El sitio patrimonial fue incluido en el inventario de bienes culturales en peligro en el año 2005. Para el Estado venezolano significa un bochorno que no ha podido superar. Ni siquiera porque hoy cumple 490 años
Eva Riera. 26/7/2017.
Cada año, con motivo del cumpleaños de Coro, capital del estado Falcón, las autoridades anuncian que la ciudad y su puerto, La Vela, esta vez sí, saldrán de la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, donde permanecen desde 2005. En noviembre pasado aseguraban que para este 2017 se reivindicaría el primer patrimonio mundial de Venezuela.

Pero llegó el aniversario 490 de la ciudad y su puerto, hoy 26 de julio, y este año no fue la excepción e incluso lo dan como un hecho debido a que consideran que ya se ha cumplido con las exigencias que la UNESCO ha mantenido como condición para excluirla del inventario de sitios patrimoniales que se hallan en riesgo por omisión del Estado que lo resguarda.


Debido a su importancia histórica y cultural, en 1993 fue incluida en la Lista de Patrimonio Mundial gracias a la gestión de una comisión integrada por representantes de varias instituciones falconianas entre las que estaban la Universidad Francisco de Miranda, la Iglesia y la sociedad civil, la cual introdujo la solicitud ante la UNESCO para evitar que el avance de la oleada modernista de la época terminara de derribar las casonas de barro y monumentos coloniales que daban cuenta de cómo se vivía en Venezuela allá por mil 1527 cuando fue fundada.
La iniciativa daría sus frutos el 9 de diciembre de 1993, cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura incluyó la ciudad de Coro y su Puerto Real de La Vela, ubicados en el occidente venezolano, como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La inclusión, realizada en la ciudad de Cartagena de Indias, Colombia, se hizo según los criterios IV y V de la convención que rige el Patrimonio Mundial.
Según ambos juicios, el bien ofrece «un ejemplo eminente de un tipo de construcción o de un conjunto arquitectural que ilustra un período histórico significativo» y un ejemplo eminente de «lugar tradicional de habitación humana, representativo de una cultura y vulnerable ante el efecto de mutaciones irreversibles».

Se reafirmaba con ello el mérito de la ciudad de Coro y su Puerto Real de La Vela, del estado Falcón, «como el conjunto arquitectónico de barro más importante de Venezuela y el más valioso de la cuenca del Caribe».
Pese a que fue considerado como un triunfo inédito de la sociedad civil, los habitantes de la ciudad no percibieron su importancia, mientras que los gobernantes de turno ignoraban qué hacer frente a semejante distinción. Y, mientras se ponían de acuerdo, la ciudad y sus inmuebles de barro caían lentamente por la acción del tiempo.
Los centros históricos de Coro-La Vela incluyen 19 monumentos y 64 casonas.
La socióloga Ana María Reyes, quien elaboró el informe entregado a la UNESCO para que Coro – La Vela entraran en la Lista de Patrimonio Mundial, considera que al haber sido un logro de la comunidad, los políticos no se vieron comprometidos y no les interesó el tema. Desde entonces comenzó el deterioro de esa joya del Caribe venezolano.
También acusa que muchos dueños de estas casonas patrimoniales han sido indolentes y no les han dado el valor que tienen. Tanto en Coro como en La Vela, se cuentan por decenas las casas abandonadas a punto de caer, así como enormes terrenos baldíos donde en el pasado hubo una casona.
Magda Aguilar, presidenta del Instituto de Cultura, Patrimonio y Turismo del municipio Colina (INCOPATUR), atribuye esta conducta a “la mala costumbre de permitir que la casa se caiga para que se borre en la memoria de la gente, que piensen que hay una ruina y luego hacer lo que quieran. Es lo que llaman la cultura del progreso mal habido, la cultura del concreto».
La vaguada de 1999 contribuyó con el desplome de varias casonas, pero fueron las lluvias de 2005 las que hicieron más mella en los ya deteriorados inmuebles, uno de los cuales ocasionó, inclusive, la muerte de un adolescente a quien le cayó en la cabeza la cornisa de una pared que se desprendió.
La situación requirió que varias personas de la sociedad civil elevaran a la Unesco su preocupación acerca de la indefensión del patrimonio coriano con la intención de que el ente internacional otorgara recursos. Sin embargo, por respuesta la UNESCO incluyó el sitio patrimonial Coro – La Vela en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, lo cual fue considerado por el Estado venezolano como un bochorno del cual no ha podido librarse.
