Mérida erigió uno de los primeros monumentos que honran a la madre del Libertador Simón Bolívar. Y, con ella, a todas las madres del mundo. Pero el abandono, la indiferencia, vándalos y ladrones convirtieron el homenaje en agravio. Del tamaño de un parque.
Marinela Araque Rivero. 23/12/2017.
Tiene mala suerte la madre del Libertador Simón Bolívar. A pocos meses de haberse erigido en la ciudad de Mérida una escultura en su memoria, el 17 de diciembre de 1980, le quitaron la flor que tenía en su mano derecha. Dos y media décadas luego, en 2005, sería víctima de los ladrones de bronce que hoy azotan con inédita impunidad el patrimonio cultural venezolano. Entonces la dejarían sin la placa conmemorativa y sin uno de sus zapatos. Y mientras unos vándalos le manchaban el traje con pintura, otros garabateaban pintas negras en el pedestal de su estatua.
Pero lo que más lastima la memoria de tan significativa progenitora es la indiferencia colectiva y la inacción oficial en el parque de Las Madres de Mérida. Desde aquel entonces nadie ha hecho un gesto de desagravio. Las inescrupulosas pintas y las ausencias siguen intactas, como la firma de una ciudad indolente.
Entre tanto ella sigue allí, con su estoicismo de estatua, acompañando el relieve Homenaje a las madres, obra que representa a una mamá anónima de dos niños con el que se inaugurara ese espacio público en 1964.

Ambas mujeres están acorraladas actualmente por la basura, la maleza y el abandono de un espacio que, en vez de honrarlas, da “vergüenza”, según algunos de los merideños consultados: “La plaza estaba muy bonita, pero tienen tiempo que no le hacen mantenimiento. La maleza está tan alta que ha tapado las plantas de jardín», comenta un trabajador de la alcaldía Libertador que pidió omitir su nombre.
Informa que «hace meses no recogen la basura», para musitar luego: «A uno le da pena ajena, hasta vergüenza, porque pasan muchos turistas por esta zona. El aeropuerto (terminal aérea nacional Alberto Carnevalli) está aquí mismo. Y eso que dicen que este es el primer monumento del país dedicado a la madre de Bolívar”.

«El parque es la primera estampa que ven de Mérida»

El parque de Las Madres, en la andina ciudad de Mérida, alberga uno de los primeros monumentos que se erigieron en honor a la madre del Libertador Simón Bolívar, doña María Concepción Palacios y Blanco. La insigne dama fue representada en una escultura pedestre como una mujer joven con algunos meses de embarazo de quien se convertiría en el Padre de la Patria, universalmente reconocido como el “Libertador de las Américas”.
Sin embargo, hoy por hoy no parece rendírsele tributo. En un somero recorrido resalta la ausencia de los bancos que alguna vez propiciaron la tertulia y el esparcimiento bajo la frondosa arboleda, que permanece con porfía en el espacio público. En cambio, la basura efectivamente se expande hasta muy cerca de los dos monumentos con los que el ayuntamiento serrano quiso honrar la maternidad.
Se trata, como también dice el modesto trabajador, de la primera estampa de Mérida que se llevan los turistas y visitantes que transitan por la contigua avenida Gonzalo Picón, que conecta con el aeropuerto Alberto Carnevalli. Pero si el bronce de la célebre progenitora ha llevado su parte en el generalizado descuido del patrimonio cultural, peor le ha ido a la madre anónima, cuyo rojizo relieve luce múltiples pintas vandálicas, y todas las letras de metal de su mohoso y sucio soporte de concreto fueron robadas.
Un parque vivo, pese a todo
Juan Lima, asiduo visitante de este espacio urbano, señala que “es a la alcaldía del municipio a la que le corresponde velar por los espacios públicos, pero parece que al alcalde no le ha dado tiempo darse un paseíto por el lugar. Si lo hace, le aseguro que se dará cuenta del abandono en el que está este parque pegado al aeropuerto. Pero qué se puede decir, si así está toda la ciudad”.

Tras una pausa, alude al valor simbólico del sitio: “Esto debieran tenerlo como tacita de oro porque representa el sentir de los merideños hacia la madre del Libertador y también hacia nuestras mamás. Eso nos obliga a que lo mantengamos en las mejores condiciones”. Y hace “un llamado” a las nuevas autoridades municipales para que “se aboquen a restaurar los monumentos y mantengan limpia la plaza”.
Pese a todo, el uso ciudadano mantiene vivo este patrimonio merideño, como lo demuestran algunos que al momento de nuestro recorrido hacían yoga en sus predios: “Aunque está abandonado, aún viene la gente; vea usted, allá están haciendo yoga; eso habla muy bien de este espacio abierto que sirve para la recreación, pero también para despejar la mente y ejercitar el cuerpo; eso que necesitamos tanto para alejar la tristeza de ver este país como está”.

