La sofisticada cubierta tensil que resguarda la excavación del Museo Taima Taima ha sufrido 3 atentados. Hace medio siglo se halló allí el fósil de un mastodonte atravesado hace 13 000 años por una lanza, lo que convierte a Venezuela en lugar del asentamiento humano más temprano de América.
Eva Riera. 12/12/2017.
A la entrada de Taratara, en el municipio Colina del estado Falcón, un enorme mastodonte de cemento, pintado de marrón, busca llamar la atención de quienes transitan por la carretera Morón – Coro.
Fue colocado para invitar al público a adentrarse al poblado y descubrir el Museo Arqueológico Taima Taima. Allí, hace miles de años, grupos de nómadas coexistían con animales de enormes tamaños, como el mencionado mastodonte y algunos de sus parientes, conocidos como megafauna pleistocénica.
El descubrimiento lo realizó el arqueólogo catalán José María Cruxent (1911 – 2005), considerado el padre de la arqueología venezolana. Fue él quien en 1964 halló la pelvis de un mastodonte atravesado por una punta de lanza de piedra. Al ser analizada en laboratorio se demostró que el artefacto lítico había sido fabricado 13 000 años antes de esa fecha.
El Estado abandonó el Museo Taima Taima, una joya arquitectónica que guarda la evidencia de los primeros pobladores de América. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.La cubierta del Museo Taima Taima fue concebida para resistir el clima extremo del norte de Falcón. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
El hallazgo que derrumbó un paradigma arqueológico
Cruxent había iniciado estas excavaciones en 1959 y hallado material importante como las placas de un gliptodonte, con una edad de 16 375 años de antigüedad. Sus descubrimientos se publicaron en importantes revistas internacionales. Y fueron numerosos los científicos que investigaron a su lado, entre ellos el colombiano José Rollo y Gómez.
En 1979 publica Taima-Taima, un sitio de matanza paleoindio del pleistoceno tardío en el extremo norte de Sudamérica, trabajo que representa el mayor esfuerzo realizado para la interpretación arqueológica del sitio.
Taima-Taima se presenta como el asentamiento humano más temprano de América, lo que derrumba la idea aceptada hasta ese momento de que el hombre entra a América a través del norte.
No obstante, Cruxent no cumplió su sueño de encontrar la osamenta de algún humano y siempre repetía que había que seguir excavando para dar con ella como prueba más fehaciente de la presencia del hombre en la zona. Si había una punta de lanza con la que un enorme animal fue cazado, alguien la tuvo que fabricar.
A muchos les comentó su deseo de que el lugar fuera preservado y surgió entonces la idea de hacer un museo in situ para crear conciencia de la importancia del lugar y la necesidad de preservarlo.
El museo que empezó por el techo
En 1998 comienza a idearse la “sala” de exposición en el sitio donde fue encontrado el hueso de megaterio. El lugar sería resguardado bajo una cubierta. La Corporación Mariano de Talavera, encargada de la preservación del patrimonio falconiano, suscribió un convenio con la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela para el diseño e instalación de la compleja estructura de aluminio y tela.
Detalle de la sofisticada cubierta en la que se observa el robo de algunos de los tornillos que sujetan la lona. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.Acceso al área de excavación del Museo Arqueológico Taima Taima, desde donde se observa parte del corte de la lona tensil efectuado por desconocidos. Foto Francisco Colina Cedeño, sept. 2017.
Siete años después, en 2005, el techo fue inaugurado y, con él, el Museo Arqueológico Taima Taima. Además del gobernador Jesús Montilla y el alcalde Wilfredo Medina, al acto asistieron autoridades del ministerio de la Cultura y el Instituto de Patrimonio Cultural, entre otras personalidades. Se crearon dos cooperativas para el funcionamiento del parque por parte de la comunidad y mucha expectativa en relación al aporte que el parque haría al desarrollo económico local.
Tres años luego, abruptamente, las autoridades se desentendieron del proyecto, las cooperativas dejaron de ser subvencionadas y el parque fue prácticamente abandonado a su suerte.
Desde hace dos años, la cubierta tensil ha sido objeto de tres desmantelamientos parciales. Y en el pueblo muchos saben quiénes son los responsables… aseguran que es una manera de rebelarse contra quienes les prometieron prosperidad y ahora los tienen sumidos en la inopia.
Restaurar esta obra, cuyo valor es incalculable hoy en día, pareciera ser una utopía en la Venezuela de hoy. Por si fuera poco, el extenso lugar parece invisible a los ojos de los funcionarios que hoy llevan las riendas del Estado venezolano.
