El delictivo tráfico de bronce y cobre no da tregua al patrimonio cultural venezolano. Su más reciente víctima fue la estatua de Francisco de Miranda, en Maracaibo, a la que le quitaron la espada en 2016. Un año más tarde le arrancaron el brazo.
Nilda Silva Franco. 3/8/2017.
A Francisco de Miranda le arrancaron el brazo de cuajo, meses después de haberle robado la espada de bronce que empuñaba. Es la baja más reciente, al 3 de agosto de 2017, en la tierra arrasada que la horda de ladrones de bronce y cobre está convirtiendo el patrimonio cultural e histórico de Venezuela.

Con la misma velocidad con la que cae el bolívar frente al dólar, el mercado negro del cobre y su aleación, el bronce, destruye monumentos, estatuas, reliquias de museo (como las del Museo del Transporte de Caracas), placas conmemorativas, el cableado de cobre del alumbrado y fuentes de las plazas, y hasta lápidas funerarias para venderlos en chatarreras nacionales, a «aguantadores», o llevarlos al millonario contrabando de extracción, que pagaba (en Cúcuta, Colombia) entre 1200 bolívares (0,11 dólares) por kilo de hierro, 21 000 bolívares (2,02 dólares) por kilo de bronce, y 36 000 bolívares (3,46 dólares) por kilo de cobre (al 28 de julio, con el dólar paralelo a Bs. 10 389,79). Esto representa una generosa fuente de ingresos para los traficantes y la miríada de ladrones que los surten en una Venezuela con el salario mínimo mensual de 97 531,00 bolívares (9,62 dólares al 28 de julio de 2017), por lo que con apenas 4,64 kilos de bronce o 2,70 kilos de cobre se embolsillan el salario de todo un mes). Se presume que al 3 de agosto los precios de estos metales, y las respectivas ganancias, hayan cambiado en la frontera, cuando el dólar escaló a Bs. 17 980,95. La generalización del vandalismo contra el patrimonio cultural, hasta hace poco rico en bronce y cobre, se debe a que en la caótica economía venezolana hay que emplear casi todo el salario mínimo para hacerse con un paquete de 4 rollos grandes de papel sanitario, por el precio de Bs. 87 000; o la mitad del sueldo para tener un pomo de crema dental (Bs. 50 000,00) con el que cepillarse los dientes.
La mayoría del mobiliario patrimonial venezolano se degrada en partes para vehículos, máquinas y equipos, otras lápidas funerarias, trofeos, estatuillas y baratijas a gusto del cliente.
Aparte de las que se funden en el país, las piezas patrimoniales del Zulia, los Llanos y los estados andinos van a parar a Colombia, y se presume que las de Falcón (como el busto de bronce de Rafael Urdaneta robado en Coro el pasado 17 de julio) desembarcan en Curazao según informantes de esa ciudad. La indolencia oficial ante los bienes culturales, la impunidad hamponil, cierta indiferencia ciudadana y la debacle de la moneda nacional hacen de potente combustible para los hornos delictivos que convierten en nada la memoria e identidad nacional.
El portal Noticiaaldía.com daba el pasado 2 de agosto el más reciente informe de la depredación de los símbolos de los próceres y personajes ilustres: “En la plaza Francisco de Miranda, situada al lado del Hospital Central de Maracaibo, antisociales le arrancaron el brazo completo a la estatua del precursor de nuestra Independencia”.
Meses antes le habían quitado el sable a Rafael Urdaneta, así como la lanza a una de las estatuas del grupo escultórico que acompaña al héroe zuliano en el parque homónimo construido hace 45 años en el casco histórico de Maracaibo. Y en enero cargaron con la estatua de Udón Pérez, aprovechando las vacaciones de fin de año del liceo homónimo, donde se ubicaba el monumento al ilustre civil.
Un ecosistema delictivo con muy buena salud
Cuando en abril pasado desvalijaron varios Ford T del Museo del Transporte de Caracas y otras reliquias para llevarse piezas de bronce y otros metales, el director de la fundación que lo tutela, Alfredo Schael, exasperado por el saqueo sistemático de la institución, le sugería a las autoridades policiales que se dieran una pasadita por las chatarreras y fundidoras para descartar que se estuviese comerciando con objetos provenientes de este delito contra el patrimonio cultural.
A casi 528 kilómetros y 4 meses de distancia, una maracucha de a pie, entrevistada por Noticiaaldia.com, le da la razón: “Las autoridades no toman cartas en el asunto. Para vender cobre, hierro, bronce y aluminio no hay que hacer mucho esfuerzo porque los mismos chatarreros visitan la comunidad y la gente le vende lo que sea, de modo que los choros (delincuentes) andan activados por todos lados, viendo a ver qué encuentran para venderle al chatarrero, por eso es que tienen azotada a la población”.
Efectivamente, el medio local hizo un recorrido gráfico por el sector Cañada Honda de la capital zuliana para documentar las ofertas de compra de metales que diversos negocios hacen en plena calle. Aunque la compra-venta de chatarra no esté aún tipificada como delito, ninguna autoridad policial se toma la molestia de cerciorarse del origen de las piezas que se comercian, admite un exoficial de la Policía Nacional Bolivariana que nos pidió omitir su nombre. De modo que el ecosistema del metal rebosa de salud a costa de los activos patrimoniales: en la base están los miles de ladronzuelos y bandas organizadas que roban cualquier cosa de bronce y cobre (desde cables eléctricos a estatuas enteras), para venderla a los chatarreros o aguantadores, que a su vez lo comercian con fundidoras para procesar el material y “venderlo a las grandes fábricas, las cuales derivan piezas para artefactos eléctricos, vehículos, objetos del hogar, etc.”.
Según el medio citado, en Maracaibo compraban el kilo de cobre en 14 000 bolívares (0,95 dólares), y el de bronce en 13 000 bolívares (0,88 dólares), al 2 de agosto, cuando el dólar paralelo se cotizaba ya en Bs. 14 760,89. Eso, si se queda en el país. Las ganancias son mayores cuando las piezas robadas toman los caminos verdes del contrabando, en el que la variable del dólar en alza, como se mencionara líneas arriba, es el acicate para la ola, el tsunami, de robos que arrasa por estos días con los bienes culturales de la nación.
El oscuro negocio del cobre
No solo los monumentos son despojados de sus piezas de bronce, también los espacios donde se asientan son golpeados por esta industria delictiva, de allí que muchas plazas y parques del país se vayan sumiendo en la oscuridad tras el continuado robo de sus cableados eléctricos para aprovechar el componente de cobre.
Así han dejado a oscuras, por nombrar solo dos casos, la plaza Bolívar de Valera y la plaza Bolívar de Barinas. Los delincuentes mantienen asediada a la primera, situación que admitió el propio alcalde de la ciudad, José Karkom a la periodista Ailyn Hidalgo: “En mis más de tres años de gestión hemos restaurado la plaza varias veces, pero los vándalos se llevan las conexiones de electricidad”.

