A la catedral de La Asunción hay que acercársele casi de puntillas para mitigar 60 años sin cuidados de fondo. El alcalde Richard Fermín pide su restauración y toma medidas para proteger el Monumento Histórico.
Nilda Silva Franco. 18/6/2017.
Si va a la catedral de La Asunción deje el carro a unas cuadras, en su perímetro no toque la corneta ni por error; evite alzar demasiado la voz cuando se acerque a ella y, al entrar, preferiblemente hágalo de puntillas, se le agradece si se quita los zapatos; ya adentro, que solo el murmullo del recogimiento espiritual y la oración allane sus recintos; si lo que quiere es rumbear cerca de la centenaria iglesia, váyase con su música a otra parte. No, no estamos de vuelta a la fervorosa devoción de antaño, es una muy pragmática manera de mitigar la precariedad de esta edificación de casi cuatro siglos que hoy sucumbe a décadas de desidia.

La catedral Nuestra Señora de La Asunción, uno de los templos más antiguos de Venezuela, está para mirar y no tocar tras años de omisión institucional; negligencia remarcada por el potente foco de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, que se promulgara en 1993 para evitar precisamente que los bienes culturales del país, recipientes del gentilicio, llegaran al estado de vulnerabilidad que hoy tendría esta joya arquitectónica de la isla de Margarita.
El grito al cielo lo dio el alcalde de Arismendi, Richard Fermín, cuando desde las redes sociales de la alcaldía y la prensa local instaba recientemente al Instituto del Patrimonio Cultural, IPC, a abocarse a la restauración de un inmueble que ha resistido en pie por 396 años, pero que a juzgar por las medidas operadas desde el jueves 15 de junio por el municipio, parece tener la fragilidad del cristal: prohibición de tocar cornetas o circular en vehículos automotores por la contigua calle Independencia, para distanciarlo de la vibración del tráfico que estremece sus cimientos; prohibición de hacer por la redonda espectáculos de envergadura que lo expongan a altos decibeles; tampoco está permitido prender fuegos artificiales en sus adyacencias, ni detonar cohetes, ni ningún tipo de artefacto que pueda afectar las bases de la debilitada estructura (aunque el alcalde no lo mencionó, se da por sentado que aquí se incluye el grueso estruendo de perdigones y lacrimógenas).

“La calle será cerrada desde el próximo jueves”, decidía el alcalde de Arismendi el viernes 9 de junio, “… y dispondremos de fiscales de tránsito en las calles que ahora serán el desahogo de la vía. Los cambios generan resistencia, pero estamos dispuestos a afrontarla”.
El argumento para el incómodo anuncio es el “serio daño estructural que amenaza a la catedral, situación que tiene más de 40 años”, y que, afirma el jefe edilicio, fue diagnosticado en un informe de 2004, donde no salieron bien paradas ni las autoridades encargadas de resguardar ese patrimonio histórico, ni la misma ciudadanía, quien ha hecho “un mal uso” del templo. “El Gobierno municipal tomó esa medida, alega Fermín, en virtud de las probabilidades (de) que el daño contra la estructura de nuestro principal icono religioso se acelere debido al intenso tráfico por esa calle que enlaza el transporte público como vía hacia el norte de la isla”.

Abandono monumental
Esta iglesia, sucesora de la primera edificada en bahareque por el visitador de la orden de Santo Domingo, fray Juan de Manzanillo en 1571, fue construida entre 1609 y 1621 por el gobernador don Bernardo Vargas Machuca; desde entonces es apropiada por los lugareños como uno de sus más entrañables símbolos espirituales y emblema del neoespartano municipio Arismendi.

La edificación, que actualmente colinda con la calle Independencia y la plaza Bolívar, se despliega en un rectángulo de 17 metros de ancho por 48 metros de largo. Tiene dos entradas laterales y una frontal, y uno de sus puntos de interés es el campanario de cuatro pisos adosado a una de sus fachadas, al que el reconocido arquitecto y divulgador de información sobre patrimonios culturales del país, Graciano Gasparini, calificaría en 1976 como “el único construido y terminado en Venezuela en el siglo XVI”. Sin embargo, otras fuentes indican que la capilla mayor, la sacristía, la torre y el campanario se terminaron de construir el 6 de junio de 1699.

