La Ciudad Universitaria de Caracas, maravilla amenazada

Presupuestos mezquinos, falta de apoyo privado y oficial al Copred, buhonería e indiferencia colectiva amenazan la Ciudad Universitaria de Caracas. Que sirva el 450 aniversario de la capital de Venezuela para volver la mirada a este Patrimonio de la Humanidad.

Mabel Sarmiento Garmendia. 25/7/2017.

86 edificaciones y 108 obras de arte conforman la Ciudad Universitaria de Caracas, en pleno corazón capitalino. Se trata de un complejo excepcional de la arquitectura moderna, emprendido por el maestro Carlos Raúl Villanueva entre 1940 y 1960, y que hoy en día es Patrimonio Mundial, pero con pocos dolientes, situación que la pone un claro camino al deterioro.

Señalización de la declaratoria de la Ciudad Universitaria de Caracas como Patrimonio Mundial por la Unesco, en 2000.
La Unesco declaró la Ciudad Universitaria de Caracas Patrimonio Mundial, en 2000. Foto Luis Chacín.

El pasado 2 de diciembre se cumplieron 16 años desde que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), consideró que -bajo los criterios: es una obra maestra del urbanismo moderno de la arquitectura y las artes; y porque es un ejemplo sobresaliente de la coherente realización de los ideales urbanos, arquitectónicos y artísticos de principios del siglo XX- la Ciudad Universitaria debía ser declarada Patrimonio de la Humanidad.

Este complejo arquitectónico agrupa una gran cantidad de edificios y funciones organizados en un conjunto limpiamente interrelacionado y enriquecido con piezas maestras de arquitectura moderna y de otras artes plásticas, en lo que se ha dado en llamar la Síntesis de las Artes Mayores.

10 de junio de 1998. La declaratoria como Monumento Histórico Nacional de la CUC es ratificada por parte del Ministerio de la Secretaría de la Presidencia y del Instituto del Patrimonio Cultural, incluyendo adicionalmente los espacios dedicados al deporte, la recreación, el Jardín Botánico, la sede de la antigua Escuela Técnica Industrial, así como también  los espacios paisajísticos que se encuentran dentro del urbanismo.

Allí el arte se encuentra en su máxima expresión con el aula magna y sus nubes acústicas de Alexander Calder; en el estadio Olímpico con sus enormes estatuas alegóricas al deporte y en la plaza cubierta con sus murales y esculturas de artistas como Jean Arp, Fernand Léger, Victor Vasarely y Mateo Manaure; lo cual hace de este espacio la tacita de oro de los centros de estudios del país.

Sin embargo, solo para una población muy reducida cobra importancia esta nomenclatura universal, y es para algunos de los que hacen vida dentro de este complejo educativo. Puertas afuera es solo la Ciudad Universitaria, nombre que incluso lleva una de las siete estaciones de la línea 3 del Metro de Caracas.

Una ciudad en riesgo

Otrora se decía que este complejo creado por Carlos Raúl Villanueva era una ciudad dentro de Caracas, por los múltiples edificios que se conectan por corredores cubiertos, plazas, obras de arte, jardines, espacios deportivos y recreativos que fueron levantados en lo que fue la hacienda Ibarra, en una extensión de 202,53 hectáreas.

Sucede que el gerente de esa ciudad, que es el Estado venezolano, al que le dejaron su custodia, muy poco ocupa de preservar sus espacios. Así lo afirmó Hannia Gómez, presidenta de la Fundación para la Memoria Urbana y del capítulo Venezuela de DoCoMoMo Council (siglas de Documentos para la Conservación del Movimiento Moderno).

Dijo que todo lo que tiene ver con el beneficio de su conservación pasa por las políticas del Estado, de acuerdo con el protocolo de la Unesco. “Sin embargo, este patrimonio está en peligro y desamparado. Para su conservación no se destina un presupuesto específico ni se creó una fundación gubernamental. Sucede que es el propio Estado el que debe velar por su seguridad física y no lo hace”.

Desde que se entra al campus universitario se aprecia que hasta su verdor se perdió con el tiempo, no se observa desmalezamiento permanente, las paredes están rayadas y escarapeladas y las ventanas de los edificios lucen sucias, algunas rotas.

Puerta de la UCV, con cartel de prohibición del paso. Ciudad Universitaria de Caracas, Patrimonio mundial de Venezuela 2000.
Puerta de la UCV, con cartel de prohibición del paso. Foto Mabel Sarmiento, 2017

Sus calles se convirtieron en corredores viales, hay incluso buhonería en los accesos, afiches porosos en los murales y paredes, situaciones éstas que menoscaban la calidad patrimonial.

