El hampa regresa para terminar de destruir el Ford T y otros bienes del MTC, a escasas horas de haberse publicado en esta página la denuncia del continuado saqueo a esa institución patrimonial.
Nilda Silva Franco. 30/4/2017.

La barbarie no da tregua. A escasas horas de haberse publicado el reportaje Saquean el Museo del Transporte de Caracas, el hampa regresó para, con mayor violencia, terminar de destruir el Ford T de 1914; sí, el mismo de la foto principal de ayer (29 de abril), al que se le veía el parabrisas roto. En vez de la policía, llegaron los hampones por la noche como quien se regresa a rematar a su víctima. También destruyeron otras joyas del apreciado museo.

Alfredo Schael, director de la Fundación Museo del Transporte Guillermo José Schael (FMT), nos envía el reporte del inaudito hecho: “Lamentamos informar este domingo 30 de abril de 2017 lo siguiente: entre la noche del sábado 29 y el amanecer del domingo 30, una nueva incursión del hampa dejó el saldo siguiente: desprendimiento total y robo del radiador de uno de unos de los Ford T (lo que habían dejado la última vez) y de tres faroles de coches”. Esto, a pesar de que el CICPC ya está al tanto y haciendo las actuaciones pertinentes, según refiere el director de la FMT: “He conversado con el director de este cuerpo, y está comprometido a llevar la investigación hasta sus ‘últimas consecuencias’ mientras adelantamos otras diligencias”.
No se imaginaba el sociólogo Ernesto Roa Carrero, administrador de la cuenta de FB Gran Ferrocarril de Venezuela, que su exhorto “Exigimos seguridad para el Museo del Transporte”, a partir del cual Iam Venezuela empezó la investigación sobre el desvalijamiento sistemático de la institución afectada, tendría este segundo alarmante episodio.

Era el 30 de marzo de 2017 cuando Roa Carrero denunciaba desde Facebook que habían sido hurtados “unos 30 metros de los pasamanos de bronce de la escalara que da acceso al Museo desde el Parque Francisco de Miranda. («¦) El remate superior de la balaustrada que ha perdido uno de sus encantos, el pasamanos de bronce, tenía más de 45 años instalado, especialmente fabricado a la medida para servir como pasamanos o apoyadura y acabado de las escaleras que circundan la sección posterior del reloj que data de tiempos de Joaquín Crespo, fijo en la plaza central del museo desde hace el mismo tiempo”.
En ese entonces solicitaba “Investigar en los establecimientos dedicados a la fundición de metales o el seguimiento a los aguantadores de objetos de procedencia de hurtos, robos, arrebatones y otros delitos, bastaría para resolver este asunto, como también es el desmantelamiento de las placas metálicas de identificación que exhibían las plazas del municipio Chacao, donde la acción de los delincuentes no cesa ni es menor que en el municipio Sucre ni en otras zonas de la capital”.
Pero nada sucedió. A un mes de la denuncia, mayores han sido los destrozos y hurtos. Y la nota de ayer en esta página, de la que se hicieron eco medios como Elestímulo.com, Elpitazo.com, Runrun.es y redes sociales, no hizo más que soliviantar la impunidad que dio el desafiante zarpazo contra el pobre Ford T y otras reliquias. Está claro que el MTC tiene muchísimos amigos. Pero también algunos poderosos enemigos»¦
Una “trama subterránea”
Como advirtiéramos en el desarrollo de la nota de ayer, este robo de marzo fue apenas uno de los tantos que abultan la escandalosa lista de hurtos y daños perpetrados contra la institución. Sumados a los delincuentes comunes, otros más poderosos se ceban contra el MTC, de lo que da cuenta Schael: «La vida del Museo del Transporte la mantiene amarrada una trama no tan oscura aunque subterránea, apoyada en sectores gubernamentales y funcionarios. La disfrutan holgadamente, al margen de lo establecido en contratos vigentes, el Consorcio Fonbienes y la empresa de transporte de pasajeros Peliexpress, C. A., gracias a sus influencias ejercidas ante autoridades del Ministerio de Ecosocialismo y Agua. Cada una de estas empresas ocupa legalmente, pero sin cumplir las obligaciones contraídas con la FMT, las porciones extremas norte y sur del terreno de la nación que, gracias a un comodato, sirven de asiento al museo».
Un problema judicial y administrativo que data de junio de 2008: «Todo comenzó, recuerda Alfredo Schael, cuando una ministra ordenó el ‘desalojo inmediato’ del Museo del Transporte, iniciativa apoyada por otro ministro de la época, Alejandro Hitcher. El presidente Hugo Chávez les dio ‘un parao’ al instruir sobre el asunto al ministro para la Cultura, el historiador y profesor universitario Pedro Calzadilla, quien actuó en consecuencia además por responsabilidad propia como hombre de la cultura, de la historia y de las letras. Sin embargo, opera por debajo cuerda una trama gubernamental, más oficiosa que oficial, protectora de los intereses crematísticos de empresarios que se comportan contra el Museo del Transporte cada vez que dejan, mes tras mes, de atender las obligaciones formales que mantienen con la Fundación Museo del Transporte. Los funcionarios que han querido ayudar (…) se estrellan contra la pared. Resultado: lo legal, lo justo, necesario y conveniente al propio Gobierno, como a todos los venezolanos, afecta intereses que, al final de cuentas, contrarían el deber del Estado de brindarle protección al patrimonio histórico representado en cada una de las colecciones”.

