
Nombre: Estatua pedestre del Generalísimo Francisco de Miranda.
Año: 1962.
Autor: Libero Frizzi (1893 – 1954).
Tipo de patrimonio cultural: tangible / mueble. Monumento en espacio público.
Administrador custodio o responsable: alcaldía del municipio Libertador.
La estatua pedestre de Francisco de Miranda (1750 – 1816) es la primera de su tipo erigida en la ciudad de Mérida, Venezuela. Y uno de los tres monumentos consagrados en la urbe andina al Precursor de la Independencia. La escultura es obra de Libero Prizzi.
Historia
Descripción
Valores patrimoniales
Situación actual
Ubicación
Fuentes consultadas
Historia
El bicentenario del natalicio del Generalísimo Francisco de Miranda. El 16 de diciembre de 1949 la Junta Militar de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela emitió un decreto relativo a la celebración en el territorio nacional del bicentenario del natalicio de la egregia figura del generalísimo Francisco de Miranda (1750 – 1816).
En consonancia con esta disposición y considerando pertinente expresar el “sentimiento de gratitud y admiración del pueblo” hacia el Precursor de la Independencia, el entonces gobernador del estado Mérida, doctor José R. Barrios Mora, dispuso festejar los días 26, 27 y 28 de marzo con “actos adecuados a la significación de la efeméride”. Oficializó su decisión con el decreto número 413 de fecha 13 de marzo de 1950. Entre las actividades se contempló la erección en la ciudad andina -en un lugar que oportunamente se determinaría-, de un nuevo monumento a la memoria del héroe, en vista de lo “modesto” del existente para esa época en la plazoleta Miranda (1896), y cuya primera piedra sería colocada solemnemente el día del bicentenario.
Tal como estaba planteado, la primera piedra fue colocada el 28 de marzo de 1950 al final de la avenida Miranda, en las cercanías del Barrio Obrero, en la plaza que luego se consagró a la memoria del doctor Julio César Salas Uzcátegui. En la ocasión se encargó de pronunciar el discurso de orden José Rafael Febres Cordero, para entonces presidente de la Comisión del Bicentenario de Miranda en Mérida y secretario de educación y asistencia social de la entidad andina. Este, al referirse a las razones que motivaron al gobernador la erección de un nuevo monumento al Generalísimo, precisó que si bien la escultura del héroe levantada al frente de la iglesia de San Francisco tenía una “honda significación histórica”, esta era muy “modesta”, y la figura del Precursor “reclamaba algo magnífico».
Asimismo, destacó la importancia y trascendencia de los monumentos que se levantan en honor a la memoria de “quienes lograron con esfuerzo y sacrificios admirables legarnos Patria independiente”, precisando que no solo bastaba que la historia lo “diga desde sus páginas o que oradores y periodistas la pregonen a diario. Junto a esa divulgación plausible y necesaria, debe estar el recuerdo objetivo, la admiración y gratitud de un pueblo materializada en mármoles y bronces, alzados como índices gigantes que señalen a las generaciones rutas de honor y libertad, de idea y de músculo: hitos colocados en el camino de los tiempos, que de haberlos seguido con exactitud no hubiéramos encontrado tantos tropiezos en nuestra accidentada trayectoria democrática”.
La estatua errante
Largo tiempo pasó para que se concretara lo establecido en el decreto oficial de 1950. Aunque la escultura de bronce -como bien lo señaló el gobernador de la entidad andina al presentar su memoria y cuenta de su gestión gubernamental-, había sido encargada en Italia al artista Libero Frizzi (1893 – 1954) y llegó a Mérida en el año de 1951, en ningún momento se gestionó la inauguración de la obra, específicamente por el marcado desinterés mostrado por las autoridades regionales.
Ello se corrobora tiempo después, en un artículo publicado en el diario El Vigilante de fecha 25 de abril de 1957, donde se decía que era “triste y anónimo” el destino de la “efigie del generalísimo durante seis años por lo menos”. Es lástima -se apuntaba- “que ese monumento siga escondido. Creemos que valdría la pena buscarle algún rinconcito en la Mérida de hoy”.
No hubo “rinconcito” disponible ni atención a la denuncia hecha, y la estatua de Miranda siguió escondida por otros cinco años más. Hasta que al conmemorarse los 212 aniversarios del natalicio del creador del tricolor patrio, el gobernador Pedro Espinosa Viloria ordenó la construcción de una plaza en el barrio Santa Elena y la inauguración solemne del bronce el 28 de marzo de 1962.
En esa oportunidad, el escritor Pedro Nicolás Tablante Garrido, orador de orden, expresó que la estatua pedestre era la mejor “forma de honrar la memoria de Sebastián Francisco de Miranda”, quien anduvo “errante” por la serranía merideña “antes de quedar asentado sobre esta hermosa meseta, regado como el Edén, por cuatro ríos. Miranda fue el caballero errante de la Independencia de la América hispánica, esta estatua y la plaza son copia fiel de aquel errar y ese andar”.
Miranda, relegado al olvido

