La sede del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, ubicada en el casco histórico de Maracaibo, está siendo afectada por los potentes efectos corrosivos del salitre lacustre y las no menos destructivas incursiones del hampa. Desde hace tres años no se le hace el mantenimiento adecuado a esa edificación del siglo XVIII.
Detalle del desprendimiento de la capa pictórica del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Wilmer Villalobos. 14/3/2018.
Maracaibo, Zulia. “Mijo, lo más apremiante que tenemos en el museo es la falta de pintura. ¿Sabéis por qué esta zona se llamaba El Saladillo? Por la salina. El salitre que nos llega del lago (de Maracaibo) se está comiendo las paredes, los techos, las maderas, las bases”.
Vista de la calle donde se asienta el Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, en la derecha de la calzada. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
La monja Ingrid Barroso nos recibe en el Museo Arquidiocesano Obispo Lasso de la Vega, que dirige desde su inauguración en 1991, con un desacomplejado acento marabino para recitar el rosario de necesidades por el que atraviesa la edificación. La sede museística data del siglo XVIII según algunos historiadores, y se asienta en el corazón de la vieja Maracaibo, específicamente en la emblemática calle Carabobo de la capital del Zulia, el estado más occidental de Venezuela.
“A las paredes se les está cayendo la pintura, que tiene que ser especial y se debe retocar con frecuencia para estas construcciones, tan cercanas al lago de Maracaibo”, refiere la religiosa antes de desgajarse en bendiciones para el exgobernador de la entidad zuliana, Francisco Arias Cárdenas, quien en 2015 “nos arregló el museo por dentro y por fuera”.
Barroso hace un rápido inventario de las mejoras emprendidas por el ejecutivo regional: “Imaginate que nos mandó a una cuadrilla de obreros que pintaron, impermeabilizaron parte del techo, mejoraron los pisos, restauraron las maderas de puertas y ventanas, arreglaron los jardines, hasta luces LED les pusieron a algunas de las vitrinas de la colección del museo. No pudieron poner los bombillos de los faroles externos porque había que hacer primero un trabajo de electricidad».
Tres años sin mantenimiento
Pero eso pasó hace tres años. Los trabajos a los que alude Barroso, recuerda, fue una labor que lideró la Gobernación del Zulia, a través del Centro Rafael Urdaneta (CRU, con competencia en el ámbito patrimonial), y en donde participaron también la alcaldía de Maracaibo, la arquidiócesis de Maracaibo y donantes privados. Se acataba con ello el requerimiento que el Instituto del Patrimonio Cultural hiciera a las autoridades custodias de «tomar las medidas necesarias» para preservar el bien ya que, según su Catálogo del patrimonio cultural venezolano 2004 – 2007. Estado Zulia, municipio Maracaibo, este apenas se encontraba en “regular estado de conservación”.
Pese a los arreglos, hoy este monumento histórico regional ha recaído. El museo, que resguarda una invaluable colección de objetos sacros, entre los que se encuentran una réplica del primer altar de la catedral marabina y la primera corona de la Virgen de La Chinita, patrona de los zulianos, se halla en una delicada situación por falta de mantenimiento. Este debe ser constante y especializado por las duras condiciones climáticas de la zona.
Vista lateral izquierda del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
En la gráfica se aprecia el estado de las ventanas. Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos.
Abonbamiento de la especializada pintura. Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Detalle de las filtraciones en el techo del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Piezas episcopales de la Sala de los Pastores del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Libro antiguo que explica el descubriento de la tablita de la Virgen de Chiquinquira. Colección del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
La primera corona de La Chinita, patrona de los zulianos, es una de las más caras piezas del museo Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Estampa de la Maracaibo antañona, pieza de la colección del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso. Foto rep. Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Aparte de esto, al museo también lo amenaza la inseguridad. Los ladrones se han robado desde irremplazables piezas de la colección (sobre todo durante un robo masivo en el año 2000) hasta tres de los cuatro aparatos de aire acondicionado del museo en asaltos perpetrados en 2017. Por no dejar, se llevaron hasta el cableado eléctrico. “Se lo roban, explica la directora, porque por dentro tienen cobre»¦ ahorita los ladrones no deja cable sano en Maracaibo”.
Más allá de los cables, un funcionario del CRU, que prefirió mantener el anonimato, no disimula el temor latente en la institución cultural ante el acecho hamponil, en vista de la preciada colección que alberga el museo.
Los faroles quedaron para los pájaros
Los faroles quedaron para los pájaros. Museo Arquidiocesano Obispo Lasso. Foto Wilmer Villalobos, marzo de 2018.
Pese a que la institución es cuidada con diligencia por la religiosa y su equipo de colaboradores (quienes se ocupan de la limpieza a falta de personal que lo haga), ya acusa evidentes signos de deterioro por la ausencia de cuidados estructurales, que van desde la completa impermeabilización del techo –y por cuya área desprotegida se producen filtraciones-, hasta la necesidad de la sofisticada pintura –por la que clama Barroso- que protegería las paredes del inmueble.
