Los traficantes de bronce, que asolan como nunca antes el patrimonio cultural venezolano a lo largo del país, consiguió una rica veta de la cotizada aleación en las lápidas y tumbas de los cementerios, para terror de los muertos.
Mabel Sarmiento Garmendia. 5/8/2017.
Los camposantos, el lugar donde se supone que los muertos descansan en paz y en donde hay un invaluable patrimonio cultural como es el caso del Cementerio General del Sur, ubicado en la parroquia Santa Rosalía, en Caracas, hoy en día se han convertido en un blanco fácil para la ocurrencia de delitos.
Profanaciones, ritos satánicos, homicidios, tráfico de drogas. Y ahora se suman los robos de lápidas y nombres en bronce por parte de las mafias que comercian esa cotizada aleación de cobre y estaño.

Hay versiones que dan cuenta de que están usando ese metal para fundirlo y hacer nuevas placas para otros deudos, los venden a los joyeros e incluso se rumora -sin la confirmación certera- de que están usando el bronce para hacer las puntas de los cartuchos de bala.
Esa última utilidad la comentó un policía, quien dijo que cuando investigan e interrogan a los detenidos “salen cosas como esa. Pero no tenemos las pruebas”. Al funcionario se le resguarda el nombre y el cuerpo para el que trabaja, pues así lo solicitó.
Estos delitos suceden tanto en instalaciones públicas como en las privadas, donde hasta hace un par de años había más control y respeto por los difuntos. En el caso del Cementerio General del Sur, administrado por la Alcaldía de Caracas, más de 45 % de las tumbas han sido profanadas, según José Gregorio Ochoa, de Fundahumanos.
Armando Regalado, de la Asociación para la Promoción y Defensa de los derechos de los Familiares de Difuntos, Aprofamiliares, y quien desde el 2007 vela para que los muertos descansen en paz, presume que la cifra de hurtos, robos y profanaciones es mucho más debido a que no hay vigilancia suficiente en los camposantos municipales.
En el del sur, de 247 hectáreas, está seguro de que ya no quedan tumbas con enrejado, mármol o granito. “Las abren no solo para buscar huesos y cráneos. También las roban para sacar los latones de las urnas y las lápidas de bronce”.
En marzo de 2013 fue denunciado el caso de la presunta profanación de las tumbas del expresidente venezolano Joaquín Crespo y de su esposa Jacinta Parejo, las cuales se encuentran en un mausoleo familiar, ubicado en ese mismo camposanto.

En junio de 2016, la tumba del expresidente venezolano Rómulo Gallegos, también en el mismo sitio, fue profanada. Los responsables se llevaron el mármol que la cubría, los restos del escritor y de su esposa, Teotiste Arocha Egui.

Los ladrones pisotearon parte de la historia del país. Pero a entender del ministro para la Cultura, Freddy Ñáñez, no hubo profanación, sino que se trató de un acto vandálico contra el panteón familiar del escritor venezolano. “Rómulo Gallegos es una referencia de la venezolanidad, razón por la cual se realizará una investigación exhaustiva, para determinar la finalidad de este hecho, el cual, a su juicio, solo busca generar desasosiego”, dijo en ese entonces.
Lo cierto del caso es que no hay descanso ni para los muertos ilustres en los camposantos. “Es una cosa horrible lo que sucede en esos lugares y, en especial, en el Cementerio del Sur cuya data es de hace más de 130 años. La última vez que fui, en 2016, no había tumba que no estuviera abierta. A casi todas les sacan la cabeza. Los monumentos están deteriorados, la maleza los tapa y los grandes panteones están degradados por el abandono y la falta de mantenimiento”, dijo Hannia Gómez, de la Fundación de la Memoria Urbana, quien en 2013 abogó para que no se hicieran más entierros en el camposanto, para así poder recuperarlo.
Letra muerta
Este cementerio fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1982, según Gaceta Oficial Nro. 32492. Desde entonces, por ordenanza municipal, está prohibida la venta de nuevas parcelas en el sitio y, en su lugar, se arriendan.
No obstante, a la fecha ese decreto pasa por debajo de la mesa, pues en las aceras hacen entierros y hasta arriendan parcelas que tienen años sin ser visitadas, de acuerdo a la denuncia de José Gregorio Ochoa.
Para 1992 se reportaba la existencia de 118 estatuas y monumentos de autores como Andrés Pérez Mujica, Emilio Gariboldi, Lorenzo González, Federico Fabiani, Francisco Narváez y Pietro Ceccarelli.
En 2006, el presidente fallecido Hugo Chávez lo mandó a clausurar por todas las denuncias que se tejían a su alrededor y porque ya no quedaba un huequito más para inhumar cadáveres. Por esa fecha la municipalidad le quitó la concesión a la administradora Jarchina. Hoy en día muchas obras fúnebres están desaparecidas e incluso en algunos panteones viven familias pobres y personas en situación de calle.
Los antisociales entran y salen a toda hora y se roban el granito. “Eso sucede en todos los camposantos municipales. Los de Antímano y Macarao están igual de abandonados. Por eso en junio de 2016 introdujimos un escrito ante la Fiscalía, responsabilizando al alcalde de Caracas, Jorgue Rodríguez y al abogado Julián Alcalá, representante legal de Cementerios y Servicios Funerarios Municipales Libertador C.A, empresa que administra los camposantos que se encuentran en esta jurisdicción, de la falta de mantenimiento y vigilancia en estos sitios”.
Según Ochoa nombraron un fiscal, pero de la investigación no se conocen mayores avances.
No se salvan los privados
Entre tanto hay rienda suelta a los delitos y se extienden a los privados, de donde también extraen el bronce para comercializarlo con las fundidoras clandestinas, que cobran un aproximado de Bs. 150 000 por lápida.