Para el año de 1996 la plaza y el monumento al Precursor constituía “una muestra de desidia y no sitio de recreación, menos para rendir homenaje al venezolano universal”. El entorno, según fue reseñado en el diario Frontera, el 10 y 14 de marzo de ese año, estaba completamente abandonado, la basura y malos olores reinaban en el lugar, y Miranda había sido despojado de su sable que sostenía con su mano izquierda. Ante esta situación, el ejecutivo promovió la rehabilitación del espacio, mejorando el sistema de iluminación, incorporación de nuevos mobiliarios, poda de los árboles y reparación de las caminerías. Y con el objeto de disimular la ausencia de la espada de bronce, un ebanista diseñó en madera la vaina, en espera de la sustitución del elemento original.

Pasado el tiempo, el monumento volvió a ser nuevamente víctima del abandono. A la escultura en ningún momento se le restituyó el sable de bronce, la vaina de madera también desapareció y en algunas oportunidades los vecinos la reemplazaban por otra del mismo material. Aunque en agosto del 2016, la Corporación Merideña de Turismo (Cormetur) anunciaba la recuperación del sitio, mejorando las luminarias, incorporando nuevos bancos y mejoras en el paisajismo, en la actualidad el monumento luce en total abandono. Sin duda, la suerte no ha acompañado a la escultura de quien se le considera el venezolano más universal.
Descripción

El monumento al Generalísimo Francisco de Miranda (1750 – 1816) se encuentra en el área central de la plaza del mismo nombre en el barrio Santa Elena. Se compone de una estatua pedestre de dos metros de altura en la que se representa al personaje vestido de uniforme militar, con casaca de cuello alto, solapas anchas y bocamangas adornadas en los bordes con hojas de laurel.
En la cintura tiene una banda rematada en borlas unidas al costado izquierdo. Los pantalones están adornados en los laterales, cubierto con botas hasta las rodillas, exornadas con borlas en la parte superior frontal. Su pierna izquierda está hacia adelante; en la mano derecha que cae pegada al cuerpo, exhibe un pergamino. Y en la izquierda sostiene la empuñadura del sable que era de curvatura pronunciada.
La estatua se levanta sobre un pedestal de mármol de dos metros y medio de altura. Al frente existía en relieve el escudo del estado Mérida, y más abajo, se aprecia una placa horizontal con la inscripción: “EL GOBIERNO Y PUEBLO DE MERIDA / AL GENERALISIMO / FRANCISCO DE MIRANDA / 1962”. En la esquina inferior de la referida lápida se lee: “HECHO EN METALÚRGICA MÉRIDA”.