La consecuencia más inmediata ha consistido en que nuevos sitios, como Ciudad Bolívar, han tenido que esperar para ser incluidos en la lista de patrimonios culturales de la humanidad.
Arbitrariedad y postración de un patrimonio universal
La Unesco envió en 2002 a Coro y La Vela una misión de monitoreo reactivo que elaboró el primer informe donde se alertó sobre la condición de peligro en que se encontraba el sitio sobre la base de los siguientes argumentos:
- Ausencia de una estructura de manejo para el sitio Patrimonio Mundial.
- Serio deterioro en la coherencia e integridad arquitectónica y urbana.
- Falta de un plan de conservación
- Grave deterioro de los materiales, estructuras, arquitectura y coherencia urbanística
- Pérdida significativa de la autenticidad histórica y de la integridad,
- Falta de una eficaz y consolidada estructura de gestión que maneje los bienes del Patrimonio Mundial como una entidad integrada.
Se hicieron catorce recomendaciones, con la amenaza de que si estas no se acogían Coro y La Vela serían incluidas en la Lista de Patrimonio en Peligro.
En 2005 la Unesco realiza una segunda visita de monitoreo reactivo y observó que, aunque se había constituido una comisión presidencial para el manejo y conservación de Coro y La Vela, no existía aún un Plan Especial de Manejo y Protección del Patrimonio (PEMP). Como consecuencia, el sitio entró desde entonces en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro.
En agosto de 2006, la Comisión Presidencial presentó el primer Plan Integral de Conservación y Desarrollo de Coro, La Vela y sus áreas de influencia (PLINCODE) el cual contenía cinco capítulos con los lineamientos estratégicos hacia los cuales se orientarían las acciones de protección. Entre ellos destacaban el resguardo de la memoria constructiva de la cultura tradicional del barro; la promoción y asistencia técnica para proyectos de inversión; la creación de un fondo de financiamiento para los bienes; la generación de servicios públicos competentes; y la participación activa de las comunidades.
También creaba y delimitaba el área que permanecería bajo régimen de protección especial, así como la fundación de la Oficina del Plan Integral, que sería el ente encargado de velar por la aplicación correcta de las normativas.
Tras el ingreso de Coro – La Vela en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro se creó el primer Plan Integral de Conservación y Desarrollo de Coro, La Vela y sus áreas de influencia, pero no pasó del despacho de la Secretaría de la Presidencia de la República, y nunca fue firmado por el presidente Hugo Chávez, sin que hasta ahora se sepan los motivos del rechazo. Consultada al respecto, la presidenta actual de Corporación Falconiana de Turismo (Corfaltur), Vivian Goitía, se limitó a responder “por algo no fue aprobado”.
Meses después, a Coro llegaron nuevas autoridades que tomaron las riendas del manejo patrimonial y prácticamente se comenzó a trabajar desde cero.
Diez años de lentitud
Los asesores de la Unesco regresaron a Falcón y elaboraron un nuevo informe en 2008 en el que resaltaron nuevamente los avances, pero insistieron en que, mientras el PLINCODE no sea firmado por el primer mandatario y puesto en ejecución, el sitio Coro-La Vela seguirá en la vergonzosa lista. Este dictamen se repetirá los años siguientes luego del informe presentado anualmente por Venezuela.
En enero de este año, luego de evaluar el informe de diciembre de 2016, la Unesco, reiteró la necesidad de:
- Realizar un análisis más detallado de la situación con respecto a la aplicación del Estado de Conservación Deseado, en particular en las intervenciones de conservación y restauración, la integración de los conocimientos tradicionales y el apoyo a la creación de estrategias de desarrollo sostenible y los planes de uso público en las dos comunidades.
- Establecer un nuevo calendario para la aplicación de las medidas correctoras, dado que el Estado Parte reconoce que no se alcanzará el calendario establecido anteriormente en 2015.
- Fijar los límites de la zona Unesco.
- Elaborar una estrategia clara para la alineación con el Plan de Gestión y la continuación de todas las demás medidas correctoras.
- Realización de un plan de manejo que incluya un plan de riesgo con ocasión de desastres así como un sistema de drenaje adecuado para prevenir nuevos daños materiales a la propiedad.