En los alrededores del hospital Clínico Universitario, uno de los edificios más emblemáticos de esta ciudad abunda la basura, los botes de aguas blancas y duermen incluso menesterosos en horas de la noche.

Hoy en día la Ciudad Universitaria no cuenta con un mínimo resguardo para la integridad de sus edificaciones, obras de arte, ni habitantes. No hay forma de controlar el ingreso de motos e individuos armados. Bajo los preceptos de la autonomía universitaria, los integrantes del cuerpo de vigilancia no pueden estar armados ni actuar como fuerza de choque.

Ya en 2010, aunque reconoció que la universidad ha hecho un esfuerzo enorme para su preservación, Gómez y su grupo de investigadores había declarado en riesgo este Patrimonio de la Humanidad, porque las nubes del aula magna tenían termitas, porque había piezas de mosaicos desgastados y perdidos (situación que aún persiste en los edificios de la biblioteca central y en Faces); tenía esculturas que requerían tratamiento para su perdurabilidad; murales resquebrajados o escarapelados, vitrales rotos, edificios dañados por los delincuentes que frecuentemente atacan las instalaciones, no solo en temporada de vacaciones, sino en cualquier momento.

El tema de las termitas fue atacado según Amalio Belmonte, secretario del rectorado. “Las nubes se corrigieron. Ahora los problemas que tenemos son un gasto enorme en el aire acondicionado, donde hay algunas fallas. Pero las termitas se atacaron. De lo contrario se nos cae la universidad”.

Belmonte aclaró que anualmente el presupuesto para el mantenimiento de la Ciudad Universitaria es de 34 millones de bolívares, con lo que difícilmente cubre la refracción de cada obra de arte, escultura o mural.

“La restauración es muy costosa. Hasta ahora lo que hemos hecho es solicitar ayuda al sector privado. Muchas han sido reparadas por este tipo de acción. Eso nos ha permitido cumplir con el cuidado y garantizar que nos ratifiquen la condición de patrimonio”.

Lo que ha pasado puntualmente en relación a todo lo que tiene que ver con insumos para reparación, es que 80 % son importados. Es material muy especializado, desde los mosaiquillos que son de cerámica gres, hasta las pinturas para la restauración de un mural.

Pero la garantía que da Belmonte es que el aula magna está bien parada gracias a trabajos de restauraciones que se hicieron hasta octubre de 2011, cuando se entregó con alfombras nuevas, con la  madera del escenario rehabilitada, así como con arreglos en el sistema mecánico y tapicerías de las butacas ubicadas en el nivel patio.

También resaltó obras esenciales, como el mural de Vigas, el cual resultó severamente dañado debido a los hechos violentos ocurridos en la planta baja del edificio del rectorado de la UCV el pasado 19 de junio de 2013, en donde se han hecho trabajos importantes.

Para su restauración se consiguió recaudar cerca de ciento dos mil bolívares gracias a recursos propios del Copred junto con el apoyo económico de instituciones y los aportes de la recolecta realizada por un grupo de estudiantes, profesores y miembros de la comunidad universitaria a través del movimiento denominado SOS-UCV.

En esa oportunidad se reparó el techo, los componentes eléctricos que sufrieron daños tas el incendio y tuvieron que reponer algunas lámparas. A la fecha el mural luce rehabilitado.

1 de julio de 1999. Consignan oficialmente en el Centro de Patrimonio Mundial de Unesco [París] el expediente de postulación de la Ciudad Universitaria de Caracas a la lista de Patrimonio Mundial, el cual fue registrado bajo el número C-986.

No obstante, hace dos años -según Gómez- la Unesco envió expertos a supervisar la situación de la Ciudad Universitaria y recomendó atacar la proliferación de la economía informal que se observa en los pasillos, en las paradas, en las entradas y en los alrededores del Hospital Clínico Universitario.

Pero como toda ciudad que necesita de un gerente o de un administrador que la proteja, Gómez insistió en que el Gobierno debe inyectarle más presupuesto al Patrimonio Nacional, y aprovechar que cada año hay nuevos profesionales que trabajan en restauración y conservación, que pueden ser un gran aporte.

