Desde hace más de 10 años se paralizó la «reparación del techado y mejoras» del Ateneo de Barinas, pese al oneroso presupuesto asignado a la obra. Hoy el recinto cultural es un monumental nido de palomas que pone en peligro la salud pública.
Marinela Araque Rivero. 12/9/2017.
Desde la precaria fachada del Ateneo de Barinas se leía en 2009 un cartel que daba cuenta de la “reparación de techado y mejoras” de esa sede cultural por un monto de 99 999 998,79 de bolívares antiguos (agréguele a esa suma tres ceros). La cantidad representaría hoy 4 738 000 dólares (al cambio paralelo de Bs.F 21 105,95 al 11 de septiembre de 2017) que todavía no “alcanzaban” para los trabajos, de modo que el monto pronto subió, según reportes de prensa, a 300 000 000 de bolívares (antiguos) o catorce millones doscientos catorce mil dólares para hacer de ese recinto un espacio inhabitable: tejas que se desprenden con el viento, habitaciones sin puertas, ventanas destruidas, y un techo que filtra uniformemente la lluvia por sus paredes sin pintura.

“En aquel momento en que la casa comienza a mojarse la fundación del ateneo se mudó cerca de aquí al final de la avenida Briceño Méndez, y muchos muebles quedaron en la casa porque las autoridades con esos ingenieros empezaron a trabajar presurosamente. Recuerdo muy bien que era una arquitecta la que se encaprichó en modificarle el techo»¦ el original tenía la caída a una sola agua y ella se empeñó en hacerlo a dos aguas; yo, que no soy arquitecta, pero más sabe el Diablo por viejo, solo pensaba en lo que la lluvia les haría a las paredes. Ellos no duraron nada trabajando y se fueron, de eso hace más de diez años. La otra vez oí que les habían dado la vivienda a unos muchachos, pero nadie ha durado ahí»¦ no tiene servicios y dicen que el techo es más pesado que las paredes y que con el tiempo va a terminar cediendo. Ahora es un nido de palomas.”


Las gruesas capas de excremento de estas aves, que se extienden por los pisos del abandonado inmueble, le dan la razón a doña Felicia Sánchez, oriunda de Barinitas pero a quien sus más de 60 años viviendo en el sector la convierten en testigo de excepción del auge y caída del Ateneo de Barinas: “Vea usted con sus propios ojos cómo se están desprendiendo las tejas del techo, ya hasta caen en el garaje del vecino. Esta casa no tiene dolientes hija, escriba eso, no tiene amigos”.
A sus 82 años, doña Felicia se aferra con envidiable lucidez al ovillo de su memoria para llevarnos a ese espacio que alguna vez albergó el arte, la cultura y el entusiasmo barinés por el porvenir: “En esta casa siempre había alegría porque realizaban talleres para niños y jóvenes. Había conciertos, exposiciones, cursos y todo lo que usted pueda imaginar. Era un centro cultural dedicado a las comunidades. Cómo será que hasta se realizaban actividades para las personas adultas, se hacían conversatorios sobre la ciudad, sobre los bailes típicos y las comidas tradicionales. ¡Dígame en Navidad!, las Paraduras del Niño eran memorables”.

