La rehabilitación del espacio vital y creativo de Armando Reverón aún está inconclusa. Y aunque de réplica anunciada pasó a «ambientación», los vecinos prefieren tener “algo parecido a El Castillete, antes que un estacionamiento de camiones”.
Nadeska Noriega/@Nadeska16. 9/2/2018.
La Guaira. El 10 de mayo de 2014 Nicolás Maduro, haciendo uso de su investidura como presidente de Venezuela, dio varias órdenes. La primera, declarar toda la obra artística del maestro Armando Reverón como patrimonio cultural de la nación. En segundo lugar, ordenó la exhumación de los restos del llamado “Pintor de la Luz” y su traslado al Panteón Nacional. Por último, la construcción de una obra memorial en el lugar donde una vez estuvo El Castillete en Macuto, arrasado durante el deslave de Vargas en 1999.

A casi cuatro años de estos anuncios, las palabras presidenciales no se han cumplido en su totalidad. Ciertamente, la obra de Reverón ya cuenta con su declaratoria de bien de interés cultural, respaldada en la Gaceta Oficial Nº 40 443, publicada en julio de 2014. Y las cenizas del artista plástico fueron trasladadas el 10 de mayo de 2016 al Panteón Nacional. Pero con las obras que se levantan en los terrenos macuteños, donde Reverón se encontró con la locura y la luz, es otra historia.
A pesar de la oferta y del tiempo transcurrido, en los terrenos donde Armando Reverón levantó su más importante obra, El Castillete, hoy se aprecia una ambientación inconclusa, cerrada con un portón rústico y sendos candados, protegida por la sombra de unos uveros.

La vieja lucha por el legado de Reverón
El cambio de ministros y las visiones opuestas en cuanto al uso y destino del espacio se han convertido en trabas. También el retraso en la asignación de recursos, desvalorizados por la inflación. Sin embargo, vecinos valoran lo levantado, pues es mejor tener “algo parecido a El Castillete que un estacionamiento de camiones”.
Reclaman el retraso y el olvido de la obra, que suele dejarse de lado por promesas electorales. Y aspirando a que el próximo 10 de mayo, por lo menos, la primera etapa de la ambientación sea terminada y el lugar esté apto para recibir visitas guiadas de grupos escolares o cualquier curioso que desee conocer sobre la vida y obra Armando Reverón.

“Para los vecinos de Macuto, Reverón es parte de nuestro legado. La lucha no empezó en 2014, cuando Maduro anunció su interés por la obra de Reverón. Nuestra lucha ha sido desde el propio año 2000, cuando después de la tragedia vimos todo el daño que sufrió El Castillete. Sacar escombros, rescatar el terreno y recuperar de a poco ha sido un trabajo de 18 años. Si tú me preguntas si estoy contento, yo te digo que me esperaba una obra más grande, un mejor acabado y no la paralización de más de un año a la que ha estado sometido El Castillete”, explica Nelson Galvis, quien ha sido uno de los baluartes en la rehabilitación de la desaparecida vivienda-taller del también llamado Loco de Macuto.
“Ese es un espacio de creación y de vida, no un lugar para que esté cerrado, esperando por recursos y disposición del Gobierno nacional”, Nelson Galvis, vecino de Macuto y uno de los abanderados en la lucha pro Castillete.
El castillo de piedra y palma
En 1921 Reverón se mudó a Macuto, donde en una loma empinada frente al mar de unos 700 metros cuadrados, construyó El Castillete con sus propias manos. Una obra algo tosca realizada con piedras, palmas y otros elementos de gran sencillez, la cual se constituyó en su vivienda y taller, donde vivió junto con su compañera y musa, Juanita.