Las lonas faltantes del Museo Arqueológico Taima Taima han sido robadas o vandalizadas. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
Vista de los daños en la cubierta del Museo Arqueolótico Taima Taima, cuya reparación es inasequible al día de hoy. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
Todos en Taratara saben la importancia de Taima Taima, pero el abandono les causa una rabia mal digerida. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
Vista del deterioro de la superespecializada estructura que cubre el Museo Arqueolótico Taima Taima. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
Un parque con evidencias milenarias
El Parque Arqueológico y Paleontológico Taima Taima está situado al este de Coro, entre las poblaciones de La Vela y Cumarebo. Se accede a él a través de la población de Taratara ubicada al margen de la vía nacional Morón – Coro. Tiene una extensión de 1480 hectáreas y fue declarado sitio de interés cultural en junio de 2005, mediante un decreto que amplió la declaratoria que se le había dado a la Quebrada de Taima-Taima en 1996.
Acceso al parque Taima Taima, al este de Coro. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
Constituido por los sectores Muaco, Cucuruchú y Quebrada de Taimataima, el parque fue creado para proteger los yacimientos arqueológicos que allí se encuentran. Y la quebrada adquirió importancia científica luego de que se descubriera la pelvis de un mastodonte perforado por un artefacto lítico lo cual permitió establecer que al sitio iban a tomar agua grandes animales hoy extintos como haplomastodontes, gliptodontes, eremoterios, caballos, macrauquenias, tortugas y megaterios.
José María Cruxent y Royo Gómez. Foto rupestreweb.
Las piezas se encontraban esparcidas, lo cual permitió a José María Cruxent y Royo y Gómez concluir que el lugar era usado para descuartizar esta fauna. La publicación de los mencionados descubrimientos generó numerosas polémicas ya que hasta ese momento los sitios de matanza de mamuts ubicados en norteamérica, tenían fechas no mayores de 11 500 años antes del presente.
En el área del parque existen otros sitios de interés patrimonial como son los petroglifos de la playa Curazaíto, Muaco y su cementerio, Carrizal, La Peña, La Piedra del Cacho, la Lomita y el Llano de Taratara, Quebrada Salada y el fundo Curazaíto-El Balcón.
Sobre la quebrada de Taima Taima, en un área de 800 metros cuadrados, se construyó la cubierta tensil del parque, diseñada en 1998 por el legendario arquitecto Carlos Henrique Hernández (1930 – 2009).
Sobre la quebrada Taima Taima se construyó la sofisticada cubierta tensil del Museo Taima Taima, para resguardar los hallazgos arqueológicos. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
Recursos para un centro de investigación que nunca fue
En agosto de 2008, tres años después de inaugurado, la Cámara del municipio Colina aprobó entregar en comodato la custodia del museo a la Fundación Taima Taima constituida por representantes del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC), la alcaldía, la Universidad Experimental Francisco de Miranda (UNEFM) y los consejos comunales de Taratara, Carrizal y La Aguada.
Con ocasión de este hecho, el presidente del IPC para el momento, José Manuel Rodríguez, reiteró que el parque es una valiosa herramienta para el desarrollo local y que más allá de lo social, posee un componente científico muy valioso que debe ser explotado. Además, volvió a anunciar la creación de un centro de investigación, que ya había sido prometido en 2005, donde especialistas pudieran avanzar en la realización de nuevos descubrimientos arqueológicos.
Al año siguiente el ministro de Cultura, Héctor Soto, anunció la aprobación de un presupuesto para la construcción del mencionado centro de investigación. No obstante, en el terreno destinado para tal fin no se han realizado nuevos trabajos desde 2005. Nadie sabe a dónde fueron a parar tales recursos.
Funda TaimaTaima, otro organismo despojado de sus competencias
Mary Céspedes, líder de Taratara: «No descansaré hasta ver renacer a TaimaTaima». Foto Francisco Colina.
Mary Céspedes es abogada, ama de casa y líder de la comunidad de Taratara donde habita con su madre, la señora Emilia Castillo de Céspedes, famosa por sus dulces de leche de cabra hechos en leña. Representa al pueblo en la Fundación TaimaTaima, creada en agosto de 2007, es decir, dos años después de la inauguración del Parque. Esta fundación tiene como objetivo “estudiar y promocionar el patrimonio arqueológico, paleontológico, histórico, ecológico y ambiental de la reserva arqueológica de Taima Taima, así como facilitar su conocimiento y difusión, con carácter meramente enunciativo”.
– Antes de la creación de FundaTaimaTaima, ¿quién se encargaba del parque?