De hecho Amalio Belmonte dijo que puertas adentro esa es una realidad y aseguró que la Facultad de Arquitectura es un gran aporte a la hora de hacer restauraciones y mantenimiento. “Sucede que a veces no hay recursos para reparar los instrumentos esenciales ni para comprar una computadora. “Sin embargo las obras de arte siempre tienen mucha valoración por los equipos de trabajo dentro de la universidad y el grupo de egresados que colaboraban y nos ayudan a mantener la declaratoria de patrimonio. El  problema es que no hay una apreciación del Gobierno de observar a la universidad como parte de un Estado. No hace ningún esfuerzo para concertar acciones y permitir que una institución nacional prevalezca como lo que es: un patrimonio. Más bien se enfoca en crear sus propios ritos e iconos en el marco de lo que llaman revolución”, comentó.

Más esfuerzos   

En febrero del 2015 la rectora Cecilia García Arocha envió un llamado de atención al Ejecutivo, para encontrar salidas al grave déficit presupuestario, sin éxito alguno. De acuerdo con los dozavos de 2016, el Consejo de Preservación responsable del mantenimiento de los bienes, recibió Bs. 2 468 189,05 del presupuesto total. La mayor parte de ese dinero se va en pago de nóminas de personal.

Ante esa realidad los mosaicos abstractos que convergen  en  jardines, techos, paredes y ventanas, algunos concebidos por Oswaldo Vigas, Alejandro Otero, Pascual Navarro, Mateo Manaure, Víctor Vasarely, y Armando Barrios parecen estar condenados al desgaste por el sol, la lluvia y el descuido.

Situación que se hace más dramática, pues la administración de la Ciudad Universitaria en estos momentos no cuenta con insumos para la limpieza ordinaria.

“Aun así pasamos el examen y no hay riesgo de perder la declaratoria”, dijo Belmonte, quien reconoció que “no estamos en el mejor de los mundos; no todo es maravilloso, en ocasiones no tenemos como sustituir una computadora que se roban o una herramienta, tenemos imposibilidad de reparar cosas esenciales. Sin embargo a las obras de arte siempre se les da su justa valoración”.

Los robos dentro del campus universitario son otro talón de Aquiles. La Fiscalía General de la República abrió una investigación sobre los numerosos robos (35) que ocurrieron en 2016.

Ciertamente, destacó el profesor que cuando ha habido un robo el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, Cicpc, atiene la denuncia. “Pero lo que no hemos podido lograr es que haya un éxito en la resolución de los casos. Ha habido muchas reuniones, muchos planes. Sin embargo, el Gobierno se queda en su posición ideológica”.

Lo que se indagó con fuentes de la Fiscalía es que las averiguaciones siguen su curso. Sucede que no todos los testigos van a  declarar y que en ocasiones los investigadores no pueden levantar las pesquisas pues no tienen autorización para entrar a la UCV.

De hecho, el 19 de abril de 2016 en una reunión del Consejo Universitario, a la cual asistieron vigilantes, la rectora Cecilia García Arocha aclaró que el Cicpc ha ingresado a esta universidad para poder levantar los informes de más de 140 ataques que han tenido en 8 años, de los cuales no tienen respuestas, ni de Fiscalía ni del cuerpo detectivesco.

A pesar de la inseguridad, marcha la preservación

La arquitecta Aglais Palau Ontiveros, directora encargada del Consejo de Preservación y Desarrollo, Copred-UCV, desde su trinchera defendió los espacios y categóricamente afirmó que “nunca hemos estado amenazados o en riesgo para perder la categoría de Patrimonio Mundial”.

Insistió más bien en enumerar los trabajos de recuperación. Dijo que se rehabilitó la losa de techo en la Zona Central de la Plaza Cubierta del Complejo Directivo Cultural de la Ciudad Universitaria de Caracas. “Esta actividad se realizó de acuerdo a los Lineamientos de Intervención del Copred y tomando en cuenta que toda intervención debe abordarse con una visión integral, considerando los aspectos estructurales, constructivos y arquitectónicos de los elementos, pues solo así se puede lograr una revalorización que rescate la unidad potencial de la obra en su conjunto”.

Explicó que producto de los ensayos, tomas de muestras y análisis de los resultados se delinearon las actividades orientadas a detener el nivel de deterioro, lográndose la consolidación del bien al revertir los daños estructurales y recuperar la lectura del conjunto.

El elemento que caracteriza la plaza cubierta lo constituye la losa del techo, la cual se encontraba altamente deteriorada por la acción de la intemperie y el paso del tiempo, que han actuado en la estructura de concreto causando desprendimiento de la capa inferior y dejando a la vista la estructura de refuerzo, con la consiguiente amenaza para la integridad y la seguridad de las personas.