De acuerdo con archivos de la Galería de Arte Nacional y al texto del crítico Juan Calzadilla, titulado Reverón: voces y demonios (1990), El Castillete de Reverón estaba conformado por un caney alto con un especie de ático, una pileta y algunas estructuras que funcionaban como cocina y baño, además de un mirador o campanario, dentro de un muro perimetral. Tras la muerte del artista en 1954, Juanita se quedó viviendo en El Castillete e hizo las primeras modificaciones al sitio.
Tras la muerte de Juanita en 1972, El Castillete quedó cerrado y cubierto por los uveros y árboles de mango que lo rodeaban. Dos años después, en pleno desarrollo petrolero y en el primer mandato del presidente Carlos Andrés Pérez, el Estado decretó como bienes de utilidad pública los terrenos de El Castillete y su estructura.
En 1974 se creó oficialmente el Museo Armando Reverón, adscrito al desaparecido Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (Inciba). Fue en 1990 cuando se registró la Fundación Museo Armando Reverón, con personalidad jurídica propia y al que se le entregó como custodio el Hotel Miramar de Macuto y El Castillete.
Junto a este lugar también se ubicaba un edificio anexo, terminado de construir en 1992 por el arquitecto José Manuel Da Silva. Con dos plantas dedicadas a usos múltiples y salas de exposición, su función principal era la de proteger y servir de conexión con El Castillete, de frágil estructura. Este espacio también fue destruido en 1999 y sus ruinas demolidas en 2015.
La réplica que querían los vecinos
Si se le consulta a los vecinos que rodean los terrenos de El Castillete, todos coinciden en que las aspiraciones mayoritarias apuntaban a que se levantara una réplica lo más parecida a la arrasada por el río El Cojo.

“Siempre exigimos una obra lo más parecida a lo que tenía Armando Reverón”, asegura Belkys Reyes, vocera del consejo comunal de la zona y una de las luchadoras por la conservación de la memoria del pintor en Macuto.
Por ello, cuando el presidente Maduro habló de “un memorial”, las alarmas se encendieron. Hubo discusiones y acuerdos en la Mesa Técnica Reveroniana, donde participaban representantes de la gobernación, alcaldía, Ministerio de Cultura y vecinos. Salió humo blanco y el término “réplica de El Castillete” se acuñó en el colectivo.
De hecho, a finales de 2014, el entonces vicepresidente de la Asamblea Nacional, Darío Vivas, y la presidenta de la Comisión de Cultura de la AN para la época, Gladys Requena, entregaron ante el Ejecutivo nacional un “Acuerdo de construcción de la réplica de El Castillete de Reverón” donde se indica que por el “valor patrimonial del espacio se exhorta a la construcción de una réplica, en memoria de su legado”.
El Castillete que se llevó el río
Conforme el tiempo pasaba e iba tomando cuerpo la construcción, muchos macuteños criticaban que el nuevo Castillete no era idéntico al que se había llevado el río.
A estas imprecisiones, voceros de la contratista Construcciones Valda 2001 C. A. siempre estuvieron prestos a realizar variaciones. Sin embargo, el tiempo y la inflación, así como los retrasos en la recolección de los escombros de la demolición del edificio anexo, afectaron el presupuesto de 34 671 210 bolívares, adjudicado por el contrato número CJ – 057/15, a través del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC).
La obra se paralizó en 2016 con el 95 % de ejecución de la primera etapa. La réplica quedó en veremos y los vecinos achacaban a los aspectos inconclusos, las diferencias.
Sin embargo, en enero de este año, durante una inspección en El Castillete, el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, aclaró que lo que se levanta en el espacio es “una ambientación que irá acompañada de una museografía y que con el cuido y tratamiento adecuado se convertirá en referencia cultural y turística de Vargas”.
De réplica a peor es nada

“Hay quienes hablan de un falso histórico, de un remedo indocumentado de El Castillete, pero se obvia que aquí, desde mediados de los años 70, se hicieron cambios y modificaciones para adecuar el espacio. Esta ambientación tiene como base las fotografías e información de videos que tenemos de El Castillete, así como el trabajo arqueológico que se realizó en 2014 y que permitió descubrir la pileta original, que es uno de nuestros espacios favoritos en El Castillete. Hay quienes se empeñan en ver siempre el vaso medio vacío en lugar de verlo medio lleno”, explicó, por su parte, Omar Vielma, viceministro de Patrimonio Cultural y presidente del IPC.