“Todo es un negocio”, dice el comisario Marcos Rodríguez Moncada, director de Policía del Municipio El Hatillo, cuando explicó lo que está ocurriendo en el cementerio de La Guairita, ubicado en el este de la ciudad.
“Estamos trabajando en este tipo delitos desde mediados del año pasado. Ese camposanto está dentro de nuestra jurisdicción y debido a las denuncias estamos haciendo un trabajo de investigación que han arrojado varios detenidos. De ahí se han llevado 100, 120 y la última vez (la semana pasada) 300 lápidas que pudo recuperar la Policía de Sucre”.

Lo que hemos podido detectar, indicó, es que de cada 10 detenidos ocho son trabajadores del cementerio, son enterradores, cargadores. “Diríamos que el 80 % y hasta 90 % de los que cometen los hurtos son obreros, muchos de ellos expresidiarios”.
Estas personas, declaró el comisario, se están llevando las lápidas e incluso las urnas que son donadas luego de las cremaciones. “Las llevan a un sitio en Petare (este de Caracas), donde las acomodan y las venden como nuevas. Eso lo estamos investigando y de hecho fuimos a una reunión en el Ministerio de Justicia y Paz, hace como cinco meses, donde se nos propuso que iban a sacar una resolución que prohibiría a las fundidoras comprar ese material, así como también el cobre que sacan de los cables”.
Aún están en espera de la medida gubernamental y las mafias del cobre, sin importarles el costo, siguen sacando lápidas de los camposantos.
“Y eso es porque las empresas que administran estos sitios no están invirtiendo en seguridad”, señaló Hannia Gómez. Opinión de la que difiere Guillemos Herrera de la Cámara Funeraria (Canadefu), quien aseguró que sus costos de seguridad son excesivamente altos, “lo hemos considerado una prioridad, y contamos con equipos de vigilancia y hombres en la seguridad de los camposantos”.
Habló de los privados por supuesto, pero en los públicos como el Cementerio del Sur, de acuerdo a la versión de José Gregorio Ochoa, en 2016 la inversión fue de Bs. 107 000 000, menos de lo que le dieron en 2015. “Y lo usan para colocar obras y monumentos en las tumbas de los muertos de la revolución”, aclaró.
Vandalismo nacional
En todas las ciudades del país, sobre todo las más pobladas, hay reportes de robos masivos de lápidas broncíneas de los sepulcros. Desde el extremo occidental de Venezuela, Zulia y Táchira, por ejemplo, hasta Porlamar, pasando por el centro occidente y del país.

Precisamente en Barquisimeto, capital del estado Lara, el diario local El Impulso reportaba en abril de 2017 que un grupo de delincuentes destruyó más de 200 lápidas para extraer el bronce y el aluminio de ellas: «Joel Urabarrí, director del cementerio informó que desde hace tiempo se vienen tomando medidas para evitar los robos, y justamente irrumpieron al menos 20 personas entre ellos hombres y mujeres, quienes cargaban hasta niños, que causaron los destrozos en los módulos 44, 46 y 47. Se logró recuperar gran parte pero otra no». La policía pudo detener a dos adultos y dos adolescentes «con 14 lápidas de con aluminio y bronce encima».
El hecho se repitió en enero de 2018, cuando un grupo de personas, incluidos niños, entraron a manera de asalto en el camposanto y destruyeron numerosas lápidas para extraer el cotizado metal. El suceso fue reseñado por el referido diario larense: «El pasado viernes en la madrugada una multitud de profanadores de tumbas llegó al Parque Cementerio Metropolitano del Este, tomando posesión absoluta de ciertas parcelas y realizando destrozos en las lápidas. Los guardias de la zona describieron que eran muchas personas que invadieron el lugar, entre ellos mujeres y niños».