Tiempos primorosos que se fueron esfumando desde 2006, cuando la sede cultural empieza a acusar un creciente deterioro: “Esta casa, rememora Felicia, se la regaló el maestro (Hugo de Los Reyes) Chávez cuando era gobernador de Barinas (1998 – 2008) a la Fundación Ateneo y ellos se alegraron mucho porque por fin tenían su propia casita para continuar con las actividades culturales. Pero como todo se va acabando –sino míreme a mí-, la casa empieza a presentar problemas de humedad, ya que el techo era de asbesto y se fue rompiendo. Se comenzaron a filtrar las paredes y se hizo inhabitable. Si mi memoria no me traiciona, el presidente del ateneo para entonces era (Carlos Álvarez) Tobita, un buen hombre que luchó mucho por el ateneo. Murió hace años y no pudo volver a la sede porque nunca la terminaron de arreglar. Con la muerte de Tobita se acabó también la Fundación Ateneo y la misma casa”.
La anciana suelta el hilo de sus recuerdos para despedirnos con una plegaria más desalentadora que esperanzada: “A nadie le importa nada en esta ciudad y eso duele porque yo vi a Barinas próspera y con futuro. Mire cómo están acabando con todo, hasta los jóvenes se han ido de la ciudad. Ruego a Dios porque esta ruina y esta incertidumbre se acaben pronto”.
De simple reparación a elefante blanco
Como contara doña Felicia, el Ateneo de Barinas fue para algunas generaciones un espacio de convivencia y arte que desplegó numerosas iniciativas a favor de las clases vulnerables. Esto incluía la atención a los hijos de los trabajadores de la alcaldía y la gobernación durante el horario laboral, por ello fueron estos los primeros en lamentar el cierre de la sede cultural, en 2006, por su inminente derrumbe.
El edificio, situado en pleno centro histórico a escasos metros de la sede de la Gobernación del estado Barinas y de la Gerencia de Patrimonio Cultural del estado, fue declarado por el Instituto del Patrimonio Cultural, IPC, como bien de interés cultural de la nación y registrado en su Catálogo del patrimonio cultural venezolano, municipio Barinas (2004 – 2006), títulos extensivos a la Fundación Ateneo de Barinas. Tales jerarquías patrimoniales, sin embargo, sirvieron de poco para su rehabilitación.
Ya en el año 2005 el IPC suscribía en el referido catálogo que el inmueble presentaba “un regular estado de conservación, por lo que la institución responsable de este bien está en la obligación legal de tomar las medidas necesarias para conservarlo y salvaguardarlo, notificando al Instituto de Patrimonio Cultural, sobre estas actuaciones.”

La Fundación Ateneo carecía de fondos para cumplir con el mandato del ente rector, por lo que el gobernador Hugo de Los Reyes Chávez asume este compromiso en el año 2006. La firma contratada para la obra, Constructora Z y B, C. A., le cambió el techo de asbesto por uno de tejas, frisó algunas paredes externas, clausuró una ventana lateral e instaló ventanas de madera desechable. La obra, aún inconclusa, fue paralizada sin mayores explicaciones.


Cumplía cuatro años en ese estado, en 2011, cuando el periodista Dimas Medina alerta sobre esta situación en el diario La Prensa con el reportaje Cuatro años abandonada lleva refacción del Ateneo de Barinas, en el cual señala que a un año de la muerte de Carlos Tobita Álvarez, dirigente cultural de Barinas y presidente de la Fundación Ateneo Barinas, continuaba abandonado: “Tobita murió luchando por ver cristalizado su sueño de poner a disposición del público el Ateneo restaurado, este recinto lleva más de cuatro años en el más completo olvido oficial. Lo que han dejado es una casa vieja abandonada y un nuevo techo que viene acusando un rápido deterioro a consecuencia de la paralización de la remodelación de dicha estructura.”
A pesar de las denuncias difundidas por el periodista, en aquel momento no hubo manera de que el actual gobernador Adán Chávez (cuya gestión se extiende desde 2008) ordenara la culminación de los trabajos. Y eso que el propio gobernante había denunciado públicamente a la constructora en abril de 2009 por no haber cumplido con las obras contratadas por el Ejecutivo regional. Durante varios meses de ese año el cartel exhibió el oneroso monto de la “reparación» y «mejoras” sobre la derruida pared.