En un recorrido que en nombre de IAM Venezuela hiciéramos por ese recinto que huele a humedad y cosa antigua, observamos filtraciones en paredes y techos, maderas desvencijadas, frisos derruidos, el jardín contiguo semiabandonado y cierta penumbra por la ausencia de los bombillos que se llevó el hampa.
Los faroles han quedado para nido de pájaros. Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Hurto de cableado de los antiguo faroles del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Vista del techo y la pared, afectados por filtraciones y el duro clima de la zona. Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Estado de las puertas y el piso del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Vista del jardin semiabandonado. Se visualiza la placa con la imagen del obispo. Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Cableado desmantelado en la estructura de piedra de ojo, del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Nunca funcionaron los faroles externos que deberían alumbrar el recinto por las noches en esa calle turística, por lo que han sido aprovechados por pájaros carpinteros para hacer sus nidos y “mortificar” aplicadamente al escaso personal que labora en la institución, lamenta Barroso con condescendiente ternura.
En la fachada amarilla una fisura superficial que atraviesa el nombre Museo Arquidiocesano Obispo Lasso de la Vega parece ilustrar, mejor que las palabras, la situación de la histórica sede museística. Una fisura discreta, pero tan elocuente como el confianzudo acento marabino de la hermana Barroso: “Mijo, decímele a las autoridades que por favor me vengan a pintar. Y que nos pongan Internet, que necesitamos para las actividades del museo. Con eso seríamos felices”.
Fisura, descascaramiento de la pintura y filtraciones en las ventas. Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Abierto tres días a la semana
Adscrito al Sistema Nacional de Museos, esta institución abre al público tres veces a la semana. “Pudieran ser más días”, nos dicen casi al unísono la coordinadora, Egleé Ahumado, y la secretaria Gledys Judely, “pero el sueldo mínimo no nos alcanza para costear los pasajes todos los días”.
La mística parece llenar los vacíos presupuestarios: “Decidimos que abriríamos solo tres días a la semana para no cerrar”, explica Barroso. Y agrega que los sábados es un día especial para la institución, cuando se dictan los talleres de pintura y música a unos 80 niños (de entre 3 y 17 años de edad), estos últimos impartidos por el conservatorio de Maracaibo y el Sistema Nacional de Orquestas. “Estamos muy contentos de servirle a la comunidad, para eso es que es un museo ¿no?”, nos dice la religiosa con cautivador entusiasmo.
La directora del museo, Ingrid Barroso (izq.), la coordinador Eglée A., y Gledys, la secretaria. Museo Arquidiocesano Obispo Lasso, marzo 2018.
El Museo Arquidiocesano Obispo Lasso abre 3 días a la semana por la precariedad del personal. Maracaibo. Foto Wilmer Villalobos, marzo 2018.
Las actividades de la institución son incesantes, pues además de la exposición permanente de la colección, que incluye la silla donde se sentó el papa Juan Pablo II en la visita que hiciera a Maracaibo en 1985, el museo sirve a planes vacacionales, reuniones católicas y seminarios, está integrado a rutas turísticas y religiosas, y cada diciembre su personal prepara jornadas de villancicos y música navideña con los talleristas para quien quiera escucharlos.
El personal del museo también organiza una visita guiada que incluye monumentos y lugares emblemáticos de la ciudad, a saber: Panteón Regional, plaza Bolívar, catedral de Maracaibo, Palacio Legislativo, Alcaldía de Maracaibo, Banco Central de Venezuela , plaza Baralt, Convento San Francisco de Asís, Casa de la Capitulación y el Teatro Baralt.
Horario: abierto al público lunes, miércoles y viernes de 8:00 a. m. a 12 p. m. Los sábados imparten los talleres mencionados.
Ilustrísimo Rafael Lasso de la Vega. Óleo José Lorenzo de Alvarado, siglo XIX. Dig. Samuel Hurtado C.
Esta casona colonial, donde residiera el ilustre obispo de Mérida, doctor Rafael Lasso de la Vega (1764 – 1831), fue convertida por el padre Gustavo Ocando Yamarte en museo arquidiocesano en 1991 con el fin de exponer al público los ornamentos litúrgicos, pinturas y piezas de interés histórico, entre las cuales están las trasladadas allí a raíz del llamado Gran Terremoto de los Andes, que devastó la diócesis de Mérida en 1894.
Fuentes consultadas
Ahumado Eglée. Coordinadora del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso. Entrevista realizada el 7 de marzo de 2018.
Barroso, Indrid. Directora del Museo Arquidiocesano Obispo Lasso. Entrevista realizada el 7 de marzo de 2018.
Catálogo del patrimonio cultural venezolano 2004 – 2007. Estado Zulia, municipio Maracaibo. Instituto del Patrimonio Cultural.
Funcionario del CRU. Entrevista realizada el 7 de marzo de 2018.
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