- El mencionado plan de gestión debe contener claramente la metodología y el calendario para su elaboración y aprobación, conforme al nuevo inventario de bienes muebles, y
- Demostrar que se han conseguido suficientes recursos financieros para el proyecto.
El Comité del Patrimonio Mundial solicitó a Venezuela la presentación de un nuevo informe para su examen por esta instancia en su 42ª reunión en 2018. Será en esta fecha cuando se decida si Coro-La Vela sale de la lista.
Una mancomunidad divorciada
El sitio patrimonial protegido por la UNESCO es uno, pese a que abarca dos ciudades. De allí que su denominación sea Coro-La Vela. Esta condición ha constituido un obstáculo a la hora de las restauraciones pues dos municipalidades deben ponerse de acuerdo para actuar en función del bien común, lo cual no se ha logrado ni siquiera cuando ambas administraciones han estado en manos de alcaldes políticamente afines. Ni hablar cuando se trata de burgomaestres de oposición, como ocurrió en el periodo 2008-2012, cuando el alcalde Juan García Manaure (AD) regentó el municipio).
La UNESCO siempre ha recomendado que, para agilizar la restauración y conservación del sitio, se debe crear un ente integrado por representantes de los institutos municipales de patrimonio de ambas alcaldías: Miranda (capital Coro), y Colina (capital La Vela), uno de la gobernación (Corfaltur) y otro del Instituto Nacional de Patrimonio. Esta sería una oficina de gestión.
Además, exigió la creación de otras instancias como una oficina técnica y los institutos de patrimonio de ambos municipios, una infraestructura institucional de la que carecía el sitio patrimonial. Asimismo, pidió la aprobación de ordenanzas que reglamentaran las acciones de restauración y conservación, todo lo cual se ha ido creando, aunque no con la inmediatez que algunos quisieran ni con la eficacia para impedir el desplome del patrimonio.
Ciudadanía impotente ante el tractor oficial
A partir de 2011 varias casonas de las calles Bolívar y Comercio, de Coro, sucumbieron a la acción de los tractores sin que hubiera acciones de protesta de los corianos. Era la época de la impotencia frente a un Estado que mostraba sus garras a quien se opusiera a sus planes.



En 2015 Ana María Reyes calificó estas acciones como “una destrucción orquestada” («¦), “pareciera parte de un plan”. En un artículo de opinión escribió: “El primer blanco fueron las casas de los Sirit, dos bellas casonas, deterioradas, pero reparables, que fueron aniquiladas por la Alcaldía de Miranda del momento para erigir una edificación, sin ninguna belleza, para una oficina de esta institución.
Después la destrucción fue en ascenso, sobre todo a partir del 2011: cayó la casa de los Chapman, donde funcionó la Farmacia Colina, al son de los tractores que arrasaban a su paso puertas, ventanas, pilares, tejas coloniales, para construir en el terreno pequeños cubículos de metal y cemento que la chispa popular los llama los microondas, allí funciona un mercado de buhoneros.



La destrucción continuó sin descanso, se derribó la casa de los Bracho Navarrete, la emblemática Farmacia Pulgar, más de 20 casas desaparecieron sin justificación, con carteles donde se muestra el permiso dado por los organismos responsables de su cuidado. Al dirigirnos a estos organismos solicitando explicación nos decían que eran “escombros” y que se iban a construir “igualitas” y que aquellos que lo habían realizado sin permiso estaban denunciados en la Fiscalía.
No hemos visto la primera reconstrucción de alguna casa, ni siquiera se ha colocado un adobe. Tampoco conocemos de ninguna actuación ni veredicto de la fiscalía.
Un cartel sustituye la reliquia
El ingeniero Miguel Urbina, presidente del Instituto Municipal de Patrimonio (IMP) del municipio Miranda, confesó que hace tres años, cuando llegó al cargo, desconocía la importancia que tiene la arquitectura colonial de su ciudad natal.
Con el tiempo entendió, entre otras cosas, que el titulo de Patrimonio Mundial no es solo por la infraestructura, sino por el patrimonio tangible e intangible, es decir, todas las expresiones culturales que hacen vida en la ciudad incluyendo los cultores y maestros artesanos que moldearon esas casas y monumentos, lo cual constituyó el punto de partida de su edificación.
