Estatua del Rector Heroico sucumbe a la indolencia

Considerada un símbolo de la Universidad de Los Andes, la escultura de Caracciolo Parra y Olmedo lucha hoy contra la inclemencia del tiempo y el olvido de una ciudad a la que el ilustre trujillano consagró gran parte de su vida.

Samuel Leonardo Hurtado Camargo. 10/7/2017.

Una de las funciones -quizás la más importante- de las estatuas es la de mantener en permanente estado de “génesis”, en eterno presente, la memoria de quienes por sus méritos o cualidades han pasado de la vida al bronce, de manera que sirvan de ejemplo o “guías tutelares” a las nuevas generaciones. Por tal razón, cuando se eleva a un personaje a la perennidad del tiempo, se le está rindiendo homenaje, se enaltece su memoria y es motivo de orgullo, especialmente, de familiares, amigos y conciudanos.

Pero muchas veces las cosas no son así. Si hoy los familiares y autoridades que promovieron e inauguraron el monumento al Rector Heroico Caracciolo Parra y Olmedo (1819 – 1908), el 29 de marzo de 1963, observaran la escultura pedestre modelada por el artista Manuel de La Fuente Muñoz (1932 – 2010), sentirían una profunda decepción y tristeza al ver las condiciones de deterioro en la que se encuentra, reflejo de la desidia institucional e insensibilidad ciudadana acentuada en las últimas décadas.

Para aprender a ser ciudadanos»¦

Haciendo alusión al libro que sostiene con la mano izquierda el bronce del Rector Heroico, su nieto, el reconocido intelectual venezolano, Caracciolo Parra Pérez (1888 – 1964), dijo durante la ceremonia de desvelación del monumento en 1963 que dicho texto contenía la lección perenne: “la lección que los estudiantes se hallan en la obligación de seguir, para esclarecer con la ciencia su entendimiento y para aprender a ser ciudadanos”.

Robo de la placa de bronce del pedestal de la estatua jjkjjh
Ahí había una placa de bronce. Cara frontal del pedestal. Foto Samuel Hurtado Camargo, 28 de mayo de 2017

Al parecer, la “lección” no ha sido comprendida, ¿al entendimiento se lo llevó la ciencia o la ciencia secuestró a los ciudadanos? Si nos detenemos un momento a contemplar la obra escultórica, encontraremos las respuestas.

A simple vista apreciamos el sencillo pedestal de concreto desprovisto de la placa de bronce instalada en la cara frontal, con la que el ayuntamiento merideño identificaba la obra, colocada allí en 1981 y la cual fue desvalijada a mediados del año 2007.

Como evidencia de que allí existió una placa se observan cuatro orificios distribuidos en los vértices que demarcan su perímetro, junto a una tonalidad más clara con respecto al resto del pedestal, propio de la falta de exposición a la luz solar durante mucho tiempo.

Las diversas manchas con pinturas de distintos colores ubicadas alrededor del pedestal y la de color blanco en forma de estrella de ocho puntas localizada en la parte inferior de la pierna izquierda del personaje, no son precisamente un juego cromático expresado por un artista, sino evidencias del vandalismo a la que se encuentra constantemente expuesta la escultura de Caracciolo Parra y Olmedo.

Pero no todo queda allí, otros le han visto una utilidad al monumento, por lo que el pedestal en muchas ocasiones anuncia a través de carteles itinerantes algún evento o actividad a desarrollarse en la llamada “ciudad universitaria”.

También el tiempo ha “hecho de las suyas” con la estatua. La exposición al monóxido de carbono que durante 18 años estuvo expuesta la obra en la redoma ubicada en la avenida Universidad, aunado a los sucesivos cambios de temperatura y humedad por lluvia y luz solar, han acelerado el proceso de corrosión de la escultura. A tal punto, de que además de la brochantita (hexahidroxisulfato de cobre) que se evidencian en las líneas de color verde, es posible apreciar los remaches y juntas realizados durante su fabricación.

Deterioro de la cara posterior la estatua Rector Heroico, monumento histórico del municipio Libertador, Mérida. Venezuela.
La lluvia y el sol han acelerado la corrosión de la escultura, a tal punto de que además de la brochantita (hexahidroxisulfato de cobre) que se evidencia en las líneas de color verde, es posible apreciar los remaches y juntas realizados en su fabricación. Foto Samuel Hurtado, junio de 2017.

Hoy debería ser pertinente retomar la idea del Rector Heroico, quien en 1889 había dispuesto que los catedráticos de Física y Latín dedicaran un día a la semana “a la enseñanza de la urbanidad y buenas maneras según el método de Manuel Antonio Carreño”, cuyas nociones, según consideraba, eran tan necesarias para la vida de los jóvenes en sociedad.

Cerca de “su casa”, pero ignorado por sus hijos

Cualquiera podría pensar que el cambio de ubicación de la estatua de Caracciolo Parra y Olmedo de la redoma en la avenida Universidad donde originalmente fue erigida, al paseo César Rengifo o de Los Pintores, al lado rectorado de la Universidad de Los Andes, sería una decisión acertada.