La valla finalmente desapareció, pero no el descuido del inmueble ni la inquietud de Medina, quien arremete de nuevo contra la inmovilidad gubernativa en el artículo titulado Cinco años abandonado lleva restauración del Ateneo de Barinas, publicado en el mismo diario un año después, el 5 de junio de 2012, en el que destacaba la “falta de pronunciamiento” del Ejecutivo regional, la Contraloría General del Estado y el Parlamento Regional sobre la paralización de la obra: “»¦ el mandatario regional, acusaba el periodista, no ha podido aclarar de manera pública las irregularidades presentadas con este proyecto que ha atentado con el normal desenvolvimiento de una de las instituciones con más tradición cultural en la ciudad de Barinas”.
Más de un año después, entre finales de 2013 y principios del 2014, unos maestros alarifes de la ciudad de Coro terminaron de frisar las paredes para una alegría fugaz, pues hasta allí llegó la reparación del entuerto contra ese “bien de interés cultural” ubicado en la calle Bolívar, antigua Calle Real. Hoy solo es habitado por palomas. Y su caca.
Fuente de insalubridad pública

Los excrementos de estas aves urbanas bajan en cascada desde el techo hasta los pisos de la sede del Ateneo de Barinas, convirtiéndose en una amenaza sanitaria. Al secarse, las heces de paloma se esparcen por el aire en forma de polvo microscópico que al ser inhalado es potencialmente causante de más de 40 enfermedades entre las que se encuentran la clamidiosis (que produce cuadros similares a la neumonía, gripe y dolencias digestivas cuando la bacteria invade el pulmón, el bazo e hígado), la criptococosis (producida por un hongo que florece en la deposición aviar y que se manifiesta en humanos como meningitis o meningoencefalitis y es usualmente precedida por una infección pulmonar con tos, estornudos con sangre, fiebre y malestar), alveolitis alérgica (hipersensibilidad al polvo fecal de las palomas que genera inflamación de los alveolos pulmonares y los síntomas son tos, dificultad para respirar, fiebre y escalofríos que puede confundirse con un resfriado), la histoplasmosis, colibacilosis y salmonelosis entre muchos otros males graves.
Según el veterinario José Bustamante Navarro, representante del Colegio Médico Veterinario de Lima (CMDVL) “es importante considerar la cantidad y volumen de las defecaciones, dado que se pueden crear las condiciones para que se desarrollen protozoarios, hongos, bacterias o clamidias”. El especialista concede que “la presencia de excremento de manera individualizada no genera mayor problema de salud pública”, pero se llevaría las manos a la cabeza de saber que en un recinto cultural abandonado, situado en pleno casco histórico de una importante ciudad venezolana, las heces de paloma llevan más de 10 años acumulándose.

Además de los aludidos estragos en la salud pública, estas heces corroen profundamente las edificaciones expuestas a ellas. El arquitecto Hugo Ruiz, coordinador académico de la maestría de Arquitectura de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía Manuel del Castillo Negrete, del Instituto Nacional de Antropología e Historia de la ciudad de México advierte al respecto que “El excremento de las palomas al mezclarse con la lluvia, el aire y diversos contaminantes ambientales, comienza a deteriorar los materiales de construcción, dado que favorece el crecimiento de microflora que producirá ácidos y otros metabólicos que los deterioran. Como consecuencia de esta actividad metabólica, empieza a haber efectos indeseables desde el punto de vista estético, como el que los aplanados se desprendan y los materiales pétreos se carcoman ocasionando su desintegración progresiva, hasta afectar con el tiempo la integridad del monumento”.
A los excrementos de paloma que agreden el inmueble se suman otras cacas no menos corrosivas, como las supuestas «irregularidades» en los ingentes recursos que debieron rehabilitarlo en su momento, la desidia oficial, los menesterosos y alcohólicos que lo toman como refugio, los vándalos que lo irrespetan con grafitis, el mutismo de los barineses.