Aclaró que la ordenanza de Arquitectura y Urbanismo del centro histórico de Coro comprende tres anillos: la zona Unesco, también llamada poligonal Unesco; la zona de valor histórico y artístico; y la zona de arquitectura controlada. Y que, por recomendación de los expertos de la UNESCO, las acciones emprendidas por su despacho se han delimitado al primer anillo.
Luego de resumir los aspectos más importantes de su gestión, es uno de los más optimistas con respecto a la decisión que se tomará este año en la reunión de Patrimonio Mundial, a realizarse en las próximas semanas.
– Se hicieron recuperaciones importantes de monumentos como el Balcón de los Arcaya, la Casa de las Ventanas de Hierro; Casa del Tesoro; Casa del Sol, Casa Capriles, Museo Diocesano, Museo Alberto Henríquez, colegio Santa Ana, pero también recuperamos 80 casas tradicionales habitadas por familias. Por mandato de la Unesco hicimos el cierre de las calles principales para paso vehicular, porque los monumentos estaban afectados, e hicimos un paseo peatonal; se recuperó la antigua cárcel hoy convertida en el Conservatorio Maiolino Comte; y se inició la restauración del Balcón de los Saher, entre otros –precisó.
-No obstante, el centro histórico sigue siendo una zona poco visitada por el coriano. Pareciera que la falta de transporte y la inseguridad desalientan la dinamización del área.
-Hemos atacado la inseguridad. La gobernadora y el alcalde crearon la Policía Patrimonial, que con 80 hombres tiene su sede en el paseo La Alameda; sabemos que no es suficiente y, por eso, hemos incentivado la conciencia ciudadana a través de los consejos comunales para que la comunidad entienda que es entre todos que debemos atacarla, pero sabemos que hay mucho por hacer.
– De noche, el centro histórico luce desierto y oscuro
– El alcalde hace tres años hizo un proyecto de iluminación que era un espectáculo nocturno. Ese proyecto costó más de dos millones de bolívares y hoy no hay casi ninguna. Tú no le puedes poner un policía a cada ciudadano, pusimos presos a menores de edad que salían del colegio y dañaban con piedras las lámparas, los llevábamos al retén, llamábamos a sus padres, y a las semanas reincidían. Sin embargo, seguimos avanzando y haremos lo posible por lo que podamos recuperar porque es una zona turística de valor histórico para el mundo. Confieso que cuando llegué no sabía de la riqueza histórica y artística que tenemos aquí y estoy seguro de que hay muchos corianos que les pasa igual –justificó.
“Hay que hacer una campaña educativa más fuerte para que la gente venga y disfrute este patrimonio, porque a veces los mismos corianos no lo valoramos ni conocemos”. Ingeniero Miguel Urbina, presidente del Instituto Municipal de Patrimonio (IMP) del municipio Miranda.
– Especialistas critican que hay mucho cemento y poco barro en la restauración de los monumentos y casas.
– La política del IMP es la conservación y preservación con los materiales que deben ser, pero la UNESCO ha sido permisiva cuando hay una edificación en ruinas, irrecuperable. En ese caso, sería hacer una nueva construcción y se permite con materiales contemporáneos porque hacer una réplica de lo que allí había es caer en los llamados falsos históricos. Lo importante es que conserve la llamada huella histórica, es decir, que se refleje lo que hubo. Por ejemplo, en lo que quedaba del mercado El Chupulúm, en la calle Monzón con avenida Manaure, que se desplomó, se construyó una nueva edificación. Allí se pondrá una leyenda que explique lo que allí hubo. Su arquitectura refleja la huella de la época –indicó.
Urbina confía en que el centro histórico de Coro pueda convertirse en una Cartagena de Indias (Colombia), aunque se atreve a criticar este Patrimonio Mundial colombiano: «Hay centros históricos que han abusado, como meter un McDonald, creo que eso parece no tener sentido, pero otros comercios sí. Hemos aprendido que no hay que ser tan herméticos, para incorporar a la población propia y extraña al proyecto».
Dinamizar para salvar
A la Corporación Falconiana de Turismo, adscrita a la gobernación del estado, le corresponde manejar la dinamización y puesta en valor del centro histórico. Vivian Goitía, presidenta de la institución, informó que se han invertido 662 millones de bolívares en la recuperación y rehabilitación de los centros históricos de Coro-La Vela, que incluyen 19 monumentos y 64 casonas.