A la zona de la plaza cubierta, según Palau Ontiveros, se le hizo una intervención de toda el área central se restituyó el concreto desprendido y se revistieron las columnas, fueron aproximadamente dos mil quinientos metros cuadrados (2500 m2). Lo que se observa ahora es el quiebre de algunos mosaicos del suelo, falta de limpieza diaria y poca iluminación.

También desde el pasado mes de agosto de 2016, se está realizando el suministro e instalación de quioscos libreros en el corredor 8 (pasillo de Ingeniería) de la Ciudad Universitaria.

El proyecto de sustitución de los actuales módulos de libreros fue solicitado por la rectora, Cecilia García Arocha a la Copred con el fin de atender las constantes solicitudes de mejoras del pasillo de Ingeniería y de atacar la proliferación de la economía informal, una de las recomendaciones hechas por la Unesco en  su informe anterior.

Los recursos económicos para la ejecución de esta obra salieron de los ingresos por concepto de cánones de arrendamiento, de acuerdo con  las Normas Regulatorias de las Actividades Comerciales en las instalaciones de la Universidad Central de Venezuela. Actualmente, encuentran adjudicados 14 quioscos a los arrendatarios iniciales.

“Pero hagamos lo que hagamos por este patrimonio, el principal tema aquí es la educación de la ciudadanía. Si conoces los espacios, si se acercan a ellos de forma amigable, es más fácil que lo conserven y preserven”, destacó la arquitecto.

“No está en riesgo”

La obra de Oswaldo Vigas, en el rectorado, fue afectada en 2009, cuando un carro se incendió allí en medio de una protesta. Tuvo que ser intervenida por el doctor Fernando Tovar, pero para que se lograra su recuperación, las autoridades pidieron dinero incluso a los egresados y a empresas privadas pues con los ingresos propios del Copred no era posible la restauración.

Lo mismo sucede cuando tienen que rehabilitar oficinas robadas, fachadas que están deterioradas, el complejo de piscinas olímpicas y obras de arte que requieren mantenimiento.

María Eugenia Bacci, exdirectora del Copred, en estos momentos consideró que las autoridades han hecho un gran esfuerzo para conservar los edificios y las obras como valores excepcionales.

Consideró que, ciertamente, hay áreas que requieren una pronta intervención, como la fachada de la Facultad de Arquitectura, que prácticamente está desapareciendo, se le está cayendo el revestimiento a la pared. También necesita remoción la fachada del edificio del rectorado, donde además hay nueve obras de arte.

“El problema es que para muchas restauraciones no se consigue el material, por ejemplo, en el país no hay mosaiquillos; hay que traerlos del exterior y la universidad no mueve ni un dólar”.

En el ojo de la Unesco

La última vez que se le entregó un informe a la Unesco sobre el estatus del patrimonio fue en 2012.

“Ellos aprobaron el informe y en ese momento no estábamos en riesgo. Incluso verificaron el estado de 107 obras. Tampoco estamos en riesgo ahora. Realmente la Ciudad Universitaria, de acuerdo a los criterios universales de valores excepcionales no está en peligro. Claro, no desconocemos que haya áreas deterioradas por la misma acción humana, y que el Proyecto de las síntesis de las artes, por citar un caso, requiere intervención, pero la Ciudad Universitaria de Caracas no se puede meter en una lista de patrimonios en riesgo” (sic).

Recordó que en 2004 Coro y su puerto entraron en la lista, y aún no han salido. “Porque tenían que restituir la institución a su cargo, realizar un plan de manejo y recuperar ciertos daños. No se hizo, más bien el Gobierno vio eso como un mecanismo político. Con Coro no se creó una comisión presidencial. Me esforcé para que entrara y ahora veo cómo eso no sirvió de nada, por eso soy muy cuidadosa con la Ciudad Universitaria y lucho a diario para que no se hable de que es un patrimonio en peligro, porque además tiene a mucha gente trabajando por ella”.

De lo que adolece es de un presupuesto adicional para su mantenimiento. En otras palabras,  la universidad no recibe ingresos extra por ser un patrimonio. El rectorado da algo así como un millón doscientos bolívares al año, y mucha de esa partida es usada para pago de nómina. Para proyectos especiales se solicita aparte, “pero igual eso es como entrar a un campo minado, pues el Estado es el que maneja la Comisión de Contraloría y lo hace a su libre albedrío, es decir, nosotros no podemos seleccionar una empresa que maneje conocimiento en patrimonios y restauración, pues eso pasa por las manos de las autoridades gubernamentales”.