Ahí sigue esa casona de paredes debilitadas por las filtraciones y techos parapeteados, de ventanas destrozadas y rincones tapizados de telarañas, con su patio central colonizado por la maleza y la basura que la escolta desde los laterales. En su piso manchado y sucio una botella vacía de licor barato ultraja su nombre y su pasado. Lo que le queda, pues su futuro está en veremos»¦

Sede con destino incierto
Poco se sabe sobre el destino de la casa del ateneo. Se rumora desde hace años que al concluir los trabajos la convertirían en la sede del Coro de la Orquesta Sinfónica Seccional Barinas. Otros asoman que el inmueble lo está comprando un reconocido personaje de Barinas que ha construido varios centros comerciales en la parte alta de la ciudad.
Ambas conjeturas son desmentidas por un funcionario de la Secretaría de Infraestructura y Ordenamiento Territorial, SIOT, del ejecutivo regional, quien nos informa de que tras una inspección que le hicieron al inmueble hace unos meses llegaron a la –obvia- conclusión de que la casa “necesita unas mejoras para poder darle utilidad pública”.
A preguntársele sobre la propiedad de la edificación y el destino que tendría, nos pidió el anonimato para decirnos que “este inmueble, hasta donde yo conozco, es patrimonio público de la gobernación. No pertenece a ninguna fulana fundación. Ninguna persona ni institución puede hacer uso de esta edificación sin la previa autorización de las autoridades competentes que son custodios y responsables del mismo”.
Afirmación a contracorriente del Registro Inmobiliario de Barinas, en donde revisamos el documento Nº 30, Tomo 8, Protocolo Primero, Trimestre Cuarto, que hace constar que esta edificación fue adquirida por la Fundación Ateneo de Barinas el 13 de noviembre de 2002 con un aporte único dado por el gobernador Hugo de Los Reyes Chávez para “la adquisición de inmueble para la sede del mismo” (Decreto Nº 491 de fecha 8 de noviembre del año 2002).
Antes de este trámite la casa pertenecía al señor Orlando Medina Sánchez, quien dio en venta “pura y simple” un bien inmueble de su propiedad constituido por un lote de terreno y las bienhechurías sobre él construidas a la respectiva Fundación Ateneo Barinas a través del ciudadano Carlos Alberto Tobita Álvarez, como presidente y representante del ente cultural.
El precio de la venta fue de doscientos noventa millones de bolívares (290 000 000,00). El inmueble consta de 29,50 metros de frente por 36 metros de fondo que totalizan un área aproximada de “un mil sesenta y dos metros cuadrados (1062 m2) y está comprendida por dos bienhechurías; la primera, situada en el cruce de la avenida Libertad con calle Bolívar constante de veintisiete metros con cincuenta centímetros (27,50 m) de largo por 8 metros de fondo.
En el documento también se registra que la edificación está construida sobre una base de concreto, paredes de bloque y techo de asbesto. Además, comprende cuatro habitaciones para comercio u oficina, un salón de exhibición, dormitorios y sanitarios. La segunda construcción está ubicada en la calle Libertad, alineada por el norte con la calle Bolívar con la avenida Libertad.
Una fundación para la barinidad
Desde el año 1965 se realizaron intentos en formar en Barinas el ateneo de la ciudad por un grupo de barineses preocupados por el quehacer cultural. Después de muchas reuniones, planes y proyectos la idea no se materializó sino hasta 24 años después, cuando finalmente cristalizara un equipo multidisciplinario cuyo objetivo era consolidar un movimiento cultural barinés «de acuerdo a su idiosincrasia para rescatar los valores, costumbres y tradiciones que dieron origen a la barinidad», por lo que se convencieron de que la mejor forma era constituir una asociación civil de carácter privado y sin fines de lucro.
