
Nombre: Monumento a Andrés Bello.
Año: 24 de octubre de 1970.
Autor: Manuel de la Fuente Muñoz (1932 – 2010).
Tipo de patrimonio cultural: Tangible / Mueble. Monumento en espacio público.
Administrador custodio o responsable: Corporación Merideña de Turismo (Cormetur) y Alcaldía del Municipio Libertador.
Historia
Descripción
Valores patrimoniales
Situación actual
Ubicación
Fuentes consultadas
El monumento a Andrés Bello constituye un reconocimiento de la sociedad merideña a la “figura intelectual más destacada y de mayor relieve en la cultura hispanoamericana del siglo XIX”. Obra de Manuel de la Fuente, es la primera estatua del insigne venezolano levantado en Mérida.
Historia
Símbolo de humanismo y elevación espiritual
Por disposición del gobierno del estado Mérida es bautizado en 1970, con el nombre de Andrés Bello, el primer tramo de la avenida intercomunal Mérida – La Parroquia – Ejido. De igual forma, y con la finalidad de rendir homenaje a este destacado personaje de la historia venezolana y latinoamericana, es ordenada la construcción de un parque en las adyacencias de la misma avenida.



Según puede constatarse en un artículo publicado en El Vigilante, en su edición del 14 de septiembre de 1968, el proyecto de erigir un monumento a Andrés Bello como “símbolo de humanismo y de elevación espiritual” data del año 68, cuando la Universidad de Los Andes y la Gobernación del Estado Mérida habían contratado los servicios de Manuel de La Fuente Muñoz (1932 – 2010) con la finalidad de que modelara una escultura del insigne pensador venezolano. Sin embargo, para el referido mes ambas instituciones no habían logrado costear en su totalidad los gastos que ocasionaba la fundición de la obra, por lo que se ponía en tela de juicio la ejecución definitiva del proyecto, al cual se habían aportado 12 000 bolívares y del que se requerían 18 000 bolívares más.
Aunque se recomendó que otras instituciones regionales hicieran sus contribuciones para concluir la obra, la escultura no logró fundirse para ese momento, sino dos años después durante la gestión del doctor Germán Briceño Ferrigni (1932 – 1999), gobernador del estado Mérida para el período 1969 – 1973, quien adquirió la escultura con la finalidad de levantarla en un lugar idóneo adyacente a la nueva arteria vial que iba a “embellecer la ciudad” y garantizar un “mejor desenvolviendo en el tránsito”. Para ello dispuso la construcción de un parque con el nombre del insigne filólogo, cuyos trabajos empezaron a realizarse a finales de mayo de 1970. Mientras tanto, los merideños podían contemplar la obra broncínea en la entrada del palacio del gobierno, ubicado al frente de la plaza Bolívar de la ciudad andina.
El monumento a Andrés Bello fue desvelado el 24 de octubre de 1970, durante los actos de inauguración de la avenida y parque en homenaje al maestro venezolano, en la que contó con la presencia del entonces presidente de la República, doctor Rafael Caldera (1916 – 2009). En la ocasión, monseñor Ángel Pérez Cisneros (1911 – 1987) bendijo las obras y expresó emotivas palabras de agradecimiento.
¡Un monumento para contemplarlo, no para manosearlo!
A tan solo tres días de haberse inaugurado el monumento, se informaba a través de El Vigilante, que la relación de los merideños con dicha obra no era la más apropiada. En el rotativo se decía que a pocas horas de la desvelación de la escultura de Bello “ya era posible apreciar el abuso y la inconsciencia del público que acudía a tales sitios, no precisamente para disfrutar y admirar, como es lógico, sino más bien para destruir e irrespetar”. En el impreso se afirmaba también que los visitantes del parque casi “se encaramaban sobre la estatua”, constituyendo una “expresión de irrespeto”, ya que ese monumento estaba allí “no para manosearlo, sino para admirarlo”. Igualmente, se hacía referencia a la destrucción de las jardinerías y sustracción de las plantas ornamentales, hecho que revelaba –según el periódico – una “absoluta carencia de civismo y educación, de respeto y honestidad”.