Los argumentos sobran: no solo el hecho de estar adyacente a la edificación reconstruida durante su segunda gestión rectoral (1887 – 1900), la cual asentaría las bases del moderno edificio diseñado tiempo después por Manuel Mujica Millán, sino que también permanecería junto a la institución por la cual tanto luchó.

Como han señalado diversos historiadores, entre ellos Ildefonso Leal, es notable su empeño de lograr la autonomía universitaria “en una época en que se corrían grandes riesgos y peligros al criticar el poder omnímodo de los caudillos”.

Sin duda alguna, el nuevo emplazamiento de la estatua del Rector Heroico tiene una importante carga simbólica, pues, como precisa el citado historiador, a este universitario se le “debe el resurgir de la institución en una época de intrigas, de estrecheces económicas y de mezquindades políticas”.

Más aun, está cerca del antiguo salón de actos públicos de la universidad, hoy Teatro César Rengifo, construido entre 1896 y 1900, adyacente a la torre que sirvió de observatorio astronómico creado por él.

Paradójicamente, la estatua es ignorada por la mayoría de los estudiantes “ulandinos”. Las autoridades universitarias que día a día visitan el edificio de la máxima casa de estudios de los Andes venezolanos desconocen a “aquel ciudadano” que desde sus autos logran avizorar y a la salida de aquel recinto prefieren “darle la espalda”, como para advertir que “no es con ellos la cosa”.

El nombre del Rector Heroico solo sirve para ser invocado en uno y otro discurso, pero hasta allí. Nadie dice nada del estado de desidia en el que se encuentra la escultura, ni mucho menos se atreven a promover o gestionar su restauración.

¿Responsabilidad de quién?

De nada ha servido la declaratoria del monumento del doctor Caracciolo Parra y Olmedo como Patrimonio Histórico Cultural del municipio Libertador del estado Mérida, publicado en la Gaceta Municipal Extraordinaria número 110 de fecha 8 de julio de 2004; ni tampoco, su inclusión en el Catálogo del patrimonio cultural venezolano (2007) en la que se le reconoce como bien de interés cultural de la nación, según lo estipulado en la Providencia Administrativa N° 012/05 de fecha 30 de junio de 2005, relativa al Instructivo que regula el Registro General del Patrimonio Cultural Venezolano y el manejo de los bienes que lo integran.

Aunque la custodia del monumento corresponde a la alcaldía del municipio Libertador de la entidad andina, se desconoce alguna medida o propuesta de restauración de la escultura por parte de la Comisión de Patrimonio Histórico, ente creado según decreto número 56 de fecha 23 de julio de 2001, el cual tiene la responsabilidad de velar por la protección del mencionado bien.

Recientemente, en una nota de prensa difundida el 6 de julio de 2017 en el sitio web oficial de la alcaldía merideña, anunciaban que “las autoridades municipales, preocupadas por la merma en el patrimonio cultural de la ciudad” habían “hecho un llamado de atención a la policía del estado, que tiene la responsabilidad de dar garantía de la seguridad de las personas y los bienes de la nación para que asuman su responsabilidad y no permitan que la hacienda pública siga desapareciendo por omisión de sus competencias”.

Asimismo, ni el ente regional encargado de la materia ni el Gabinete Estadal del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, se han pronunciado al respecto.

Por el contrario, un profundo silencio envilece a estas instituciones. Sin duda, lo que en un momento fue un homenaje al Rector Heroico Caracciolo Parra y Olmedo, hoy se constituye en un agravio a su memoria.

Fuentes consultadas

Celis Parra, Bernardo. El viejo Caracciolo, en Frontera, p. 4, Mérida, 7 de agosto de 1987.

Estatuas y bronces de la ciudad desaparecen de lugares públicos, en  alcaldiamunicipiolibertador-mer.gob.ve. https://goo.gl/6SDxBg.  Consultado: el 8 de julio de 2017.

Hurtado Camargo, Samuel Leonardo. La estatuaria pública conmemorativa de la ciudad de Mérida (1842-2006): análisis histórico. Universidad de Los Andes, Escuela de Historia (Memoria de Grado), junio 2007; 500 pp.

Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano. Región Los Andes: ME-12, 2007. Instituto del Patrimonio Cultural. Municipio Libertador, estado Mérida,

Leal, Ildefonso. Dos siglos de historia de la Universidad de Los Andes, Actual Investigación. Dirección de Cultura y Extensión de la Universidad de Los Andes, Mérida, pp. 9-28, n° 71, 2011.

Mérida a Caracciolo Parra (Edición contentiva de texto de decretos y discursos con motivo de la erección de estatua de Caracciolo Parra en la glorieta central de la avenida Universidad de Mérida, y en el acto acordado en la celebración del día de la Universidad, en el paraninfo, el 29 de marzo de 1963). Colección Ediciones del Rectorado de la Universidad de Los Andes, n° 14. Talleres Gráficos Universitarios-ULA, Mérida, 1963; 60 pp.

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