Un agravio continuado contra tres bienes culturales
La desidia gubernativa es de vieja data. Ya en el año 2001 el diario local Frontera denunciaba el “estado de abandono” en que se encontraba el parque de Las Madres debido al «escaso mantenimiento municipal». El rotativo reportaba que las áreas verdes estaban secándose y el alumbrado no funcionaba. Y que además el espacio era utilizado como morada de borrachos y mendigos de la zona. Entonces, como ahora, también advertían del acecho del hampa, por lo cual los vecinos reclamaban “mayor vigilancia policial”.
Evidentemente poco se hizo tras aquella denuncia. La ausencia de medidas de protección y vigilancia se patentó en el año 2005, cuando desaparece la placa conmemorativa del monumento a María Concepción Palacios y Blanco. La misma estaba ubicada en la parte frontal del pedestal de la estatua pedestre de la madre encinta. Los ladrones de bronce, convertidos últimamente en una voraz plaga para la estatuaria merideña, también le cercenaron su zapatilla derecha.

Han pasado 12 años de aquel episodio y el ultraje continúa en un parque notoriamente desasistido por quienes tienen la obligación legal y política de garantizar su disfrute en el hoy y para el mañana. Y de alguna manera por la ciudadanía que mira sin chistar cómo los vándalos les van sumando pintas en aerosol a cualquier muro que se asome a la maleza del parque, a la estatua de la madre del Libertador y al mohoso relieve.
Activos patrimoniales estos catalogados oficialmente, por el Instituto del Patrimonio Cultural, como bienes de interés cultural de la nación. Por lo tanto protegidos y regulados, en teoría, por la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, promulgada en 1993.
Pero en lo que respecta al parque de Las Madres de Mérida a esta ley, como al relieve que en 1964 inaugurara el sombreado lugar, también parece crecerle el moho.
Un espacio público dedicado a las madres
El parque de Las Madres fue creado por el Ayuntamiento de Mérida en el año 1963 como un homenaje a la maternidad. Fue inaugurado el 10 de mayo de 1964 con la exposición del relieve «Homenaje a las madres», de color rojizo, que contiene la figura de una madre con dos niños. La niña que está delante de la figura materna tiene la mano izquierda de la madre sobre su hombro y el otro niño lo carga sobre su cintura rodeándolo con su brazo derecho. Se aprecia al niño inclinado en el gesto de besar el rostro de su mamá. Fue realizado en cemento y sus dimensiones aproximadas son de 2, 20 metros de altura por 1, 30 metros de ancho.
Años después, en el marco de la conmemoración del sesquicentenario de la muerte del Libertador Simón Bolívar, el 17 de diciembre de 1980, se desveló en el parque una estatua de bronce en honor a la madre de Simón Bolívar. La obra fue realizada por Manuel de la Fuente por disposición del Concejo Municipal del Distrito Libertador. El orador de orden para el momento, doctor Jesús Rondón Nucete, destacó en su discurso la importancia del monumento a María Concepción Palacios y Blanco por ser el primero en erigirse en el país. Asimismo, resaltó el hecho de que fuera Mérida también la primera ciudad en llamar a Bolívar Libertador y en erigir un monumento en su memoria.
Fuentes consultadas
Instituto de Patrimonio Cultural. Catálogo del patrimonio cultural venezolano (2004 – 2006). Municipio Libertador. p.37
Dávila, Cemar. El olvido se quiere apoderar del parque de Las Madres. En diario Frontera. Mérida 21 de noviembre de 2001, p. 1.
Hurtado Camargo, Samuel Leonardo. Del bronce a la vida. La Estatuaria Pública Conmemorativa de la ciudad de Mérida (1842 – 2006). pp. 182.
Libro de decretos y acuerdos del Concejo Municipal de Distrito Libertador. Año 1963, Folio 349.
Lima, Juan. Entrevista realizada en Mérida el 24 de noviembre 2017
Trabajador de la alcaldía del municipio Libertador. Entrevista realizada en Mérida el día el 24 de noviembre 2017
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