No le cabe una grieta más a la histórica iglesia de Parapara, o templo Santa Catalina de Siena. Fisuras en techos, pisos y paredes comprometen la edificación. Y la convierten en un peligro para el pueblo, que nació con ella en 1694.
Pedro Izzo. 28/1/2018.
San Juan de los Morros. El templo de Parapara es uno de los más antiguos de Guárico (estado de los llanos venezolanos) y se remonta a la fundación de ese poblado, en 1694. Pero hoy está a punto de desplomarse mientras devotos y dolientes “poco pueden hacer”.

El párroco del templo, José Luis Fuentes, precisa que la misma parroquia no está autorizada para realizar modificaciones o reparaciones a la estructura, “no podemos ni pintar las paredes” por tratarse de un Monumento Nacional” (*).
Erick Algarín, coordinador pastoral de la parroquia, coincide con el sacerdote: “Por ser un monumento, es el Gobierno el que debería trabajar en la rehabilitación de la iglesia, pero parece que no tienen interés alguno porque visitan el pueblo y por aquí no vienen”.
Ambos temen una tragedia por el eventual derrumbe de la iglesia Santa Catalina de Siena, de la población de Parapara, cuya responsabilidad recaería en los gobernantes municipales y regionales, con competencia en el resguardo de la vulnerable estructura. Estos tienen el deber, además, de revertir las precarias condiciones de una edificación con profundo valor histórico y religioso en Venezuela, según las obligaciones expresas en la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (1993). Esta, en su artículo 43 demanda que «es la autoridad municipal quien establecerá las medidas necesarias para la protección y permanencia de los bienes».
“A punto de desplomarse”
En un recorrido por el interior de la edificación, el coordinador parroquial confirma la hipótesis de un templo en ruinas: “Está a punto de desplomarse… las paredes están en mal estado, tienen muchas filtraciones. El techo y el piso están deteriorados y cuando llueve todo se moja. Algunas imágenes también están deterioradas”.
Algarín no exagera. Todo se corrobora ante unas imágenes que transmiten más que abandono. El santuario está rodeado por maleza. Raíces entrelazadas en el techo y las paredes, que dejan grietas a su paso, desprenden el frisado y pedazos de algunas bases de madera.


La capilla del confesionario, donde se encuentra la réplica del relicario de Nuestra Señora de la Peña Admirable y algunas lápidas de los personajes que fueron enterrados allí en el siglo XVIII, tiene una de sus paredes con parches de un friso que no fue culminado, y otra pared muestra la pintura levantada con grietas y filtraciones.
Coro inhabilitado
Al entrar al santuario, del lado derecho se encuentra el baptisterio y la pila bautismal. Un velón blanco es lo más conservado entre cuatro paredes maltratadas por la humedad.


En el ala izquierda hay una pequeña entrada para acceder a la torre del campanario y al espacio que debería ser utilizado por el coro de la iglesia. Sin embargo, es una zona más de riesgo e inhabilitada. Las paredes son frágiles y tienen un color verdoso por las filtraciones. El piso de madera no es seguro, está rasgado y queda la impresión de que podría desplomarse en cualquier momento, al igual que una de las bases horizontales que sostiene el techo.

Las paredes laterales, a pesar de estar adornadas con las imágenes de algunos santos, no esconden su deterioro. Basta con ir a misa y ver alrededor para constatar el riesgo de derrumbe que hay en uno de los monumentos nacionales más antiguos de Guárico.
Por si fuera poco, entre diciembre y lo que va de enero de 2018 se dañaron cinco ventiladores y más de cinco bombillos. La causa aparente es un cortocircuito que se genera cuando encienden las luces y la ventilación. De acuerdo con el coordinador de la parroquia, esta falla es ocasionada desde una de las fuentes eléctricas externas al templo.
Entre el abandono y la delincuencia

Además de los daños del tiempo y el abandono, la iglesia de Parapara ha sido blanco de malhechores en distintas épocas. Jinmy Peña, catequista de la parroquia, recuerda que en 1934 fue hurtado el relicario con la imagen original de Nuestra Señora de la Peña Admirable. En la actualidad el santuario cuenta con una réplica, creada en 2011. Y la campana original del templo, que era de bronce, también fue hurtada por delincuentes en años recientes, relata Peña.
“Somos un país con una grave crisis económica, pero un país que tiene que velar también por su moral, su ética y por su historia”. Argenis Ranuárez Angarita, cronista del municipio Juan Germán Roscio.
Ante la situación, Algarín intenta en vano explicarse la indiferencia oficial: “Quizá por las características de Parapara, un pueblo olvidado y con poca actividad turística, las autoridades del estado no buscan los mecanismos para brindar la atención que actualmente requiere la estructura física de la parroquia”.
Cariño blindado
El historiador Argenis Ranuárez Angarita, cronista del municipio Juan Germán Roscio, recuerda que hace poco más de una década la Dirección de Ingeniería de un componente militar, para entonces denominado “44 Brigada Blindada”, restauró el santuario. “Con personal militar le hicieron un cariño, algunos parches, frisos, pintura general, la sustitución de algunas maderas, y la iglesia quedó muy bonita”, rememora.
Sin embargo, el templo acusa hoy los rigores de la desidia. Ranuárez advierte que las condiciones actuales de deterioro del santuario podrían empeorar con la llegada de las lluvias, por lo que exhortó a las autoridades religiosas a que expliquen la gravedad de este patrimonio mediante un comunicado dirigido a los gobiernos municipal, regional y nacional.