– La dinamización y puesta en valor significa que cada monumento genere actividades que le agreguen un elemento socioproductivo. Un ejemplo, son los solares de la Casa Lugo, donde hemos construido áreas de esparcimiento con ocho módulos donde hay restaurante, venta de recuerdos, artesanías, dulcería criolla, cocuy, muñecas de trapo, entre otras, a precios solidarios y con calidad –añadió.
Para Goitía estos y otros proyectos constituyen parte de los objetivos cumplidos para sacar a Coro-La Vela de la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro.
– Está en construcción un espacio de encuentro, frente a la Casa del Tesoro, donde habrá heladerías, venta de franelas, gorras y otros recuerdos de Falcón, así como sitios lúdicos para niños, baños públicos y zonas verdes con mucha grama-, prometió.
Se trata de artesanos, empresarios y pequeños comerciantes privados a quienes se les dio los tres primeros meses de gracia como una manera de estimular la inversión y que sean autosustentables.
– Las personas presentan el proyecto y si este cumple con los requisitos, se les aprueba. Lo que queremos es que haya diversidad, calidad y buenos precios. No porque tenga precios solidarios debe ser malo. Ofrecemos un almuerzo en 4000 bolívares, por ejemplo, con excelente sazón y presentación -afirmó.
Para movilizar a los turistas se implementaron dos rutas atendidas por jóvenes guías quienes pueden ser contactados en la calle Zamora, al lado de la emblemática Cruz de San Clemente. Para enfrentar la inseguridad reiteró la creación de la policía patrimonial que custodia la zona Unesco.
Visiones encontradas
En La Vela corresponde a INCOPATUR la gestión del patrimonio. Su presidenta, Magda Aguilar, informó que en su gestión se redactó la primera ordenanza municipal de patrimonio que existe en el país, aprobada por el Instituto de Patrimonio Mundial.
– Básicamente, explica, regula y reglamenta los espacios patrimoniales. Determina que allí no se pueden hacer intervenciones sin consultar al instituto, que es el que las aprueba. Que no puedo desbaratar y destruir una casa aunque esté en ruinas porque debo restaurarla con los materiales adecuados y previa participación a esta institución.
La idea, precisa, es preservar y restaurar respetando sus materiales y estilo primigenios. También regula el comercio en la zona, propicia que las casas estén habitadas y no sean usadas para engorde.
Admitió que hay inconvenientes con las restauraciones de las casas hechas por Corfaltur porque no se ajustaron a lo que se pedía. Cree que los roces ocurren porque son distintas las visiones para abordar el tema del patrimonio en Coro y La Vela. El de ella es el de «una artesana».
– Lamentablemente los habitantes de las casas tienen muchos reclamos porque en algunas de ellas los trabajos quedaron inconclusos y sin recursos desde hace dos años. La alcaldía solo hizo la fiscalización e hicimos los reclamos por el uso de materiales no acordes y no nos dieron respuesta. Se enviaron muchas comunicaciones a Vivian Goitía para que viniera a ver las intervenciones y no lo hizo. Eran 34 casas, pero solo llegó a 15 y no se terminaron. La mayor queja era porque estaban usando cemento y en esas casas no se puede usar este material. La ordenanza estipula que hay que levantar y restaurar manteniendo los materiales originales, es clara, lo delimita y define –denunció.



– ¿La alcaldía ha prestado apoyo a los dueños de las casas?
– La alcaldía no tiene presupuesto para restauraciones, pero estamos alentando a los particulares para que introduzcan proyectos ante el Ministerio de la Cultura, que valora más que sean las personas quienes los ejecuten, a que lo haga la alcaldía. Una posada que estaba en ruinas fue recuperada gracias a un crédito del Ministerio de Turismo; hay dos o tres más, pero lamentablemente la gente no valora que tiene un tesoro, que esto puede ser una Cartagena o Villa de Leyba (Colombia).
Hasta ahora, comenta, han sido muy pocos los que han hecho caso al llamado del alcalde de presentar un proyecto para convertir su casa en una posada, un restaurante o una cafetería.
-Muchos consideran La Vela como una ciudad veraniega donde dejan su casa sola la mayor parte del año; esto las arruina, entonces el instituto hace un llamado de atención para que hagan las reparaciones necesarias y se evite el deterioro.
Estas casas pasaron a ser un bien público. Al convertirse en patrimonio de la humanidad, sus dueños están obligados a preservarlas por su acervo histórico común. Ellos son los primeros guardianes y custodios. Magda Aguilar, presidenta de INCOPATUR, La Vela.