-Hubo dos cooperativas: una de mantenimiento y vigilancia, y otra de guías del parque conformada por 23 adultos. También había una brigada patrimonial infantil que funcionó un año nada más porque la directora se marchó del pueblo y el Instituto de Patrimonio Cultural, que sólo les suministraba los uniformes y algunos cotillones, como para estimularlos porque no recibían pago, dejó de enviar el recurso.
Resentimiento y saqueo
El Estado pierde millardos al abandonar el Museo Arqueolótico Taima Taima. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
En la cubierta del Museo Arqueológico Taima Taima se invirtió mucho dinero, que hoy se pierde. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
El proyecto para la estructura metálica del Museo Arqueológico Taima Taima ganó un premio. HOy está a punto de perderse. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
– ¿Cuánto tiempo funcionaron las cooperativas?
– Los guías estuvieron entre 5 y 6 años
– ¿Se observó el florecimiento del pueblo como consecuencia del paso de los turistas?
– No hubo un florecimiento. El IPC no les enseñó a los cooperativistas a ser autosustentables y las cooperativas no cobraban por sus servicios. El gobierno les pagaba a las guías y al personal de vigilancia. Al dejar de bajarles los recursos, las cooperativas dejaron de operar. Si se hubiese acostumbrado a la gente, al público, a que diera un aporte eso hubiera servido para el mantenimiento del parque. No obstante, Funda TaimaTaima no ha sabido gerenciar el parque, básicamente por falta de recursos.
– ¿Quién aportaría el presupuesto para el funcionamiento de FundaTaimaTaima?
– Se suponía que las instituciones del Estado representadas allí iban a dar un aporte. Eso fue disminuyendo, la única que aportaba era la Gobernación, y lo que se comenzó fue a dar talleres a la gente a raíz de la modificación de la misión y visión de la Fundación, en 2009, por la gobernadora Stella de Montilla. A partir de ese momento, la Fundación, en vez de ocuparse de la administración y puesta en uso del parque se convirtió en un ente meramente educativo y con recursos que escasamente alcanzan para pagar al personal administrativo
– ¿Cuándo comenzaron los robos de la cubierta tensil?
– Al principio, cuando se desmanteló la cooperativa de vigilancia. A los meses hubo el primer atentado, fue como para llamar la atención del IPC de la necesidad de vigilancia, así lo interpretamos. Había 12 personas que no solo vigilaban, sino que hacía el mantenimiento, y dos garitas, una en Taratara y otra en la cubierta. Aquí todos saben quiénes son. Como comunidad hicimos presencia, fuimos a la policía, a la GNB a denunciar y hasta los momentos nada. Nos enviaron unos motorizados cuyas motos tuvimos que empujar porque llegaron malas.
– ¿Cuál es la situación actual del parque?
– Está a la deriva, abandonado por el gobierno nacional. En 2016 hicimos mesas de trabajo para hacer las Normas de Regulación del parque, invitamos a la Gobernación, fueron seis meses de trabajo una vez a la semana y no llegamos a nada. Decían que el IPC no tiene dinero para poner a andar el parque porque es muy grande. Los representantes de la Gobernación asistían, pero mudos porque no hay recursos. Vinieron de Caracas del ministerio de la Cultura y hasta los momentos nada. Y como comunidad prácticamente también abandonamos. Aquí está el museo Ángel Segundo López, de la Unefm que se está derrumbando, una mata se cayó sobre la sala de exposición donde está el roedor más grande del mundo y no pasa nada.
– ¿Cree que se trate de falta de pertenencia de la comunidad?
– Aquí todos estamos conscientes de la importancia de TaimaTaima. Quienes no lo están son los gobiernos nacional, regional y municipal.
Tierra atrayente
Falcón ha sido un estado privilegiado por la llegada de grandes científicos quienes se enamoraron de su geografía, su gente, su patrimonio y optaron por hacerse sus hijos, al extremo de pedir ser enterrados allí.
Tal es el caso de los esposos Catalina y León Croizat y José Maria Cruxent, entre otros. Unos fueron contratados para inaugurar la UNEFM, otros llegaron atraídos por la riqueza ecológica y arqueológica de la región como el arqueólogo húngaro Miklos Szabadics Roka y el arquitecto Carlos Henrique Hernández.
El caso de Cruxent y Hernández, fue particular pues ninguno escogió la capital para vivir sino el poblado de Taratara, donde hicieron vida por muchos años. Atraídos por esta presencia, varios fueron los investigadores que llegaron de otros países. Al ser ambos docentes de la UCV, Taratara se convirtió en centro de llegada de estudiantes de Arquitectura, Sociología, Antropología y Arqueología.
