El baile de las turas es una ceremonia tradicional sincrética de los pueblos campesinos que hacen vida en la frontera de Falcón y Lara, estados situados en el occidente de Venezuela.
Nombre: Baile de las turas.
Fecha: 23 y 24 de septiembre de cada año.
Tipo de patrimonio: intangible / danza sincrética / tradiciones.
Ubicación: poblados limítrofes de Mapararí, San Pedro, El Tural (municipio Federación del estado Falcón) y Moroturo (municipio Urdaneta del estado Lara).
Un viaje visual por una danza milenaria (*)
Patio de turas. La ceremonia se hace en el mismo lugar todos los años, en el patio de una familia pudiente de la zona. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
El señor Manuel, capataz del patio de turas en Mapararí arma el altar adornado con mazorcas de maíz y otros frutos. Foto Francisco Colina, septiembre ce 2016.
El señor Manuel quien es capataz del patio de turas de Mapararí, municipio Federacion de Falcón. Se encarga de armar el altar o «palacio» donde el pueblo turero llevará las ofrendas. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Las ofrendas se llevan al altar o «palacio», adornado con flores, palmas y mazorcas, en el patio. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
El señor Manuel, capataz del patio de turas de Mapararí, municipio Federación del estado Falcón, detrás del celebrado maíz. Foto Francisco Colina, septiembre de
En la turas se celebra al maíz como elemento telúrico y sustento ancestral, en el fondo el capataz, señor Manuel. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
El cuidadoso amarre del maíz para la ceremonia. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Las ofrendas de maíz en el baile de las turas, el rubro más cosechado. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Preparacion de la chicha a base de maíz, fruto protagónico del ritual. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Mujeres se encargan de hacer la sopa con los frutos de la zona. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Instrumentos del milenario baile de las turas. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Cacho pequeño, instrumento musical empleado en el baile de las tras, elaborado con el cráneo de venado al que le dejan el orificio occipital, les tapan los de los ojos y nariz con cera de abejas. Foto Francisco Coli
El cacho pequeño, elaborado a partir del cráneo de venado. A escasos kilómetros de Mapararí, en el poblado de San Pedro, les piden permiso a los espíritus para comenzar la ceremonia. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
El cacho grande, elaborado con cráneo de venado, le aporta el sonido característico al baile de la turas. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
La tura menor se inicia el 23 de septiembre a las seis de la tarde en las poblaciones Mapararí, Siquisique, San Pedro y el Tural. Un viejo turero reedita el sonido milenario de la tura. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Se baila al son del toque de una maraca y el sonido hueco del cráneo de venado. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
En la melodía interviene también flautas de diversos tamaños, tipo quena. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Las reinas de San Pedro y Mapararí, en el estado Falcón. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Reina vitalicia de Mapararí. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Marecelina Sequera, reina vitalicia de San Pedro, con la tura grande, instrumento clave en el baile de las turas. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Cuando oscurece la reina y los participantes de San Pedro van en procesión hasta el patio de turas en Mapararí, unos 4 km para continuar con el ritual. Foto Francisco Colina, septie
En el caserío de San Pedro bailan al son de maracas y de los cachos de venado hasta que oscurece para ir en procesión hasta el patio de turas en Mapararí. Foto Francisco Colina.
El baile de las turas en plena noche. A la izquierda, el veterano turero y docente, Nacer Navarro, quien explica que el baile son de estrictos tres pasos, por la inclinación aborigen a los números impares. Foto Francisco Colina, septiembre
Los pasos son estrictos y responden a la cosmogonía indígena. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Turera en el altar de la ceremonia. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Los participantes se dirigen desde el patio de turas a la iglesia el 24 de septiembre, para continuar el ritual. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Los gestos simbólicos imitan movimientos de cacería, hacen reverencias, sacude las maracas y soplan los cachos de venado para agradecer por las cosechas al tiempo de alejar a los espíritus malignos. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Tras el inicio del 23 de septiembre, en la mañana siguiente se danza y recoge todo, y salen del patio de turas rumbo a la iglesia. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Las flautas mayor y menor, tipo quena, le aportan su musicalidad al baile de las turas, milenaria ceremonia popular. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Todos salen a la procesión, y danzando, hacia la iglesia el 24 de septiembre. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Las reinas y capataces rumbo a la iglesia, el 24 de septiembre. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Camino a la iglesia, el 24 de septiembre. La ceremonia mezcla la cosmogonía aborigen con el catolcismo, representado en la Virgen de las Mercedes. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Ya dentro de la iglesia, el sacerdote bendice a los participantes y las ofrendas del ritual turero. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Dos veteranos del baile de las turas con instrumentos ancestrales. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Turero de más de 60 años guardando el ritual, homenajeado en 2016. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
Pilares vivientes de la tradición. Bartolo Garcés, de San Pedro, con otros veteranos, les inculca la tradición a las nuevas generaciones. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
La juventud sigue la tradición, este chico prepara el maíz, protagonista de la fiesta milenaria. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
En los niños y jóvenes trasciende la ceremonia del baile de las turas. Foto Francisco Colina, septiembre de 2016.
El Diccionario de historia de Venezuela de la Fundación Empresas Polar registra esta ceremonia de los pueblos campesinos que hacen vida en la frontera de Falcón y Lara en la categoría de bailes religiosos y profanos:
“Esta celebración de origen indígena ha tomado a través del tiempo diferentes elementos culturales que la muestran como un rito agrario bajo la advocación de una virgen católica (Virgen de las Mercedes). En el baile de las turas se le rinde culto a la agricultura y los creyentes ofrendan parte de sus cosechas y su cacería a los ‘espíritus divinos’ con el agradecimiento por la productividad obtenida. Al mismo tiempo aprovechan la ceremonia para solicitar abundancia en la siembra del año próximo, especialmente del maíz, su alimento básico. Los gestos simbólicos imitando movimientos de cacería, moviéndose, haciendo reverencias, sacudiendo las maracas y soplando los cachos de venado para, al mismo tiempo, alejar a los espíritus malignos, forman parte del ritual y son básicamente los mismos tanto en la tura pequeña como en la tura grande”.
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