Lo dicho por Vielma es respaldado por vecinos. “Aquí teníamos ruinas y se estacionaban camiones y carros. Es preferible tener esta ambientación que un estacionamiento. Preferible tener un lugar donde recrear la historia de Armando y Juanita y que los niños la puedan conocer de primera mano”, indicó Reyes.
De hecho, durante la inspección, la Red Teatral de Vargas realizó un montaje de la pieza Reverón y Juanita para mostrar al ministro Villegas la potencialidad del espacio.
Hermanar a El Castillete con el Museo de Arte Contemporáneo
Tras la inspección, Villegas apuntó que el primer objetivo del Ministerio de Cultura para este 2018 será la culminación de la primera etapa de El Castillete. Para ello se plantea la consecución de mil cuatrocientos millones de bolívares para la colocación de instalaciones eléctricas, luminarias, la construcción del dormitorio de Reverón, la ambientación y la musealización del espacio.
“Estamos buscando hermanar administrativamente al Museo de Arte Contemporáneo, que desde diciembre lleva el nombre de Armando Reverón, con este espacio ubicado en Las Quince Letras de Macuto. Eso nos permitirá darle impulso y concretar una figura que permita a los vecinos sumarse como custodios de El Castillete”.
El mismo monto anunciado por Villegas servirá para dar pie a la segunda etapa, que consiste en la construcción de un edificio anexo de servicio y el mejoramiento del acceso. Junto con la comunidad de la zona, se buscará adecuar los espacios a favor de experiencias socioproductivas de artesanos locales.
La nueva fecha para dar a luz a la primera etapa de El Castillete y permitir la organización de actividades en los espacios queda supeditada, por ahora, para el venidero 10 de mayo, cuando se celebre el Día del Artista Plástico Nacional.
«Un pequeño Dios». “En El Castillete Armando vivía como un pequeño Dios junto a sus creaciones: un teléfono con el que puedes llamar a quien quieras y a nadie; un violín y un piano que sirven para escuchar el silencio; un cáliz que no puedes llenar de vino, pero tampoco vaciarlo; un espejo en el que ves lo que quieras menos a ti mismo; una escalera que asciende sin subir; muñecas que mientras más reposan más profanas se tornan. Los verdaderos símbolos son extraordinarias promesas que nunca llegan a cumplirse”. Federico Vegas, extracto del artículo Algunas palabras sobre El Castillete, publicado originalmente en el portal Prodavinci.
Fuentes consultadas
Calzadilla, Juan. Reverón: voces y demonios. Fundación Museo Armando Reverón. Caracas. 1990.
Corro, Felipe. Concejal del Circuito Macuto – La Guaira. Miembro del Concejo Municipal del Municipio Vargas. Entrevista realizada el 28 de enero de 2018.
Galvis, Nelson. Vecino de Las Quince Letras. Entrevista realizada el 29 de enero de 2018.
Pisani, Napoleón. A 123 años del nacimiento de Armando Reverón. En escritossobrearmandoreveron.blogspot.com, 31 de marzo de 2012. https://goo.gl/CdBQV7. Consultado el 8 de febrero de 2018.
Reyes, Belkys. Vecina de Las Quince Letras. Vocera del Consejo Comunal Castillete de Reverón de Macuto. Entrevista realizada el 29 de enero de 2018.
Vegas, Federico. Algunas palabras sobre El Castillete del pintor venezolano Armando Reverón. En grupolipo.blogspot.com, 11 de mayo de 2013. https://goo.gl/wpGwsi. Consultado el 8 de febrero de 2018.
Vielma, Omar. Presidente del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC). Entrevista realizada el 18 de enero de 2018.
Villegas, Ernesto. Ministro Para la Cultura. Entrevista realizada el 29 de enero de 2018.
Wikihistoria del arte venezolano / Ríos, Victoriano de los. En vereda.ula.ve, https://goo.gl/BTWfM4. Consultado el 8 de febrero de 2018.
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Para Venezuela la cultura del pasado y los que la hicieron en su momento con nombre y apellido como Armando Reverón, se ha convertido en un obstáculo, un problema. No saben qué hacer con ella. Desde el ministro Fidel Barbarito se está condimentando la supuesta AMBIENTACIÓN del espacio de Armando Reverón. Este es el tercer ministro y sigue repitiendo lo mismo. Con gente inepta como el actual presidente del IPC no llegamos a ningun lado en cuanto defensa del patrimonio cultural. Cuanto patrimonio venezolano ha desaparecido desde que ese señor está allí sentado.
Lamentablemente el IPC ha cambiado la C de cultura por la P de política barata al servicio de individuales con otros grandes intereses.
El nuevo ministro debería ir un poco más allá y evaluar el verdadero saldo del IPC en estos últimos años.