“En mi carrera la mayor satisfacción la he encontrado en los años de mis investigaciones en territorio falconiano. Me he hecho en Falcón. Se lo debo a esta tierra. Verdaderamente, porque yo soy un provinciano y por retruque el premio pertenece a Falcón, a su Universidad y a los corianos.” José María Cruxent en 1987, al recibir el Premio Nacional de Ciencias.
Mary Céspedes fue testigo de esta época, de allí que considere que Taimataima es importante no solo desde el punto de vista cultural, patrimonial e histórico, sino “porque el profesor Cruxent vivió aquí. Durante dos años trabajé con él en la biblioteca que tenía, fui su secretaria. En su momento no sabía con quién estaba trabajando y la importancia de lo que hacía porque estaba muy jovencita”, precisó.
Asegura que los taratarenses, lejos de desconocer la importancia del suelo que habitan y quienes los ayudaron a descubrirlo, lo que reclaman es atención por legítimo derecho.
De manera que los taratarenses lejos de desconocer la importancia del suelo que habitan y quienes los ayudaron a descubrirlo, lo que reclaman es atención por legítimo derecho.
Muy cerca de la cubierta de Taima Taima vivió por muchos años el padre de la arqueología venezolana, José María Cruxent, en esta casa de bahareque que el Estado venezolano prometió alguna vez convertir en museo. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
Una cubierta pionera. Y abandonada
Hoy es casi imposible restaurar la compleja cubierta del Museo Arqueolótico Taima Taima. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.Arq. Leandro Zuliani: «La cubierta es una obra de innovación de incalculable valor». Foto F Colina.
Leandro Zuliani fue el arquitecto inspector de la construcción de la obra denominada Cubierta Área de Excavación del Museo Arqueológico de TaimaTaima. Su designación la hizo el también arquitecto Carlos Henrique Hernández, para el momento vicepresidente de la Corporación Mariano de Talavera (CMT). Él conoció de cerca tanto a Hernández como a Cruxent, y asegura que entre Hernández y Taratara desde un comienzo “hubo una química con el pueblo, la gente”.
– Ya existía el Museo Ángel Segundo López, creado por Cruxent para exponer los objetos encontrados en Taima Taima, pero al mudarse a Taratara, Hernández empezó a idear el museo de sitio porque había muchas piezas que exhibir y millones de otras que no se habían sacado. Su idea era que el museo mostrara dónde fue el origen de esto, dónde consiguió Cruxent las piezas y por qué. Quería que fuera la manera de levantar el pueblo turísticamente y que las personas que pasaran por la carretera entraran a ver la importancia de esto y el pueblo se autosustentara.
Ahora Zuliani cree muy difícil restaurar la valiosa cubierta del Museo Taima Taima.
– ¿Ha ido últimamente para ver el estado en que se encuentra?
– Sí, creo que hay falta de pertenencia y de conciencia.
– ¿A qué causa atribuye este daño que se le ha hecho?
– Es muy difícil, la gente es muy compleja. El Estado paternalista creó la ilusión en los pobladores, a quienes se les inculcó el valor de eso. Hoy toda la gente en Taratara sabe la importancia de Taima Taima, pero siente abandono por lo que hay una rabia mal dirigida. En vez de arremeter contra quienes los abandonaron, arremeten contra la obra.
– ¿Usted se mantuvo hasta el final del proyecto?
– Estuve hasta que hicimos el relleno del terreno donde iba el Centro de Investigación, el laboratorio, la residencia que era lo que realmente iba a mantener el movimiento del sitio con la llegada de investigadores de la UCV y otras partes. Pero se acabaron los recursos del IPC y se abandonó brutalmente la inversión. Los siguientes presidentes del IPC no le dieron la importancia.
El hombre antiguo sí dejó huella en Taima Taima
Hallazgos arqueológicos resguardados por el Museo Arqueológico Taima Taima. Foto Francisco Colina Cedeño, septiembre 2017.
Afirma Zuliani que existe la certeza de la presencia del hombre americano en Taima Taima: “No es el tema solo del mastodonte, sino la actividad humana al haber encontrado la punta de una flecha. Decía Cruxent que en alguna parte debe haber los restos de un humano, porque en toda la zona se consiguen cosas. Allí hay unas piedras que no son del sitio sino de la zona de Guaibacoa, entonces se supone que era un gran lago donde los humanos descuartizaban mastodontes, un matadero. Los huesos los consiguieron desordenados, entonces eso hizo pensar que los descuartizaron y repartían el animal entre los grupos nómadas”.
