Xiomara Jiménez. 10/07/2017.
La obra Fragmentos de lluvia para Caracas (2014) del artista Carlos Medina fue vandalizada con consignas de rechazo a la gestión del gobierno del presidente Nicolás Maduro, entre abril y mayo de 2017 (no se cuenta con la fecha exacta).
De los siete volúmenes ubicados en las inmediaciones de la autopista Francisco Fajardo, a la altura del CCCT (Centro Comercial Ciudad Tamanaco) al menos seis, han sido escritos con grafitis en tinta azul.
A primera vista llama la atención el furor de una protesta que no parece ponderar los límites para expresar el descontento popular debido a la actual crisis que atraviesa el país. Carlos Medina, autor de la obra, comentó que “la pieza se ha convertido en un hito de este tiempo; así que ya habrá ocasión para remediar su actual estado”. A lo que agregó que: “se trataba de una obra muy bien realizada y muy fácil de limpiar con la sola aplicación de un disolvente común”.
El escultor, que actualmente se encuentra en París, Francia, expresó su deseo de que la obra continúe con el proceso natural de cualquier obra ubicada en espacios públicos: “Las obras civiles son para eso, para que formen parte del ambiente y de sus circunstancias, y éste es el momento histórico que se vive en Venezuela”.
Carlos Medina contó que varias personas allegadas constantemente le envían registros fotográficos de las señales que han ido dejando las protestas sobre su pieza, y comprende que estas intervenciones le dan la posibilidad de otras lecturas.
La obra, cuya síntesis formal propone la observación de un fenómeno llevado a escala monumental, es un ícono urbano. El conjunto escultórico nunca fue concebido como una secuencia de lágrimas, sin embargo, a pesar de ello, en un contexto como el que se vive en la ciudad, la asociación resulta inminente.
Ahora los sucesos presentan una doble lectura. El escultor manifestó que recibió una llamada telefónica en la que le solicitaban su autorización para pintar las gotas de color rojo. Al parecer, según dijo, “se trata de un grupo de artistas que realizan intervenciones urbanas. Desconozco quién hizo la llamada, pero tal como están las cosas, no puedo ver el asunto con inocencia”.
Al estar ubicadas en lugares públicos, los autores de obras monumentales parecieran tener poco o ningún control sobre sus propias creaciones.
Otro aspecto a considerar es la reflexión sobre cuál es la diferencia entre un acto vandálico o un gesto de expresión colectiva. Luego de casi tres meses con protestas diarias, el país vive una situación histórica excepcional. El propio Carlos Medina, ha terminado razonando que su obra comienza a adquirir nuevas dimensiones.
Un negociante consultado en el propio CCCT (quien prefirió no revelar su identidad) mencionó que las piezas han servido de refugio para los muchachos que participan en las protestas. “Yo no puedo ver el gesto de marcar las obras como una agresión, porque he visto muchas personas refugiarse en esas gotas. Además, todos hacen un esfuerzo para retratarse ahí, para que los vean pidiendo auxilio a través de esas lágrimas”, afirmó.
Con Fragmentos de lluvia para Caracas estamos en presencia de una pieza que de manera inesperada ha pasado a tomar un rol político.
Para el 16 de junio de 2017, pudimos constatar que fueron removidas las señas que algunos jóvenes participantes del movimiento de protestas en contra del actual gobierno habrían inscrito sobre la pieza de Carlos Medina. Por el rastro dejado puede notarse que la remoción fue hecha con prisa. No fue posible ubicar a los encargados de tal procedimiento, que en principio, debería estar a cargo del Ministerio de Transporte, por tratarse específicamente del eje vial contemplado por dicha institución.
Fuentes
Entrevista a Carlos Medina, realizada en junio de 2017.
Entrevista a comerciante del CCCT, realizada en junio de 2017.
Daniel Fermín, “La esencia de Carlos Medina”, en El Universal, consultado en junio de 2017.
“Carlos Medina”, en Wikihistoria del Arte Venezolano, Consultado en junio de 2017.
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