El director del museo, quien afirma que actuará con todos los instrumentos legales a favor de este bien patrimonial del país, deduce lo que está a ojos vistas: “Se obra entonces contra el Gobierno -como lo entendió el presidente Chávez- cuando los ciudadanos, que no son tontos, deducen que si el Estado permite que se burlen los acuerdos, desconozcan los contratos, y que funcionarios y empresarios tejan contratos paralelos, etcétera; de lo que se trata también es de la conspiración contra algo perteneciente a la gente, al pueblo venezolano y a la comunidad internacional interesada en que se respete y vele por la diversidad de los patrimonios tangibles o no”.
El único bando es Venezuela
La persistencia de esa situación sin contar el museo con apoyos para resolverla, “hace difícil mantener el museo en la forma debida incluido, de modo primordial, garantizarle lo que merecen los pocos trabajadores con quienes cuenta para todo cuanto hay que hacer cada día de la semana, incluidos los domingos, cuando unas 1000 personas visitan el museo”.
Tras una y otra denuncia, el director de la FMT se adelanta a la sospecha política en un país que chapalea en el charco de la ideología: “Que nadie se imagine que estamos contra el Gobierno ni abrazamos otra bandería diferente al país en que nacimos y al cual nos debemos («¦). Ante lo que nos situamos es: negligente actuación de los responsables de brindarnos seguridad e investigación posible para darle lo que se merecen los delincuentes. La indiferencia de los funcionarios que deberían responder a la solicitudes de justicia; no de dineros públicos porque el museo, tan apreciado por la gente, es capaz de generar sus propios medios de vida si se hacen respetar los convenios (suscritos con los señalados Consorcio Fonbienes y Peliexpress, C. A.) que deberían proveernos mes tras mes de los recursos para ocuparnos de lo que tenemos y debemos hacer eficaz y honestamente, como sabemos y nos impone nuestra honradez personal, que no cambiamos por nada”.
Alfredo Schael, como buscando alentarse a sí mismo para que no cunda el desaliento ni entre los trabajadores ni el público al cual sirve la institución que dirige, afirma: “En medio de la tempestad que va para largo (desde 2008), nos mantenemos con el mismo espíritu de emprendimiento, fortaleza espiritual, dando la cara y procurando la defensa del patrimonio histórico como del espacio que legal y debidamente documentado ocupa la FMT desde que le fue transferido en 1967, para que el museo abriera sus puertas en 1970. Por fortuna, contamos con la receptividad de algunos funcionarios y, sobre todo, con el aprecio del público que llega al museo cada domingo con mucho entusiasmo y agradece los esfuerzos que hacemos por resguardar lo que nada puede reemplazar”.
Mientras la FMT lucha en tribunales y despachos gubernativos contra la componenda de empresarios y ciertos funcionarios del Ministerio de Ecosocialismo y Agua, se intensifica el impune desmantelamiento del museo, como se patentó el día de hoy. Por lo que Alfredo Schael lamenta “que tanto la Gobernación del estado Miranda (tiene policía regional), como la alcaldía del Sucre (tiene policía municipal), ambas al tanto del problema de los hurtos reiterados, al igual que los encargados del módulo de la Policía Nacional Bolivariana (con unidades de ‘Patrullaje Inteligente’), situado en la avenida principal de La Carlota, no puedan ocuparse del caso Museo del Transporte”.
Ojalá que el tercer episodio de esta nota sea para dar buenas noticias, para anunciar que la policía cumplió con su deber, y que los funcionarios que por ley están obligados a defender los bienes del país, finalmente se pusieron de lado de la legítima dueña del invaluable patrimonio que resguarda el Museo del Transporte de Caracas, la nación venezolana.
Fuentes consultadas
Entrevista oral y escrita a Alfredo Schael, director de la Fundación Museo del Transporte Guillermo José Schael. 30 de abril de 2017.
Roa Carrero, Ernesto. ¡¡Exigimos seguridad para el Museo del Transporte!!, en FB Gran Ferrocarril de Venezuela, 30 de marzo de 2017. https://goo.gl/5v0yFu. Consultado el 30 de abril de 2017.
Es lamentable que este sucediendo esta remita represión del ladronismo en nuestro país ,, especialmente en los espacios del único museo de transporte que existe en Venezuela y en muchos países, son poco los que poseen este espacio sobre la historia del transporte en general… desde su creación a servido de mucho para los niños y niñas que no conocer parte de la historia de de sus abuelos que una vez usaron esos medios de transporte, al igual que para los turistas extranjeros que busca conocer la historia local de una ciudad cómo es caracas y su provincia en general,, la destrucción ahora cuesta dinero, siendo el riesgo de perder su recuperación nuevamente,, es difícil ahora pedir dinero para su recuperación…. se que hay buenas intenciones pero todos estamos inseguros, queremos una sociedad que vuelva a la normalidad pero costara ….. me dio mucha impotencia al ver lo sucedido por este medio,,, yo disfrute cuando visite al museo porque tenia tiempo que no iba,, ese día domingo pude compartir con los coleccionistas ,,,charlar y conocer parte de la historia del museo… e imaginarme cómo sería esa época dorada de esos vehículos….