En todo caso, en su persistente sencillez de cal y canto colonial resalta su “entrada de corte renacentista”, según registra el IPC en su Catálogo del patrimonio cultural venezolano 2004 -2006. Municipio Arismendi, estado Nueva Esparta, al tiempo de suscribir que esta catedral “marcó el comienzo de la arquitectura religiosa colonial”. Con tantas credenciales, fue declarada Monumento Histórico Nacional por el Estado venezolano en Gaceta Oficial Nº 26 320, del 6 de agosto de 1960.
Pero la catedral no parece recibir la atención institucional que reclaman su historia, su simbolismo espiritual, y el gentilicio sostenido por sus cimientos, según el reiterado llamado municipal al IPC para que estudie su restauración. Ya en abril pasado se informaba en el diario El Universal que “… la alcaldía de La Asunción solicitó al Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) del país que programara una revisión para evaluar la posible restauración del templo, dados sus años, sin embargo la misma aún no ha tenido respuesta”.
Llamado que el alcalde Richard Fermín reitera en este junio: “La última restauración que se le hizo fue hace 60 años, solicitamos al Instituto del Patrimonio Cultural que deje la indiferencia y atienda este icono asuntino”; solicitaba además que expertos “se aboquen a hacer estudios a profundidad, de manera que se haga la restauración definitiva de ese patrimonio”.
Fueron infructuosos los intentos de IAM Venezuela de comunicarse con el IPC para recoger su versión sobre este pedido municipal y del estado mismo de la estructura patrimonial. Seguiremos intentándolo para actualizar, con su experticia, la presente nota. Esperamos, junto con la alcaldía y el pueblo asuntino, la respuesta de este organismo oficial.
Quién quita que se termine con el monumental abandono del principal recinto de la religiosidad neoespartana.
Salvar un icono para salvarse
La periodista y escritora Milagros Socorro nos dice en su libro Criaturas verbales que “El deterioro de la ciudad desmedra el espíritu ciudadano”; ciertamente, con el derrumbe de los iconos urbanos se desploma también la ciudadanía, por lo que la campaña de concienciación adelantada por la alcaldía de Arismendi para preservar la sede de la Diócesis de Margarita de “daños mayores e irreversibles” es un gesto que aspira a “crear conciencia sobre el uso adecuado y el respeto a la catedral”, como alega Fermín, pero que servirá a la larga para garantizar el mismísimo futuro del gentilicio asuntino.
“Nuestro deber es mantener el icono de la ciudad y, más como asuntinos que somos, estamos obligados a resguardar nuestra catedral que es una de las más antiguas de Venezuela. Como autoridad municipal es imposible evadir la responsabilidad frente a esos riesgos, toda vez que la vida de los habitantes de la ciudad gira en torno de esa catedral, la que además es la imagen de la municipalidad”, acierta el alcalde.
De modo que paralela a las aludidas prohibiciones municipales para proteger la senil estructura de las vibraciones que la amenazan, se emprende esta campaña para la que Fermín pide distanciarse de la habitual sospecha ideológica: “Dejemos lo político, personal o circunstancial a un lado. Esto no es un capricho. Es una iniciativa que, estoy seguro, rendirá buenos frutos. El Mercado de Arte, además de ser la referencia de emprendimiento para el estado, sirvió para medir impactos sobre el cierre de la calle Independencia y arrojó buenos resultados”.
El alcalde espera que con esta decisión los asuntinos traten con el debido respeto las paredes, frontones, pórtico, escalinatas y parte posterior de la catedral. “Apelamos a la comprensión, colaboración, conciencia y responsabilidad de todos nuestros ciudadanos, tanto de quienes viven acá, como de quienes nos visitan”.

La campaña puede verse en algunos post subidos a las redes sociales de la alcaldía, como este del 15 de junio en Instagram: “Nosotros mismos podemos contribuir a mantener nuestro Patrimonio. La Catedral (sic) hace que nos llamemos como Asuntinos (sic). Ella es nuestro epicentro. Vamos a cuidarla. Respetemos lo que es y significa #CatedralSimboloDeLaAsuncion, #LaCatedralNosHaceAsuntinos”, decenas de usuarios hicieron luego comentarios de apego a la entrañable edificación.
De faltar a esta especie de pacto de caballeros, la alcaldía prevé “elevar las propuestas ante el Concejo Municipal para la creación de ordenanzas que lleven a sancionar a aquellas personas que atenten de alguna manera contra el patrimonio histórico de la ciudad capital”.
A la catedral Nuestra Señora de la Asunción conviene entrar de puntillas y en sagrado silencio. Así sea usted un ateo o un ciudadano presto a evitarse sanciones municipales, así sea por salvar a ese Monumento Histórico de la nación, así solo sea por salvarse.

Fuentes consultadas
Catálogo del patrimonio cultural venezolano, 2004 – 2006, municipio Arismendi, estado Nueva Esparta. Instituto del Patrimonio Cultural.
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Iglesias de Margarita. En Century Global Margarita / FB., 7 de abril. https://goo.gl/DEHujV. Consultado el 15 de junio de 2017.
Fermín, Richard. Vamos juntos instituciones, ciudadania y comerciantes unidos en la preservación de nuestra Catedral!#ViveLaAsuncion. En Twitter.com / @RichardFermin, 15 de junio de 2017. https://goo.gl/y5XHV8. Consultado el 17 de junio de 2017
Gómez Rodríguez, Ángel Félix. Libelo sobre la solicitud de declaratoria de La Asunción como Patrimonio de la Humanidad ante la UNESCO. En Crónicasasuntinas.com, 25 de mayo de 2017. https://goo.gl/61tfTw. Consultado el 17 de junio de 2017.
Guédez, Dexcy. Solicitan al Instituto de Patrimonio Cultural restauración de la Catedral de La Asunción. En Elsoldemargarita.com, 12 de junio de 2017. https://goo.gl/7CiniG. Consultado el 15 de junio de 2017.
Iglesia Nuestra Señora de Asunción. En Margarita24.com, https://goo.gl/a4Q756. Consultado el 17 de junio de 2017.
Jiménez Romero, Jonás. Richard Fermín: «Para que nuestra Catedral dure 500 años más, cerraremos la Calle Independencia». En Orientealdia.com.ve, 10 de junio de 2017 https://goo.gl/YCTgKz. Consultado el 17 de junio de 2017.
La Asunción. Diccionario de Historia de Venezuela, Fundación Empresas Polar, edición 2010, tomo 2. p. 870.
Los templos están listos para albergar las oraciones de sus fieles. En El Universal.com, 10 de abril de 2017. https://goo.gl/uXNRoS. Consultado el 17 de junio de 2017.
Socorro, Milagros. Criaturas verbales, Colección Literatura Hispanoamericana, Ediciones Angria, 2000. p. 35.
Catedral Nuestra Señora. En Tripadvisor.com.ve, https://goo.gl/n46cL3. Consultado el 18 de junio de 2017.
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