amalivaca», de César Rengifo.
Los cambios favorables se constataron tras una visita realizada a finales del mes de enero de 2016, y luego de un recorrido por la muestra encomendada al curador Félix Hernández, (Galería de Arte Nacional) con motivo del centenario del nacimiento del artista, y como parte de un “proyecto de Estado , según refirió el propio Hernández, quien aspira a elevar a la reconocida figura de las artes plásticas venezolanas al Panteón Nacional.
La visita al monumento forma parte de una iniciativa de la Fundación William Niño, organización que preside Esperanza Niño Araque, hermana del arquitecto fallecido en diciembre de 2010, en Caracas. Uno de lo cometidos de esta fundación es realizar una serie de exposiciones valorativas de diversos monumentos patrimoniales de la ciudad, tema de sumo interés para el arquitecto e investigador, quien dedicó gran parte de su labor a esta misión de reconocimiento sensible de Caracas.
Esperanza Niño destacó la importancia de la pieza de tradición indigenista, realizada por Rengifo, en medio del carácter y estilo Modernista de la edificación.
En el año 2006 se iniciaron varios proyectos de recuperación de la zona y el reacondicionamiento de la obra.
La arquitecta Dulce Medina, actual directora de Fundapatrimonio, organismo que desde hace varios años mantiene en custodia gran parte de las obras del Municipio Libertador (sector donde se ubica el mural de Rengifo), aclaró que el informe, así como la documentación sobre los trabajos realizados en el mural, por considerarse una tarea de vieja data (2006), pasaron al archivo muerto de la fundación.
No fue posible obtener detalles sobre la restitución de las piezas faltantes ni su procedencia (los mosaicos originales eran de fabricación italiana). Tampoco se sabe cómo se hará la reposición de los azulejos dorados o cuáles fueron las técnicas de limpieza aplicadas, además de otros elementos relacionados con la iluminación.
Dulce Medina dejó en claro que en Fundapatrimonio nunca se ha tenido manejo público de este tipo de archivos. Sin embargo, reconoció la importancia que la información tendría para los especialistas e investigadores.
Tal como lo refiriera, en su momento, el propio César Rengifo (en la edición de memorias compiladas por la Universidad de los Andes en 1989) , la pared ofrecida para el desarrollo de este mural suponía un reto debido a su extensión y a su curvatura, y en efecto el artista asumió esa disposición como un desafío creativo.
Desde el reacondicionamiento ejecutado en el año 2006 por los arquitectos Carmen Fermín y Danilo Schrahe, miembros actualmente retirados del equipo de conservación de Fundapatrimonio, toda la superficie de la obra se ha mantenido en buenas condiciones.
Fuentes consultadas:
- Arquitecta Dulce Medina, directora de Fundapatrimonio
- Félix Hernández, curador de la Galería de Arte Nacional
- Esmeralda Niño, presidenta de la Fundación “William Niño”.
- “Amalivaca”. En Diccionario de Historia de Venezuela, Fundación Polar, 1988.
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