
Nombre: Adán, escultura.
Autor: anónimo.
Técnica: talla en mármol.
Año: siglo XX.
Tipo de patrimonio cultural: tangible / mueble.
Administrador custodio o responsable: Museo Trapiche de los Clavo.
Historia
Descripción
Valores patrimoniales
Situación actual
Ubicación
Fuentes consultadas
Historia
Poco se conoce sobre los orígenes de la escultura de Adán. Algunos cronistas refieren que la misma fue incorporada como parte del mobiliario de la plazoleta Alameda León poco después de su inauguración. Esta, construida a mediados del siglo XX, está localizada en la ciudad de Boconó, capital del estado Trujillo, y posee bancos de mármol y de cemento. Además, luce una cerca perimetral de columnas de hormigón.

A la plazoleta se le incorporó en el centro un busto en honor al presbítero Salvador Vicente de León, ilustre capellán de los ejércitos de Simón Bolívar, quien sirvió al curato de Boconó durante 59 años y se le conocía por ser un hombre piadoso con los menesterosos y quien no tenía propiedades ni objetos de valor. Según la tradición oral, cierto día dos personajes bíblicos lo acompañarían en la plazoleta dedicada a él: las figuras de Adán y Eva en un bello desnudo de mármol, aunque no se ha documentado si solo era la escultura de Adán, y el imaginario boconés le sumó la de Eva.

Lo cierto es que tal desnudez escandalizó a la sociedad del Boconó de entonces. Cuentan que los más conservadores veían en aquel Adán desprovisto de la pudorosa hoja de parra (y quizá Eva) “la pasión, el acto carnal entre un hombre y una mujer” y que “era un mal ejemplo para los jóvenes en formación, y no convenía que estuvieran frente a la figura de un hombre de fe”. Esto, pese a que el autor supuestamente había explicado que “quiso representar con la escena cómo vivía el hombre antes de rebelarse a Dios. Pues no conocía la desnudez, y que no tenían vergüenza de ver su cuerpo desnudo”.
Los más tolerantes, siempre según el relato popular, concedían en que el conjunto escultórico “personificaba el acto de la creación como una manera de recordar que Dios hizo al hombre a semejanza de él para que viviera sin pecado alguno”.
Pero se impuso el espíritu de Torquemada y un mal día el precioso monumento fue removido de su sitio original y, en un acto de vandalismo, alguien con ayuda de cómplices lanzó el conjunto escultórico por un barranco, quizá para conjurar sus propios demonios.
No podían permitir que en el espacio consagrado “a un hombre de Dios”, como el padre Salvador Vicente de León, estuviera(n) también Adán (y Eva) recordando la vulnerabilidad del hombre ante el fruto prohibido y el pecado. Y fueron expulsados violentamente, como en el Paraíso, de la plazoleta.
De Eva, figura a la que según el anecdotario popular arrancaron de la base de mármol, “no se supo más”; dicen que quedó enterrada en la quebrada Segovia, adonde aquellos pequeños inquisidores boconeses la habrían lanzado desde el despeñadero. Adán tendría mejor suerte, pues tiempo después de aquella acción fue encontrado, aunque roto y bastante golpeado. Con su rescate, sin embargo, la sensatez le ganaba una pequeña batalla a la intolerancia.

Jesús Barreto Leal, historiador que la labora en la Oficina del cronista oficial de la ciudad de Boconó, comenta que esta acción vandálica se explica en “una sociedad sin sentido de la estética, ni natural ni humana”. El posterior peregrinaje de la malograda escultura le da la razón: ninguna institución oficial (ni cultural, ni municipal o regional) la restituyó a su lugar o tomó previsiones para salvaguardarla, por lo que algunos ciudadanos tuvieron la misericordia de poner a Adán debajo de un árbol plantado frente al Instituto Rómulo Betancourt, en la calle Colón.

Aunque no tenía a Eva a su lado (tal vez nunca la tuvo), allí el primer hombre permaneció con cierta tranquilidad por un tiempo, hasta que empezaron unos trabajos para mejorar la avenida Colón y la impericia de los obreros lo salpicó de cemento. Evidentemente las autoridades que ordenaron las obras públicas sin reparar en la pieza de arte, y la omisión de las instituciones que debieron tomar las previsiones para su resguardo serían los responsables de darles “el garrote” a los inadvertidos trabajadores. Desde entonces Adán quedó manchado de cemento.

Pero a salvo. Afortunadamente las sociedades cambian, la pacatería se desvanece con las nuevas generaciones, como la que integran los alumnos del Instituto Rómulo Betancourt quienes corrieron con el acontecido personaje a llevarlo a donde sabían que sería valorado y protegido: el Museo Trapiche de Los Clavo. En los jardines de esa antigua hacienda de caña de azúcar y café se le ve a gusto en su yaciente integridad de mármol, para admiración de turistas y visitantes.
Por fin Adán hallaba su Paraíso.


Descripción
La estatua de autor desconocido representa a gran tamaño la figura de Adán en posición yacente, al estilo clásico, completamente desnudo. De aproximadamente 1.70 cm, está realizada en mármol blanco.
La figura se adapta perfectamente a la superficie horizontal que le sirve de base. Son claramente apreciables los rasgos del rostro, su cabello y musculatura. Con su mano derecha toca un racimo de uvas, mientras que la pierna izquierda está ligeramente flexionada sobre el talón de la pierna derecha.
El cuerpo se presenta un poco flexionado y su cabeza descansa sobre la base. A la escultura le fueron sembradas plantas de jardín de flores morada en todo su contorno que hacen la forma de un marco natural.

Valores patrimoniales
Es la única estatua centrada en la figura bíblica de Adán que aún se conserva en el estado Trujillo. Por su belleza y simbología fue decretada como bien de interés cultural del Estado venezolano y está registrada en el Catálogo del patrimonio cultural venezolano. Municipios Boconó/ Juan Vicente Campo Elías 2004 – 2009.
Situación actual
La escultura muestra deterioro por desgaste y antiguo vandalismo. En las piernas, brazos, cuello y torso presenta restos de concreto. La nariz, manos y pies lucen fragmentados. Presenta acumulación de suciedad propia de su exposición exterior, en los jardines del Museo Trapiche de los Clavo.


Tiene manchas negras producto de las precipitaciones que caen en el lugar; al descomponerse las hojas de los árboles que caen sobre la obra los hongos y las bacterias se extiende por los poros del mármol. En la escultura se notan además las fracturas tras ser lanzada por la peña de la quebrada Segovia.
Ubicación
Museo Trapiche de los Clavo. Avenida Rotaria, Boconó, estado Trujillo.
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Fuentes consultadas
Artesana. Entrevista realizada en el Museo Trapiche de los Clavo, Boconó, el 29 de agosto de 2017.
Barreto Leal, Jesús. Historiador de la oficina del cronista oficial de la ciudad de Boconó. Entrevista realizada en Boconó el 29 de agosto de 2017.
Instituto de Patrimonio Cultural. Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2009. Municipio Boconó / Juan Vicente Campo Elías. p.55
Trabajador de la Corporación Trujillana de Turismo. Entrevista realizada en el Museo Trapiche de los Clavo en Boconó, el 29 de agosto de 2017.
Investigación: Marinela Araque Rivero.
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