En otra nota de prensa publicada en El Vigilante, el 3 de mayo de 1974 , se denunciaba el abandono del parque Andrés Bello, el cual permanecía “a oscuras desde hace días”. De acuerdo a la nota, la situación de abandono del parque debía mejorar, pues, este era considerado como una obra fundamental que ‘realzaba y ennoblecía’” a Mérida como ciudad y como centro turístico.
Transcurrido algunos años, puede observarse en la prensa local una serie de denuncias acerca de la falta de mantenimiento y abandono que presentaba la mayoría de los parques y plazas de la ciudad. En una de ellas, publicada en Frontera, el 12 de agosto de 1981 se decía: “es triste saber que varios parques no son ni la sombra que eran hace años atrás cuando uno se acercaba a disfrutar de su belleza, pero ahora visitar un parque significa dolor por el descuido y suciedad en que se encuentran”. Como ejemplo ilustrativo era citado el parque Andrés Bello, cuyas fuentes de aguas, instaladas allí, se encontraban sin mantenimiento.
Es de hacer notar que en dicho artículo se enfatizaba que la situación de abandono de los parques recaía no solo en las instituciones del ejecutivo regional, las cuales no habían mejorado la vigilancia dentro de los espacios públicos, sino también en los turistas y residentes merideños, quienes no eran capaces de depositar la basura en los cestos correspondientes, sino que las dejaban en las áreas verdes y en las fuentes de agua, ocasionando que los parques no parecieran espacios de recreación, pues, eran similares -según se dijo en la prensa- a una “cochinera”.
Entre el abandono y la desidia

Aunque la situación del parque Andrés Bello mejoró por algún tiempo, siguió siendo la misma en los años siguientes, incluso se llegó al caso, tal como se evidencia en una fotografía publicada en el diario Frontera el 22 de abril de 1991, del uso de las fuentes de agua como piscinas en la que se bañaban los niños. Para el año 2005 se observaban algunos daños causados al monumento, el cual presentaba manchas de color rojo en el rostro.

Su situación empeoró en 2006 cuando, producto de los trabajos para la construcción del sistema de transporte masivo Trolmérida, los espacios del parque fueron reducidos en una considerable proporción, destruyéndose las obras que allí se habían realizado en los años setenta y dejándose la estatua en la total intemperie.
Posteriormente, a mediados de 2007 la escultura es restaurada en el taller Vulca, de Adán Vergara, y el parque es reconstruido nuevamente. Diez años después, en una espacie de ciclos de avances y retrocesos, el parque es abandonado y la estatua es objeto del vandalismo, lo que demuestra la carencia de una real y verdadera política de planificación urbana que permita el buen funcionamiento y uso de los espacios públicos destinados desde los años setenta para la recreación y fomento del turismo merideño.
Descripción

El monumento a Andrés Bello es una escultura sedente fundida en bronce (de 192 cm de alto, 97 cm de ancho y 100 cm de profundidad), localizada en el parque homónimo en un área de más de 10 000 metros cuadrados. Se alza sobre una base de concreto de forma rectangular horizontal de 107.5 cm de alto, 203.5 cm de ancho y 240 cm de profundidad.
En la obra se representa al maestro venezolano luciendo traje de la época, compuesto por una chaqueta de solapas amplias abotonada al frente por cuatro botones, camisa de cuello alto y corbata de lazo, pantalones y zapatos de tacón bajo. Del cuello pende la medalla que lo distingue como rector de la Universidad de Chile.

Bello aparece con la mirada hacia la izquierda, descansando sobre un asiento de forma cuadrada y sin espaldar (97 cm de alto, 93 cm de ancho y 71 cm de profundidad), con bordes curvos, con apoyabrazos de forma acanalada y curva. La pierna derecha se encuentra ligeramente extendida hacia adelante y en la izquierda posa un libro que toca con los dedos de su mano izquierda. La escultura posee una pequeña base de bronce de 10.5 cm de alto, 101 x 64 cm de ancho, y 132 cm de profundidad, apreciándose en el lateral izquierdo próximo a la cara frontal, la inscripción: “M. DE LA FUENTE”.
Posiblemente para su diseño, además de los retratos pintados por el francés Raymond Quinsac Monvoisin (1794 – 1870) en 1844 y el de autor anónimo realizado en 1850 por solicitud del venezolano Francisco Michelena y Rojas, el escultor Manuel de la Fuente Muñoz haya tomado como referente la estatua de Bello realizada por Nicanor Plaza (1844 – 1918) levantada originalmente al frente del congreso chileno y ubicada desde 1931 en la alameda adyacente a la Universidad de Chile.
Valores patrimoniales

El monumento a Andrés de Jesús María y José Bello López (1781 – 1865 constituye un reconocimiento y valoración de la sociedad merideña a quien es considerado como la “figura intelectual más destacada y de mayor relieve en la cultura hispanoamericana del siglo XIX”, reconocido por sus importantes contribuciones en el campo de la filosofía, filología, educación, literatura, política y la diplomática. Autor de una prolífica producción bibliográfica entre las que destacan Calendario manual y guía universal de forasteros en Venezuela para el año de 1810, con superior permiso (1810), Silva a la agricultura de la zona tórrida (1826), Principios del derecho de gentes (1832), Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos (1847), Código Civil de la República de Chile (1856). Bello fue además promotor de la creación de la Universidad de Chile, de la que fue su primer rector.
La estatua, “símbolo preclaro” de exaltación de la memoria de uno de los “varones ilustres que han honrado la nacionalidad”, es la primera y una de las dos en su tipo existentes en la ciudad de Mérida realizada por el escultor español-venezolano Manuel de la Fuente Muñoz (1932 – 2010). Por sus características y significación fue declarada Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador, de acuerdo al decreto 5S5 publicado en la Gaceta Municipal en su edición del 8 de julio de 2004, y bien de interés cultural de la nación, registrada en Catálogo de patrimonio cultural del municipio Libertador del año 2007.
Situación actual