Valores patrimoniales
La estatua pedestre de Francisco de Miranda (1750 – 1816) es la primera de su tipo levantada en la ciudad de Mérida. Además de ser uno de los tres monumentos consagrados en la urbe andina al Precursor de la Independencia, personaje ampliamente admirado por la sociedad merideña. La escultura fue realizada por el reconocido artista italiano Libero Prizzi (1893 – 1954) y fundida en la Fondería Artística Bataglia de Milán (http://www.fonderiabattaglia.com).
De esta obra existen réplicas en la plaza Miranda de Barquisimeto (1952), Carúpano y en la plaza de Argüelles junto a la Casa las Cuatro Torres en Cádiz (2012), originalmente erigida en la plaza de las Tres Carabelas en 1972. En el 2004, el Concejo Municipal de Libertador declaró la plaza y el monumento como Patrimonio Histórico y en 2007, recibieron la categoría de bien de interés cultural de la nación.
Situación actual

El monumento pedestre a Miranda se encuentra en regular estado de conservación. La estatua presenta suciedad generalizada y progresiva oxidación de la superficie en la que se aprecia la formación de líneas o bandas de color verde pálido y manchas con pintura.
El pedestal de mármol posee manchas ocasionadas por la humedad, enmugrecimiento y desprendimiento de algunas de sus partes, especialmente en área inferior de la cara posterior.
A la estatua le fue robado el sable que sostenía con su mano izquierda y en la parte inferior de la cara frontal se halla un objeto de lata puesto allí arbitrariamente. El entorno se encuentra abandonado, observándose abundante basura, destrucción del sistema eléctrico, las luminarias y deterioro de los bancos de hierro.
Ubicación
Plaza Miranda, final de la calle 16, barrio Santa Elena, parroquia Domingo Peña, municipio Libertador, estado Mérida, Venezuela.
Fuentes consultadas
Decreto sobre la celebración del bicentenario del natalicio del Generalísimo Francisco de Miranda durante los días 26, 27 y 28 de marzo (13 de marzo de 1950). En Gaceta Oficial del Estado Mérida. N° 1.638, p. 2. Mérida, 14 de marzo de 1950.
Exposición de las actividades político-administrativas del Gobierno del Estado Mérida que preside el Dr. José R. Barrios Mora (1949-Noviembre 30-1950). Imprenta Oficial, Mérida, 1950, 300 pp.
Hurtado Camargo, Samuel Leonardo. La estatuaria pública conmemorativa de la ciudad de Mérida (1842 – 2006): análisis histórico. Universidad de Los Andes, Escuela de Historia (Memoria de Grado), junio 2007; 500 pp.
Instituto del Patrimonio Cultural. Municipio Libertador, estado Mérida, Catálogo del patrimonio cultural venezolano. Región Los Andes: ME-12, La Galaxia, Caracas, 2007; 265 pp.
La estatua de Miranda. En El Vigilante, p. 9. Mérida, 5 de mayo de 1953, p. 9.
Llano Grande, Campo de Libertad: Palabras pronunciadas por José Rafael Febres Cordero en el acto de la colocación de la primera piedra del monumento que se erigirá a la gloria del Generalísimo Francisco de Miranda (28 de marzo de 1950). En El Vigilante, pp. 3 y 4. Mérida, 12 de abril de 1950.
Pueblo y autoridades rindieron cívico homenaje al Precursor y a la Bandera. En Frontera, p. 5a. Mérida, 14 de marzo de 1996.
Rivas, Bianiles. Recuperarán plaza Miranda y entorno urbano de Santa Elena. En Frontera, p. 5c. Mérida, 10 de marzo de 1996.
Tablante Garrido, Pedro Nicolás. Escrito leído en la inauguración de Plaza y estatua del Generalísimo Francisco de Miranda, en el barrio Santa Elena, el 28 de marzo de 1962, para celebrar el CCXII aniversario del nacimiento del precursor. Imprenta Oficial, Mérida, 1962, 20 pp.
Una estatua en olvido. En El Vigilante, p. 1. Mérida, 25 de abril de 1957.
Investigación: Samuel Leonardo Hurtado Camargo.
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