Nacía con ello la Fundación Ateneo de Barinas el 18 de octubre de 1989, conformada por Erwin Alejandro Romero, Rubén Isaac Tapia Peña, Carlos Giusti Vargas, Aurora Díaz de Sánchez, Celeste Tapia de Martínez, Guillermo Monsalve, Arnulfo Quintero López, Jesús A. Martínez, Manuel Darío Gruber, Fernando Pezoa, Ismeldo Paiva, Félix Salazar, Avilmar Franco. Rafael Avendaño, Pedro Pablo González, Eloísa Romero, Lubin Vielma, Beatriz Sánchez, Juan Carlos Guevara, Asdrúbal José Romero, Fragni Quintero Jerez, María Isabel Tapia, María teresa Borrego, Napoleón Rivero, Javier Lasarte, Omar Behrends , Amelia Vidal, Ana Cecilia Valdez, Carlos León, José Hernández, Pedro Castillo, Rosalía Espinoza Ramírez y Amanda Díaz de Mazzei.
Hombres y mujeres que apostaron por establecer y animar un movimiento cultural de primer orden en la urbe y en el ámbito regional para “proteger, rescatar y conservar el patrimonio histórico de la ciudad”, para ello, se abocaron a estimular las artes en todos sus géneros: pintura, escultura, teatro, danza, literatura, música y artesanía. El ateneo fue concebido como un recurso para la educación no formal, complementando la labor de las instituciones educativas, universidades, sindicatos y asociaciones de vecinos. La vieja casona de la calle Bolívar serviría entonces para impartir talleres de creatividad infantil y juvenil, organizar exposiciones cinematográficas y de pintura, encuentros literarios, foros, recitales, conciertos y celebraciones navideñas, ese esplendor de antaño tan bien guardado en los recuerdos de Felicia Sánchez.
La institución que latía con Carlos Tobita Álvarez, su último presidente, aceleró su derrumbe cuando a este se le detuvo el corazón. Pero quién quita que en la plegaria con la que se despidió aquella doña de 82 años haya más esperanza que desaliento, que vuelvan sus certidumbres, que la ruina se repliegue.
Y que Tobita finalmente pueda sonreír desde el lugar improbable donde se encuentre.
Fuentes consultadas
Acta constitutiva Fundación Ateneo de Barinas. Nº 4, Tomo 4, Protocolo 1ro, Trimestre 3ro. 1989. 7 f. Oficina Subalterna de registro del Distrito Barinas del estado Barinas.
EFE. Palomas urbanas, un potencial riesgo para la salud. En efesalud.com, 14 de enero de 2016. https://goo.gl/VqCufc. Consultado el 10 de septiembre de 20017.
Funcionario de la Secretaría de Infraestructura y Ordenamiento Territorial (Siot) del ejecutivo regional. Entrevista realizada el 5 de septiembre 2017.
Fundación Ateneo de Barinas/ Orlando Medina Sánchez. Nº 30, Tomo 8, Protocolo 1ro, Trimestre 4to. 2002. Oficina Subalterna de registro del Municipio Barinas del estado Barinas.
Medina J. Dimas. Cinco años abandonado lleva restauración del ateneo de Barinas. Diario La Prensa / Regional. Barinas 5 de junio 2012. p. 6
Medina J. Dimas. Cuatro años abandonado lleva el ateneo de Barinas. Diario La Prensa / Regional. Barinas 7 de marzo 2011. p. 2
Romero, Edgar. ¿Por qué las palomas son un riesgo para la salud? En vital.rpp.pe, 1 de mayo de 2013. https://goo.gl/5B5XVp. Consultado el 10 de septiembre de 20017.
Ruiz, Víctor Hugo. Las palomas, dañinas para los monumentos y la salud pública. En http://www.jornada.unam.mx/2004/03/01/eco-j.html. Consultado el 5 de septiembre 2017.
Sánchez, Felicia. Vecina del Ateneo de Barinas desde hace 60 años. Entrevista realizada en Barinas el 4 de septiembre del 2017.
Así es, María Soledad. Lo que queda es la denunciar para que no se le termine de dar la espalda a las edificaciones y demás activos culturales que nos recuerdan lo que fuimos. Mientras haya memoria podremos resistir a las sombras del presente, por eso que Dios guarde la de doña Felicia, a quien Marinela entrevistó con tanta pertinencia para este reportaje.
Marinela. Otro de tus alertas a través de este formidable portal de IAM Venezuela. Otra punzada en el corazón ante tamaño crimen, producto de desidia, corrupción, incompetencia, desarraigo. ¿Qué nos queda por hacer? Denunciar y denunciar. Lo que haces. Lo que hace IAM Venezuela. Deberían unirse muchas voces. Mientras tanto gracias. Gracias infinitas. María Soledad Tapia