El grupo delictivo, precisa el rotativo, invadió el lugar entre la 1 y 2 de la madrugada para llevarse todas las lápidas que se les atravesaran, aquellas que rinden homenaje al difunto. El objetivo de los maleantes fue muy claro: hurtar todo lo que contenga cobre o materiales valiosos, entre ellos estaban los crucifijos, que están hechos a base de bronce y algunos son de aluminio.
En cuanto a los destrozos, profanaciones y hurtos, Herrera dijo que normalmente en los cementerios privados no ocurrían esos delitos hasta hace relativamente poco, tiempo, pero que ahora han arreciado: “Los hurtos de algunas lápidas de bronce se han materializado un poco en estos meses. Indudablemente el material más precioso que buscan son las aleaciones de bronce con aluminio, al ser un material muy costoso en la actualidad se hizo apetecible”.
A su entender, las personas que hurtan las lápidas a veces lo hacen de noche, hay otros que lo hacen a plena luz del día, camuflados como visitantes. “No se descarta la complicidad interna, en estos momentos hay abiertas investigaciones sobre ese tema, incluso ya se han capturado varios miembros de bandas dedicadas a eso; ahora bien, mientras exista lo que llaman aguantadores o los que compran este material, se podría continuar con esta mala práctica”, destacó.
– En los cementerios hay casi un museo con las obras de arte, pasa en los municipales, ¿Cómo controlar que no se pierda esa parte patrimonial?
– En los cementerios municipales existen muchas obras de arte, sobre todo en el emblemático Cementerio General del Sur. El problema radica que fue cubierto a su alrededor por barriadas que incluso pasan por el medio del mismo, aun cuando existe una vigilancia y, hasta donde tenía entendido, había un pelotón de la PNB allí.
– ¿Es cierto que se los venden a las joyerías o para hacer balas?
– Hay especulaciones sobre la materia, a nosotros no nos consta, en este momento las investigaciones sobre esos robos están en manos de las autoridades competentes, por cierto, muy adelantadas y pronto podrían caer los aguantadores y compradores al mayor de ese material.
– ¿Qué les dicen a las autoridades? ¿Han tenido reuniones para atacar este flagelo?
– Estamos en constante comunicación con ellos, hacemos un exhorto a los compradores de este material a fin de que dejen esta mala práctica, ya muchos de estos aguantadores están identificados y solo se espera su orden de captura.
De las reuniones que ha sostenido la Cámara Nacional de Funerarias (Canadefu) con empresarios del sector, hemos conocido que han aumentado sus nóminas de seguridad, situación esta que también ha significado un aumento en los costos de los mantenimientos y operaciones dentro de los camposantos, puntualizó.
Lo que dice la ley
En la Gaceta Oficial Nº 40 358, de fecha 18 de febrero de 2014, se explica que: los municipios están en la obligación de mantener, preservar y conservar en buen estado los cementerios públicos y municipales, prestando vigilancia adecuada las veinticuatro horas del día en sus instalaciones.
Igual obligación corresponde al municipio en relación a las obras de arte, monumentos, panteones y mausoleos considerados como patrimonio histórico o cultural por la autoridad competente en esa materia. El incumplimiento de esta disposición acarrea responsabilidad civil y administrativa.
Fuentes consultadas
Erick Valcazar. FOTOS: Profanadores azotan el Cementerio Metropolitano. En diario El Impulso, 4 de enero de 2018.
Gómez, Hannia. Presidenta de la Fundación de la Memoria Urbana. Entrevista realizada el miércoles 2 de agosto de 2017.
Herrera, Guillermo. Presidente de la Cámara de Funerarias y Cementerios. Entrevista realizada el jueves 3 de agosto de 2017.
Ochoa, José Gregorio. Vocero de Fundahumanos. Entrevista realizada el lunes 31 de julio de 2017.
Parada, Karen. Destrozan 200 lápidas en el Parque Cementerio Metropolitano del Este. En El Impuslo, 20 de abril de 2017.
Regalado, Armando. Fundador de la Asociación para la Promoción y Defensa de los Derechos de los Familiares de Difuntos, Aprofamiliares. Entrevista realizada el 20 agosto de 2015.
Rodríguez, Marcos. Comisario director de la Policía del municipio El Hatillo. Entrevista realizada el miércoles 2 de agosto de 2017.
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