– ¿Qué han hecho en La Vela para salir de la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro?
-A la Unesco le dijimos vamos a hacer esto y esto para salirnos de la lista: creamos la Brigada Patrimonial de Escuelas y Colegios, se hace un trabajo de formación e información para que tengan cariño y arraigo. Tenemos un proyecto para crear una Brigada Turística Patrimonial con un componente policial. También un proyecto del Museo de la Bandera en el paseo Francisco de Miranda porque aquí fue donde ondeó por primera vez la bandera de Venezuela, y queremos que se vea cuál fue ese primer tricolor y cómo ha evolucionado, pero no podemos mantenerlas en mástiles porque el viento las daña; en el museo estarían resguardadas y a la vista. También la policía municipal. Queremos recuperar los quioscos del paseo que son 10, y le pedimos al ministerio que nos ayude para darlos en concesión y que los concesionarios pidan un crédito a la banca pública para su autogestión. Ya dimos cuatro a quienes tenían recursos.
Tienen aprobadas para poner en funcionamiento tres rutas turísticas, una de las cuales irá al parque arqueológico TaimaTaima, hoy prácticamente abandonado “porque la Universidad Francisco de Miranda dice que es de ella, el Ministerio de Cultura también, y la alcaldía, es triste. El techo se ha caído y se lo han robado. Había una Brigada de Información y Turismo que fue una belleza. Funcionó hasta que les quitaron el presupuesto porque no se definió de quién es el parque. Propusimos que se convirtiera en un área comunal para que sea la comunidad y consejos comunales los que lo resguarden y que los otros entes apoyen. La gobernadora creó un organismo presidido por ella, pero hasta ahora no ha habido nada nuevo. El techo lo han ido desvalijando, hace falta sensibilización–, indicó.
La caricaturización de una época
Roberto Stiuv, arquitecto egresado de la universidad Simón Bolívar con maestría en Preservación de Edificaciones Históricas realizada en la
Universidad de Columbia, Nueva York, restauró la casona donde vive con su familia y, posteriormente, la convirtió en una de las posadas más acogedoras de Coro, La Casa de los Pájaros.
En su opinión, las restauraciones efectuadas en Coro en líneas generales están bien hechas, aunque para hablar a fondo tendría que conocer cómo se efectuaron los trabajos y cuáles fueron los materiales usados.
Cree que en algunas construcciones nuevas, hechas dentro de las casonas, como es el caso del solar Lugo, las proporciones de los locales comerciales no guardan armonía arquitectónica con el entorno. Este tipo de construcciones no se pueden llamar coloniales sino colonialoides porque caricaturizan una época en vez de darle realce. Observó que la Casa de las Ventanas de Hierro presenta grietas tal vez porque no se usaron las herramientas adecuadas para efectuar el diagnóstico.
¿Saldrá o no?
Visto lo que se ha hecho y los planes que se tienen, pareciera que también hay visiones distintas entre la UNESCO y los encargados de proteger el patrimonio de Coro – La Vela.
Los asesores del órgano multilateral han sido reiterativos en la necesidad de un Plan Especial de Manejo y Protección del Patrimonio (PEMP), que incluye una estructura efectiva de preservación que supere la provisionalidad de la emergencia, es decir, un ente encargado de la gestión; la asignación de recursos suficientes para atender al bien en el futuro próximo y a largo plazo; obras de drenaje de aguas subterráneas, aceras y calles; cronograma de acciones de conservación sistematizadas y priorizadas según programas y proyectos específicos en los que se definan los criterios de intervención, la metodología de trabajo y los mecanismos de monitoreo que permitan evaluar su efectiva y adecuada materialización.
Los encargados de manejar el sitio parecieran no haber entendido lo medular. En palabras de la socióloga Ana María Reyes: “No se trata de dinero porque el Estado venezolano, tanto en la IV como en la V república, ha otorgado fuertes sumas de dinero para el rescate del sitio. El problema es que no hay un plan de acción, normas que le digan a los dueños de las casas y a los funcionarios por qué no pueden tumbar los portales, por ejemplo, por qué mantener las ventanas, hasta dónde llegar con el cemento y hasta dónde con el barro”.
Al llegar a sus 490 años, Coro, pese a su valor histórico y cultural sigue siendo valorada, pero poco atendida.
Be the first to comment