Cruz de Mayo, una fiesta milenaria que adoptó Venezuela entre cantos y plegarias. Foto Mintur.Nombre: Velorios de la Cruz de Mayo.
El Velorio de la Cruz de Mayo es una fiesta milenaria que Naguanagua adoptó y adaptó para cantar y adorar al madero que evoca la presencia de Dios en la Naturaleza nutricia. Con esta tradición agrícola y religiosa se agradece la llegada de las lluvias y el pan de la buena cosecha.
Fecha: 3 de mayo de cada año.
Tipo de patrimonio cultural: Inmaterial / Manifestaciones colectivas / Tradiciones religiosas.
Zona del país: Naguanagua, Carabobo.
Administrador custodio o responsable: la comunidad y cofradías de la Cruz.
Cada 3 de mayo la comunidad de Naguanagua, en Carabobo, se conecta, como buena parte del país, con la atávica celebración por la llegada de las lluvias que fecundan la tierra: “Ciertos autores enlazan la fiesta de La Cruz de Mayo con un origen precristiano en el Árbol de Mayo o Palo de Mayo. «‹El culto al árbol ha sido común en la religión europea y se ha dado, entre otros pueblos, en celtas, germanos, griegos, romanos y eslavos. En el Arbor Intrat romano se cortaba un pino, se engalanaba con guirnaldas violetas, cintas de lana y una imagen de Atis y se llevaba al templo de Cibeles. En la Francia medieval los campesinos ponían el 1 de mayo árboles decorados frente a las casas señoriales y las iglesias”.
Una fiesta de la humanidad que el catolicismo temprano vinculó con “el más totalizante de los símbolos”, la cruz. Y no con una cualquiera, sino con la mismísima “Vera Cruz”, esa desde donde Jesús se eleva al cielo y que halló Santa Elena, madre del emperador Constantino, en el año 324.
Venezuela le sumó a la milenaria tradición el sonido rumoroso de la maraca aborigen, su africanidad vibrante de tambores y sus cantos de devoción católica con destellos andaluces y sevillanos para seguir festejando la vida alrededor de una cruz ornada de flores, cintas, fulías y esperanzas, el Velorio de la Cruz de Mayo.
Perfumes de mayo
Una tradición popular que se consolidó en el país desde hace unos 150 años, y que empieza mucho antes del 3 de mayo, como recuerda Andreína Rojas en una monografía sobre esta tradición religiosa y agrícola: “Los preparativos de la fiesta se inician desde finales del mes de abril, cuando los devotos comienzan los preparativos para ‘vestir’ y adornar la cruz, de acuerdo al gusto de particulares y cofradías. Una vez ‘vestida’, la cruz se coloca en un altar, adornado con flores, cirios encendidos y eventualmente las imágenes de San Antonio de Padua, las Ánimas Benditas y el Niño Jesús”.
El Instituto del Patrimonio Cultural coincide: “cada año, a partir del 2 de mayo, las personas realizan sus altares, adornan sus cruces con flores, cintas de colores, palma y papel, colocando además velas y ofrendas”.

Desde el altar emana entonces un suave perfume de rosas, jazmines, trinitarias, clavellinas y otras flores silvestres.
Vestida la cruz, el velorio se inicia el 3 de mayo y comienza con el Santo Rosario, luego se le canta parrandas, décimas y fulías. Al llegar la madrugada se tapa la cruz con un paño blanco, se voltea en señal de respeto y se comienza la fiesta”.
Ese detalle de tapar y voltear la cruz es un remanente de la devota solemnidad ante el símbolo sacro, pero aquí no se le canta al crucificado, sino a la presencia de Dios en la tierra nutricia y promisoria.
Sabores, saberes y anhelos comunitarios
La Cruz de Mayo tiene el fraterno sabor del café y el chocolate, del consomé reparador a mitad de la madrugada y de los amables dulces caseros que se reparten en el sitio de congregación, sea este en salones, patios particulares acondicionados para el velorio de la cruz, improvisados altares de caminos u otros espacios preparados por las cofradías y comunidad. Todo, para pagar por favores recibidos, o para rezar por la prosperidad de las cosechas y por la salud de los enfermos; así como también para alejar las epidemias que azotan los campos y para protegerse del Maligno o Diablo”.
El atávico clamor a Dios, representado en la cruz, se reedita cada mayo en Venezuela en compases de fulías, galerones, malagueñas, joropos y las décimas, el eje literario de la fiesta y cantera inagotable del folclor nacional.
Canto a la Cruz, María Rodríguez. Video subido a Youtube por ErBagre el 11 de mayo de 2009.
Una gratitud que el pueblo eleva hasta el Altísimo, presente por entre las flores y las cintas multicolores del madero sacro, pero también una plegaria de protección divina ante el hambre y la carencia, porque se acabe la sequía, por las buenas cosechas: “El motivo principal de la fiesta de la Cruz de Mayo en Venezuela y en otros países del mundo, es rendir a la Naturaleza un homenaje por ser en mayo la entrada de la estación de las lluvias, elemento propicio para la exaltación del ánimo telúrico («¦) es una verdadera orgía de colores, de perfumes, de paisajes y de frescura”.
En Naguanagua, suscribe el IPC, “»¦ la manifestación más antigua en honor a la Cruz de Mayo conocida es la de la Cruz de El Rincón, con más de un siglo de devoción. Esta celebración ha abarcado varios sectores debido a la labor de agrupaciones dedicadas a preservar dicha manifestación”.
Los Velorios de la Cruz de Mayo fueron declarados Patrimonio Cultural de Venezuela en 2014. Y registrados como bien de interés cultural de la nación bajo la categoría Las manifestaciones colectivas en el Catálogo de patrimonio cultural 2004 – 2006, municipio Naguanagua, estado Carabobo.
Ubicación
Naguanagua, estado Carabobo.
Fuentes consultadas
Catálogo del patrimonio cultural venezolano 2004 – 2006. Estado Carabobo, municipio Naguanagua. Instituto del Patrimonio Cultural, 2006.
Invención de la Santa Cruz. En Wikipedia.org, https://goo.gl/SngccR. Consultado el 12 de abril de 2018.
La Cruz de Mayo. En venezuelatuya.com. https://goo.gl/KUnUgs. Consultado el 12 de abril de 2018.
Rojas, Andreína. Cruz de Mayo. En monografías.com, https://goo.gl/ay8N31. Consultado el 23 de abril de 2018.
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