La mikve descubierta en Coro, Falcón, es un baño ritual judío en donde purificaban no solo a personas, sino los utensilios de uso doméstico. Fue el primer descubrimiento de este tipo en el país, relevante además porque se trata de una de las tres mikves en el mundo y la única de tres niveles.
Mabel Sarmiento Garmendia. 20/10/2017.
Representantes de la sociedad judía certificaron el hallazgo arqueológico de una mikve, contenedor de agua donde se sumergían las personas para purificarse, primer descubrimiento de este tipo en Venezuela y el tercero en el mundo, que data del año 1840.
Eran exactamente las 4:10 de la tarde del lunes 20 de junio de 2016 cuando Samuel Garzón, líder de la Asociación Israelita y la Fundación Sefardí de Venezuela certificara en Coro, estado Falcón, una de las tres mikves del mundo y la única de tres niveles descubiertas hasta ahora.
En ese preciso instante salía el rabino del espacio ceremonial judío situado en la Casa Senior, hoy Museo Alberto Henríquez, para afirmar que sí se trataba de una mikve, desatando el júbilo de la gobernadora de la entidad Stella Lugo, del presidente del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), Omar Vielma, de autoridades judías presentes y sobre todo del responsable del relevante hallazgo, el arqueólogo y profesor de la UCV, Carlos Alberto Martín.
La certificación, difundida ese día por la oficina de prensa de la Gobernación del estado Falcón, “viene a marcar un antes y un después en la historia del judaísmo en el país”, pues según Garzón, “estamos en presencia de un hecho realmente trascendente, un punto de quiebre de la historia de nuestra religión en estas latitudes y cuánto significa la mikve o baño ritual como aporte a esta tierra en los ámbitos cultural, espiritual, histórico y religioso”.
El rabino precisa que ese baño ceremonial que data del siglo XIX “debe tener una capacidad de 757 litros de agua de lluvia y está asociado a la limpieza del alma humana y aquellos utensilios que nos rodean, bien sean de vidrio o metálicos, con los cuales nos dispongamos a hacer el bien y brindar caridad a nuestros semejantes”.
El Museo Alberto Henríquez, incluido el baño judío, será cedido en comodato a la Fundación Cultural Hebrea de Falcón, según prometió durante el evento la gobernadora, mientras que el presidente del IPC anunciaba que se procedería a declarar la mikve, vía Gaceta Oficial, como bien de interés cultural de la República Bolivariana de Venezuela.
En la ceremonia el presidente de la mencionada fundación, Hernán Henríquez, hermano de Alberto Henríquez, agradeció la labor llevada a cabo por el Gobierno Bolivariano y sus autoridades “en pro no solo del rescate del patrimonio, sino también de lo que es la preservación de elementos tan importantes para la religión y cultura judías, profundamente arraigadas en estas tierras después del cobijo dado apenas se sucedieron la primera y segunda guerras mundiales”.
El hallazgo de la mikve
El profesor Carlos Alberto Martín explica que la mikve es una especie de piscina que contenía agua pura de manantial o de lluvias y que no podía ser manipulada ni tratada por el hombre.
Ahí sumergían a los hombres que se convertían al judaísmo, a las mujeres antes de contraer matrimonio, a las que terminaban su período de menstruación para que tuvieran relaciones con sus esposos. También se lavaban en esas aguas los utensilios de metal y vidrio para su uso cotidiano.
“Fuimos a examinar un cementerio de osamentas encontradas en casa Senior ubicada en Coro, estado Falcón, la cual fue levantada en 1775 y comprada en 1840 por Abraham Senior, un judío que viene al país desde Curazao”, contó.
Esa casa, dijo, fue muy interesante porque se usó como habitación, como comercio y como sede de la sinagoga: “Cumplía esas tres funciones. Pero actualmente se conocía como la casa Senior, que albergaba colecciones de Alberto Henríquez, hombre que se dedicó a comprar obras de arte».
Martín rememora que en 2013, la Universidad Experimental Francisco de Miranda comienza una serie de reparaciones y restauraciones en el marco de un proyecto de conservación, y en el ínterin de las excavaciones, se encuentran restos óseos humanos.
Entonces el director de la Escuela de Antropología de la UCV decide colaborar en el levantamiento de la información y el Instituto de Patrimonio Cultural concede el aval para que intervenga y dé con el origen de esas osamentas.
El profesor Martín en septiembre de ese año acudió al sitio, junto con cuatro bachilleres tesistas, y asumió la responsabilidad del rescate arqueológico, el cual le daba indicios de un asentamiento indígena prehispánico.
“Mientras las máquinas trabajaban en un espacio interno de la casa se toparon con un ‘pedazo ladrillo’. Un profesor de la Universidad Experimental nos informó ya cuando nos veníamos a Caracas, y de inmediato mandé a parar la excavación”.
Así comenzaron a limpiar la zona hasta llegar al subsuelo y ahí encontraron una fosa de 1.70 x 1.70 metros cuadrados. Estaba tapiada con restos de cerámica europea e indígena, tierra y osamentas de animales. Arriba de los escombros encontraron una moneda de un centavo de 1860, lo cual sugirió al investigador una fecha más precisa del fin de la mikve.
No sabía si se trataba de un escondite, pues en esa época se usaban mucho por los bucaneros, o de un depósito para agua o alimentos. Hasta que terminaron de limpiar la tierra con las técnicas arqueológicas y encontraron dos escalones en un costado de la fosa.
Además, tenía una superposición de cuatro pisos, posiblemente el único modelo con esta característica en América.
“Entonces, atando cabos, y como esa era una propiedad comprada por un judío, hablé con un profesor del Centro de Estudios Sefardíes de Caracas de la Asociación Israelita de Venezuela, quien por la descripción que le di, de inmediato me informó que se trataba de un mikve”, comentó.
En 2016 se termina con el hallazgo y el 20 de junio de ese año el Rabino Samuel Garzón, metido en la fosa y luego de tocar los ladrillos, certifica con una señal de aprobación que, en efecto, esa estructura se trata de un mikve.
Historia milenaria
La historia del mikve se remonta a la consagración de Aarón y sus hijos como sacerdotes en el santuario edificado en el desierto poco después del éxodo de Egipto. Se puede suponer que el emerger de la mikve era lo más similar a un proceso de renacimiento y renovación y era muy importante en la religiosidad judía.
Ahora la casa es Patrimonio Cultural y, tras el descubrimiento del profesor Martín, se propuso hacer de ella un museo, conservando en toda su plenitud la bañera histórica. Claro está, tienen que hacerle algunos retoques que conserven con mucha fidelidad la estructura original.
Para Martín, quien adelanta otras investigaciones arqueológicas, encontrar esta pieza —de la cual no se tiene noticia de réplicas en el mundo—, es algo que dispara sus emociones. Para él es algo religioso y eso lo impactó. Además, la posibilidad de conectarse con una cultura como la judía, que se arraigó en nuestras tierras, le permitió tejer un poco de la historia, “y ahora está ahí, expuesta para que la comunidad la conozca, comparta y preserve”, dijo.
Fuentes consultadas
Martín, Carlos Alberto. Arqueólogo y profesor de la UCV, responsable del histórico hallazgo.
Rubio, Gustavo. Gobierno Bolivariano logra certificación de primera Mikve de América Latina en Coro. En Prensa Gobernación de Falcón, 20 de junio de 2016. Consultado el 20 de octubre de 2017.
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