Tras nuestro alerta de vandalización de 35 muros en el liceo Daniel Florencio O’Leary, el director de la institución y obreros corrieron, pintura y rodillo en mano, a desagraviar el histórico recinto.
Marinela Araque Rivero. 24/8/2017.
El liceo Daniel Florencio O’Leary tiene sus dolientes, esos que se arremangan la camisa para defender en cuanto antes el honor perdido. A cuatro días de nuestro alerta de vandalización de 35 muros de la histórica sede, el director del ente educativo, profesor Leonardo Brizuela, animó a los obreros José Gregorio Peña Díaz y Jorge Zambrano para correr -pintura, brochas y rodillo en mano- a borrar las pintas con las que maleantes agraviaron las adustas columnas de la fachada y uno de los laterales de la cerca perimetral.
“Algunos colegas, que habían leído por las redes sociales el artículo Vandalizan 35 muros del Liceo Daniel Florencio O’Leary, publicado por IAM Venezuela, me alertaron el mismo 18 de agosto sobre esta acción delictiva, de modo que como garante de esta institución docente animé una cayapa (trabajo grupal ad honorem) con dos obreros para devolverle la imagen al liceo”, cuenta el profesor Brizuela armado de una honrosa brocha y ataviado con un mono deportivo salpicado de pintura.
En el artículo citado por el docente, publicado en la mañana del 18 de agosto pasado, dábamos cuenta de la guerra de aerosoles que vándalos libraron sobre los vetustos muros del liceo que dirige, declarado como Bien de Interés Cultural del Estado venezolano y Patrimonio Histórico del municipio Barinas.
“Parecían las paredes de una cárcel”
Brizuela lamentó, mirando el gesto reparador que estaba acometiendo con dos compañeros de trabajo, que “nuestro querido liceo haya sido objeto de vandalismo. Nosotros estamos de vacaciones escolares, pero pude ver las fotografías publicadas que mostraban un perfil de lo que nosotros no somos. Parecían las paredes de una cárcel y no las de la institución educativa con arraigo histórico que es. De modo que llamé a dos obreros que siempre colaboran con el liceo, José Gregorio Peña Díaz y Jorge Zambrano, para rescatar las columnas de la cerca perimetral”.
El trío aprovechó entonces la ocasión para pintar también la parte interna de la institución con la pintura que les donara la Fundación Educativa de Desarrollo Económico y Social, FEDES. “Aquí están con nosotros, cuenta Brizuela, las señoras del comedor apoyándonos en todo, porque estamos orgullosos de trabajar en este liceo, tenemos sentido de pertenencia hacia la institución. Me molestó verla así en esas condiciones. Este es el único liceo de Barinas donde no se han metido a robar porque siempre lo estamos vigilando con la patrulla policial del cuadrante de la parroquia Barinas, quienes gentilmente han colaborado con la seguridad”.
Explica el director que lo que ha ocurrido con las paredes es que algunos jóvenes que practican con la patineta en la plazoleta ubicada la frente del liceo, hacen grafitis por encargo: “Una noche pillé a uno, y al preguntarle por qué dañaba nuestra institución respondió, bajo los efectos de la droga, que era un encargo de un amigo que quería que escribiera un mensaje de amor para una muchacha que estudiaba en el liceo. Así es que suelen rayar las paredes, otros lo hacen para marcar el territorio y algunos más por vagancia”.
Tras un reflexivo silencio, y como mirando en nosotros la personificación de la mismísima UNESCO, nos suelta: “Hay que darles un taller de concienciación histórica patrimonial a los jóvenes y a los profesores. Muchos de ellos no saben que esta edificación es patrimonio cultural de la nación. Y menos quién fue Daniel Florencio O’Leary, nuestro epónimo. Como usted sabe, O’Leary fue un patriota y el edecán de Simón Bolívar, de modo que para honrarlo debemos ser una institución modelo en comportamiento y excelencia.”
Antes de voltearse a continuar con el desagravio al inmueble, nos despide con un gesto de gratitud: “Gracias a IAM Venezuela por alertar del vandalismo perpetrado contra la institución, pues se agravó en esta época de vacaciones escolares. Su trabajo en Barinas ha servido como mediación ante el peligro o la amenaza de los bienes culturales de la ciudad”.
“Son ustedes los únicos que han mostrado preocupación e interés, por lo menos han escrito alertando de la situación y están aquí hoy con su presencia apoyándonos, pues ningún autoridad se ha acercado hasta hora”. Leonardo Brizuela, director del liceo Daniel Florencio O’Leary.
Dejamos al profesor en su loable labor para recorrer los corredores y jardines del histórico liceo donde muchos barineses se formaron. Sentada en un viejo banco observando desde lo lejos a los abnegados trabajadores, reflexioné en relación a los numerosos edificios que conforman el centro histórico de la ciudad, una trama urbana que lamentablemente se ha ido desdibujando porque solo lo acompaña una protección teórica, pero adolece de personas comprometidas y sensibles con el patrimonio cultural y con la ciudad, como Leonardo Brizuela y sus compañeros, quienes sí han entendido el lema del liceo O’Leary grabado en una placa de 2006: “Es y será siempre cátedra viva de formación social, humanista con su primordial e indeclinable misión de preparar para el futuro a nuestros jóvenes y seguir el ejemplo positivo de las generaciones de ilustres barineses que ayer y hoy forjan el futuro de nuestra patria”. Brizuela y su equipo no solo remozaron motu proprio la emblemática edificación docente que tanto quieren, también remozan la esperanza en este país desalentado.
Me fui musitando la certeza de que con gente como ellos no todo está perdido en Venezuela.
Fuentes consultadas
Placa conmemorativa con motivo de los 60 años del liceo O’Leary. Barinas 19 de septiembre 2006.
Brizuela, Leonardo. Director del liceo Daniel Florencio O’Leary. Entrevista realizada en Barinas el 22 de agosto de 2017.
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