El monumento a Andrés Bello se encuentra en regular estado de conservación. La escultura ha sido vandalizada, observándose pintas de color blanco, azul, negro y amarillo en sus alrededores y manchas de color anaranjado en la base de concreto. Los laterales de los apoyabrazos del asiento de bronce de la cara posterior han sido robados. En los alrededores se observan desechos sólidos y abundante presencia de malezas.
Ubicación
Parque Andrés Bello, avenida Andrés Bello, frente a la urbanización San Antonio. Parroquia Juan Rodríguez Suárez, municipio Libertador, estado Mérida, Venezuela.
Fuentes consultadas
Andrés Bello se llamará la avenida Mérida-Ejido. En El Vigilante, p. 1. Mérida, 12 de abril de 1970
Andrés Bello. En Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, https://goo.gl/CYN3k8. Consultado el 20 de mayo de 2018.
A oscuras parque Andrés Bello. En El Vigilante, p. 1. Mérida, 3 de mayo de 1974.
Grases, Pedro. Andrés Bello. Diccionario enciclopédico de las letras de América Latina (DELAL). Biblioteca Ayacucho, Monte Ávila, Caracas, 1995, t. I, pp. 565-572.
Grases, Pedro. Bello, Andrés. En Diccionario de historia de Venezuela. Fundación Polar, Caracas, 1997. https://goo.gl/ykTVqU. Consultado el 20 de mayo de 2018.
Hurtado Camargo, Samuel Leonardo. La estatuaria pública conmemorativa de la ciudad de Mérida (1842 – 2006): análisis histórico. Universidad de Los Andes, Escuela de Historia (Memoria de Grado), junio 2007, 500 pp.
Instituto del Patrimonio Cultural. Municipio Libertador, estado Mérida, Catálogo del patrimonio cultural venezolano. Región Los Andes: ME-12, La Galaxia, Caracas, 2007; 265 pp.
Jaksic, Iván. Imágenes desconocidas de Andrés Bello. En Anales de literatura chilena. Santiago de Chile, número 27, junio 2017, pp. 15-28. https://goo.gl/xaT9Lo. Consultado el 20 de mayo de 2018
La visita del presidente Caldera constituyó un éxito rotundo por la presencia masiva y emocionada del pueblo. En El Vigilante, p. 1. Mérida, 27 de octubre de 1970.
Mons. Pérez Cisneros bendice la avenida “Andrés Bello”. En El Vigilante, p. 1. Mérida, 27 de octubre de 1970
Movimiento de tierra para la construcción del parque Andrés Bello, en Mérida. En El Vigilante, p. 1. Mérida, 24 de mayo de 1970.
Monvoisin, Raymond Quinsac. Andrés Bello [Retrato], 1844. Óleo sobre tela. Colección Universidad de Chile. En Portaldearte.cl., https://goo.gl/Fm4ScP. Consultado el 20 de mayo de 2018.
Opacada la belleza de los parques por descuido y la basura. En Frontera, p. 8. Mérida, 12 de agosto de 1981.
Solarte, Adelfo. La piscina de los pobres. En Frontera, p. 1. Mérida, 22 de abril de 1991.
Se impone vigilancia constante en la avenida Andrés Bello y el Parque Beethoven. En El Vigilante, p.1. Mérida, 27 de octubre de 1970.
¿Se quedará la estatua de Andrés Bello sin fundir? En El Vigilante, p.1. Mérida, 14 de septiembre de 1968
Panorámica de la avenida Andrés Bello. En El Vigilante, p. 1. Mérida, 1 de noviembre de 1970.
Ya luce magnífica e imponente en su pedestal la estatua de don Andrés Bello. En El Vigilante, p. 1. Mérida, 16 de octubre 1970.
Voionmaa Tanner, Liisa Flora. Escultura Pública, del monumento conmemorativo a la escultura urbana. Santiago 1792-2004. Ocho Libro Editores Ltda, Santiago de Chile, 2da edición 2005, 210 pp.
Investigación: Samuel Leonardo Hurtado Camargo / @hurtadosamuel. Historiador (ULA) e investigador del área patrimonial.
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