Por su parte, el coordinador de la parroquia aseguró que desde la llegada del padre José Luis Fuentes, actual párroco de la iglesia, se han enviado reportes de las condiciones de deterioro del santuario para exigir apoyo de los entes competentes, pero hasta la fecha estos no han respondido las solicitudes.
Al respecto, Ranuárez enfatizó que es un deber del Estado y sus gobernantes reconocer el valor de esta obra religiosa y actuar con prontitud en su rehabilitación: “Recuperar esa iglesia es una necesidad, ya que forma parte de lo que el pueblo guariqueño y el pueblo de Parapara quiere como suyo; por lo tanto, hay que conservarla, porque no se le dio la distinción de Monumento Histórico Nacional gratuitamente”, resaltó el cronista.
La típica iglesia de pueblo colonial
La iglesia de Parapara es una joya de la arquitectura colonial, una edificación sencilla, sin nada que le sobre, con líneas muy austeras. Es la típica construcción colonial de las iglesias de pueblos, no de catedrales, según describe Ranuárez Angarita.

El Catálogo de patrimonio cultural venezolano 2004 – 2005, editado por el Instituto del Patrimonio Cultural, IPC, resume los cambios de la iglesia en sus más de 320 años de fundada. “En un principio la iglesia solo tenía una nave un poco estrecha, erigida con técnicas y materiales muy pobres. En 1780 fue ampliada y se construyó la nave central. En 1830 se levantó el campanario, la sacristía y las naves laterales. Finalmente, en 1945, se hizo la construcción de las capillas laterales, dándole al templo el aspecto que tiene actualmente”, como iglesia Santa Catalina de Siena.
Ya cerca de 2005, el IPC señalaba: “El templo se encuentra en regular estado de conservación”. Tras el esmerado paréntesis de la 44 Brigada Blindada, el abandono de la edificación es patente.
- Monumento Histórico Nacional. La Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, de fecha 28 de julio de 1960, demandó: “Se declaran Monumento Histórico Nacional todas las iglesias y capillas antiguas que hay en el territorio nacional y que existiesen ya, terminadas o no, para el año de 1830”. (Gaceta Oficial Nº 26 320 de fecha 2 de agosto de 1960). Por tanto, la iglesia Santa Catalina de Siena, o iglesia de Parapara, quedó amparada por esta legislación.
- Santuario diocesano. La iglesia de Parapara fue elevada a santuario mariano el 23 de septiembre de 2013, en honor a Santa María de la Peña Admirable, destaca el padre Fuentes. Según cuenta el catequista Jinmy Peña, en 1720 se produjo la aparición de una piedra con la imagen de esta advocación de la Virgen María, en el sector Piedras Azules de Parapara. Desde entonces se celebra este acontecimiento como un acto de fe y devoción a Nuestra Señora de la Peña Admirable, patrona del santuario, el cual pertenece al arciprestazgo de San José, de la Arquidiócesis de Calabozo, municipio Miranda.
(*) El Capítulo II, Artículo 21 de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, establece que “Ninguna autoridad podrá emprender o autorizar que se inicie sobre los monumentos nacionales propiedad de particulares, actos de demoliciones, reformas, reparaciones, restauraciones, cambios de ubicación o de destino, sin que medie la correspondiente aprobación del Instituto del Patrimonio Cultural”.
Puedes leer este reportaje también en el canal Especiales, de El Pitazo.
Fuentes consultadas
Algarín, Erick. Coordinador pastoral de la parroquia Parapara. Entrevista realizada en enero de 2018.
Catálogo del patrimonio cultural venezolano 2004 – 2005. Estado Guárico, municipio Juan Germán Roscio. Instituto del Patrimonio Cultural.
Fuentes, José Luis. Párroco de la iglesia Santa Catalina de Siena, o iglesia de Parapara. Entrevista realizada en enero de 2018.
Peña, Jinmy. Catequista de la parroquia de Parapara. Entrevista realizada en enero de 2018.
Ranuárez Angarita, Argenis. Cronista oficial del municipio Juan Germán Roscio, estado Guárico. Entrevista realizada en enero de 2018.
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