Son 86 edificaciones y 108 obras de arte que están en la mira, pero para Bacci es “temerario” ponerlas en una lista en peligro. El año entrante debe entregarse el nuevo informe y, por tanto, lo que se hace en la actualidad es “generar sensibilidad en la comunidad internacional, en las empresas privadas y si es posible negociar con el Gobierno para lograr que se trabaje más en la preservación. Pero tenemos entendido que Venezuela le debe 24 millones de dólares a la Unesco, así que no sabemos si van a presentar el informe país”.

Fuera de su conservación

Paulina Villanueva, presidenta de la Fundación Villanueva e hija del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, en la época de los 80 participó en la Comisión de Conservación de la Ciudad Universitaria.

Por esos años se hizo un importante trabajo de restauración de obras, entre ellas del mural de Mateo Manaure. Luego hubo en la UCV un proceso de transición.

“Y el rector Chirinos se raspó todo lo que había hecho la Comisión de Conservación. Ese fue un período negro para la universidad. Incluso construyó una plaza en el estacionamiento del edificio del rectorado. A su salida se presentó un proyecto para que se volviera a crear la Comisión de Conservación y que dependiera del rectorado, pero con representación de personalidades fuera de la UCV, con gente del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) y la Fundación Villanueva. Pero pasaron cosas desastrosas, y luego se crea el Copred, cosa que no era conveniente porque su directorio lo nombra el rector”.

Para Villanueva, la UCV tiene bastantes enemigos internos que afectan su estabilidad, pues tumban paredes, cambian puertas, remodelan espacios. En la actualidad, dijo, no hay desde el Estado alguna política de conservación, “y lo peor es el odio que tienen los personeros del Gobierno frente a la universidad”.

Ahora Villanueva ve con tristeza cómo la obra de su padre, una de las pocas de la arquitectura moderna, echa en falta  gente con sensibilidad y cada día se sumerge en el deterioro. Ella está afuera de la universidad y ni siquiera la convocan para proyectos de restauración.

El Estado ausente

Entre tanto, puertas adentro del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) el silencio se hace estatua. El viceministro de Identidad y Diversidad Cultural, Omar Vielma, quien también es director el IPC, a través de su jefa de prensa envió este mensaje: “dile que los más indicados para dar información sobre la Ciudad Universitaria es el Copred”, (sic).

El IPC es el órgano rector de carácter nacional en materia de Patrimonio Cultural, pero Omar Vielma, para soltar prenda en torno a los trabajos de preservación requiere la autorización del ministro de cultura, Adán Chávez.

“El ministro es el único que toma la vocería”, fue otro de los mensajes enviados a través de la periodista.

En cambio, voceros de la Comisión Nacional de Cooperación con la Unesco (Cncu), sí mostraron preocupación por la situación de deterioro de la obra.

Y aunque pidieron que no se les identificara, dejaron ver que el problema por el cual no se hace un trabajo de preservación a fondo es el tinte político. “Pero sí se está haciendo algo, eso también debo reconocer. Cuando venga la comisión en agosto próximo ya se conocerá el estatus y se revisarán las recomendaciones”, dijo uno de los encargados de investigaciones culturales. El informe se levanta conjuntamente la Copred y el Instituto de Patrimonio Cultual, IPC.

Actualmente, la Lista de Patrimonio Mundial cuenta con 1052 sitios inscritos, de los cuales 814 son bienes culturales, 203 bienes naturales y 35 bienes mixtos, situados en 165 Estados Partes. A partir de noviembre de 2016, 192 Estados Partes han ratificado la Convención del Patrimonio Mundial.

Fuentes consultadas

Bacci, María Eugenia. Arquitecta y exdirectora del Copred-UCV. Entrevistada el 13 de enero de 2017.

Belmonte, Amalio. Secretario del rectorado de la Universidad Central de Venezuela. Entrevistado el 13 de junio de 2017.

Ciudad Universitaria de Caracas. Patrimonio Mundial. En patrimoniocuc.wordpress.com, 16 de mayo de 2017.  https://goo.gl/hx1ySH. Consultado entre noviembre 2016 y marzo 2017.

Gómez, Hannia. Presidenta de la Fundación para la Memoria Urbana y del capítulo Venezuela de DoCoMoMo Council (siglas de Documentos para la Conservación del Movimiento Moderno). Entrevistada el 17 de diciembre de 2016.

La Ciudad Universitaria de Caracas – CUC. En ucv.ve. https://goo.gl/yQYgk7. Consultado en noviembre de 2016.

Palau Ontiveros, Aglais. Directora encargada del Consejo de Preservación y Desarrollo, Copred-UCV. Entrevistada en noviembre de 2016 y febrero de 2017.

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