– ¿Cruxent llegó a ver su sueño?
– Cruxent estaba en sus finales, pero vio todo, era muy amigo de Hernández.
– ¿Cree que se puede rescatar?
– Veo cada vez más lejos que esto se pueda reparar. Con los problemas que tiene Venezuela no es una prioridad, recuerda que los materiales son de primera línea. Por las condiciones ambientales había que hacer eso para que resistiera. Es difícil rescatar la cubierta por las condiciones del terreno, allí hay un manantial con cierta cantidad de azufre y esa agua habría corroído la cubierta si se hubiera construido con otros materiales. Las columnas de hierro fueron otra tesis de grado de un galvanizado que ganó un premio, fueron hechas para soportar el óxido, se pintó con una pintura superespecial de altísima protección. Hoy en día es impensable la compra de la lona o la pintura para hacerle mantenimiento.
El regalo de Cruxent
Céspedes, por el contrario, no tira la toalla…
– ¿Qué debe pasar para que el Estado se ocupe nuevamente del parque?
– Crear las normas de regulación de uso, los gobernantes deben concienciarse de la importancia de TaimaTaima. Mi sueño es que la Universidad Francisco de Miranda, bajo cuya tutela se encuentra el Museo Ángel Segundo López, lo recupere. Este museo fue creado por Cruxent. Una comisión del pueblo fue a plantearle esto al nuevo rector, hasta acá han venido los directores de Cultura del alma mater, pero no pasa nada. Aun así seguiremos intentándolo -sentenció.
En palabras del arquitecto Hernández, el museo in situ de Taima-Taima fue un anhelo de Cruxent para retribuir el amor que acá recibió: “Venezuela me abrió sus brazos, por lo que quiero retribuirle dándole a conocer su prehistoria”.
Tocará a la Fundación TaimaTaima, en su nuevo rol educativo, dar a conocer la obra de Cruxent y la importancia del sitio. Para conocer si esta misión se encuentra entre sus planes a corto plazo, fue solicitada una entrevista a su presidente Simón Petit, para lo cual no se obtuvo respuesta.
Foto Vereda ULA
Un padre y un pueblo. Josep María Cruxent, considerado el padre de la arqueología científica en Venezuela, nació en 1911 en la población de Sarrià -Sant Gervasi (Cataluña, España). Llegó a Venezuela al finalizar la Guerra Civil española. En 1939 adquiere la nacionalidad venezolana. En sus inicios se gana la vida como profesor de dibujo técnico en varios colegios de Caracas, Miranda y Aragua. En España, había estudiado Arqueología con Pedro Bosch-Gimpera y, con esos conocimientos, emprende expediciones por América y Venezuela.
En 1953, Cruxent crea las cátedras de Arqueología y Antropología la UCV. En 1956 visita por primera vez los yacimientos de El Jobo, en el valle de río Pedregal. En 1959 se crea el Departamento de Antropología en el IVIC donde funda el Laboratorio de Carbono 14, el primero en su género en Sudamérica. En 1976, Cruxent y Ochsenius crearon en Coro el Centro de Investigaciones del Paleoindio y Cuaternario de Suramérica (CIPICS). En 1980, crea el Centro de Investigaciones Antropológicas, Arqueológicas y Paleontológicas, de la UNEFM.
En Panamá, Jamaica, Brasil y República Dominicana ejerció como docente e investigador. Fue nombrado Investigador Emérito del IVIC en 1976 y obtiene el Premio Nacional de Ciencias en 1987. Recibe el Doctorado Honoris Causa de la UNEFM en 2001.
También fue pintor.
Fuentes consultadas
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Cespedes, Mary. Entrevista realizada el 27 de octubre de 2017.
Zuliani, Leandro. Arquitecto inspector de la cubierta. Entrevista realizada el 18 de octubre de 2017.
Cruxent, José. En vereda.ula.ve, https://goo.gl/dqqmVE. Consultado el 3 de diciembre de 2017.
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Cubierta Tensil para el Área de Excavación del Museo Arqueológico de
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Mercader,Alvira, José María Cruxent: pioneros de los estudios arqueológicos en Venezuela. Revista Interdisciplinaria de Ciencias y Artes. ISSN 2343 – 5542. Año 1. Vol. 1. N° 2. Tomo I. Julio – Diciembre, 2011. pp. 52 – 65, Bacoa. Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM).
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Morón, Camilo. Arqueología y Paleontología en Falcón: la verdad y la historia. En aporrrea.org, 9 de diciembre de 2013. https://goo.gl/Q9oVQj. Consultado el 11 de noviembre de 2017.
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