Mientras que los obreros de la alcaldía de Barinas declaraban en mayo a Marinela Araque Rivero que, “por falta de vigilancia y seguridad”, en la plaza Bolívar de esa entidad llanera “todo el cableado eléctrico se lo han robado, incluso el del sistema de riego”.

Los traficantes de bronce, cobre y otros metales que operan aquí y más allá de las fronteras viven un próspero momento por el hundimiento del bolívar y la facilidad e impunidad con que destrozan un patrimonio colectivo que el Estado venezolano ha desamparado, pese a la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, promulgada en 1993.

Una estatua robada por aquí, un brazo mutilado por allá, monumentos sin placas conmemorativas, y plazas sin luces atentan, aunque no sea muy consciente de ello, contra una ciudadanía que se queda sin símbolos, sin memoria, sin espacios, sin encuentros.
Porque hasta las noches le han arrebatado.
Fuentes consultadas
¡ANARQUÍA TOTAL! Robaron espadas a estatuas de próceres en plazas de Maracaibo (+Fotos), en Notitotal, 2 de diciembre de 2016, consultado el 21 de agosto de 2018.
Araque, Marinela. La plaza Bolívar de Barinas pierde la partida. En IAMvenezuela.com, 11 de mayo de 2017. https://goo.gl/8qQkKc. Consultado el 3 de agosto de 2017.
Catálogo del patrimonio cultural venezolano 2004 – 2010. Municipio Maracaibo, estado Zulia. Instituto del Patrimonio Cultural.
Exoficial de la Policía Nacional Bolivariana. Entrevistado el 3 de marzo de 2017.
Hildago, Ailyn. Plaza Bolívar, un antro en Valera. En IAMvenezuela.com, 18 de julio de 2017. https://goo.gl/UCMm4M. Consultado el 3 de agosto de 2017.
La devoradora mafia de los roba cables ahora va por las piezas de cobre de las estatuas de próceres en Maracaibo. En noticiaaldia.com, 2 de agosto de 2017. https://goo.gl/L6XaEe. Consultado el 3 de agosto de 2017.
Vilchez Boscan, Keyla. Se roban y funden la historia de Maracaibo, en Panorama.com.ve, consultado el 21 de agosto de 2018.
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