
Nombre: iglesia Catedral Metropolitana de Santa Ana, Catedral Arquidiocesana de Caracas, Catedral de Caracas, la Catedral.
Autor: Juan de Medina (de 1665 a 1674, dirige la construcción del templo ya con categoría de catedral); Francisco Andrés Meneses (1711, dirige la construcción de la nueva fachada); Gustavo Wallis L. (1933 y 1967, adapta el templo a las nuevas disposiciones de la liturgia).
Año: 1665.
Tipo de patrimonio cultural: Tangible / Inmueble/ Monumento Nacional (1957).
Administrador custodio o responsable: Diócesis de Caracas.
La Iglesia Catedral Metropolitana de Santa Ana, o Catedral de Caracas, se erige en el centro de la ciudad de Caracas. La historia de este templo se remonta a 1665. Este Monumento Nacional es sede de la Arquidiócesis de Caracas.
Historia
Descripción
Valores patrimoniales
Situación actual
Ubicación
Fuentes consultadas
Historia

La historia de la Catedral Metropolitana de Santa Ana, mejor conocida como la Catedral de Caracas, se remonta al siglo XVI. Cuando la ciudad apenas tenía 10 años de fundada, en 1577 se construye en el lugar un templo. “Era pequeña pero sólida, construida de piedras”, relatan en La Catedral de Caracas, editado por el Capítulo Metropolitano de Caracas. Intentemos tomarle el pulso al devenir de este templo a través de fechas clave:
1636: el rey Felipe IV de España ordena el traslado de la catedral desde Coro a Caracas, y es en marzo de 1638 que de manera oficial el templo original se convierte en catedral.
1641: el 11 de junio ocurre un terremoto que derriba el templo. Gracias a los aportes de una vecina de la ciudad, María Pérez (su nombre daría origen a la zona de Mariperez), se reconstruyó la iglesia temporalmente.
1665: se comisiona al maestro Juan de Medina la construcción de una nueva iglesia. De Medina incorporará una torre, que destacará por ser la edificación más alta de la época. Los trabajos se extenderán hasta 1674.
1709: el altar mayor es colocado bajo la primera bóveda. Salvo la remodelación en el siglo XX, el altar mayor se ha mantenido en dicho lugar hasta el día de hoy sin mayores cambios.
1711: Francisco Andrés Meneses construye la nueva fachada de la catedral.
1723: el templo alcanza lo que será su estructura actual: cinco naves, cuatro capillas laterales y la Gran Capilla o Nave de San Pedro, además de una torre con 10 campanas.
1766: el terremoto del 21 de octubre causa daños a la estructura. Se decide recortar el segundo y tercer cuerpo de la torre.
1794: el 20 de agosto, el rey Carlos IV aprueba un proyecto que habría significado la construcción de una edificación con planta de cruz griega, que además contemplaba oficinas y dependencia que ocuparían toda la cuadra en la que está actualmente la Catedral de Caracas. Ese proyecto no se concretó.
1812: el terremoto del 26 de marzo destruyó prácticamente toda la iglesia. Se reconstruyó respetando la distribución y dimensiones anteriores.
1867: para el tricentenario de Caracas se consagra el templo, que había sido objeto de una reforma ordenada por el arzobispo Silvestre Guevara y Lira.
1933: se realiza el cambio del techo de tejas por una platabanda, se sustituyó el piso de mármol y se adelgazaron las columnas. Los trabajos, a cargo de Gustavo Wallis L., no se concluyeron por falta de recursos.
1967: Gustavo Wallis es encargado de hacer la última gran remodelación del templo. Conforme a las disposiciones del Concilio Vaticano, que permitían a los sacerdotes dar la misa de cara a los fieles, se dispuso la ubicación del altar mayor (el altar mayor antiguo se conserva en una de las salas privadas de la Catedral), se amplió el prebisterio, se suprimieron 4 columnas y además se colocó un nuevo trono arzobispal de mármol blanco, entre otros cambios.
“Sus dimensiones en la nave son aproximadamente de 51 metros de largo por 23 de ancho y 30 varas de largo más de 8 de ancho en la capilla o nave de San Pedro. Su forma original provenía de la tipología de iglesia que se construía en la colonia al sur del Caribe, presente en las iglesias de La Asunción, Coro y Guanare”, se refiere en el blog Portal de la Historia de Caracas.
“El altar es majestuoso y está al fondo de la nave central que conecta con ocho capillas laterales, unas más amplias que otras. Es la sede de la Arquidiócesis de Caracas y fue declarada Monumento Nacional según Gaceta Oficial Nº 25.413, del 23 de septiembre de 1957”, refieren en Caracas en 450. Un homenaje a la ciudad en su aniversario, del Fondo Editorial Banesco (https://goo.gl/qmyZ22).
Sobre el estilo, en el folleto La Catedral de Caracas se indica que “no es puro, ya que prevalece el románico con algo propio de la Colonia”. Otras fuentes hablan del estilo múdejar “con techos de entablado y alfarería, cuya muestra aún se conserva en la capilla de la entrada” (Portal de la Historia de Caracas).
Descripción
Cuerpo central de la catedral. El cuerpo central fue reformado por el arzobispo Guevara y Lira en 1867. Luego en las remodelaciones realizadas en 1931 y 1967 se hicieron los ajustes que permanecen en la actualidad.


El cuerpo central se encuentra enmarcado por 45 columnas y 88 arcos, y consta de cinco naves iluminadas en la pared de la fachada lateral norte por 10 hermosos vitrales que reproducen las imágenes de santos muy queridos desde la Colonia por los fieles caraqueños: Santa Ana, titular de la Catedral; San Mauricio; San Sebastián; San Jorge; el apóstol Santiago (patrón de la ciudad); Santa Rosalía; la Santísima Trinidad; Nuestra Señora de Guadalupe; Santa Rosa de Lima y una alegoría de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento.
Adosada a la pared oriental de la torre se encuentra un retablo reciente, donde está colocada una bella imagen colonial de San José. Al fondo de la catedral, a ambos lados del presbiterio, hay dos vitrales que representan a San Pedro y San Pablo. En el ventanal de la fachada principal un vitral representa la Santa Cruz, despidiendo rayos de luz de sus cuatro ángulos.
El plano superior del presbiterio lo adornan vitrales con el escudo del cardenal José Humberto Quintero, quien propició la restauración del año 1967, y del cardenal José Alí Lebrún Moratinos, arzobispo de Caracas. Al lado norte del presbiterio se encuentra la imagen colonial y el altar de la Inmaculada, antiquísima devoción de los caraqueños.
Al lado sur del presbiterio está expuesto a la veneración de los fieles un bellísimo conjunto colonial que representa a Jesucristo en la Cruz junto con la Santísima Virgen y San Juan. A los pies de este altar está sepultado el Excmo. Sr. Dr. Jesús María Pellín, quien fuera deán de la catedral desde 1960 hasta 1969.

En la pared de esta capilla se halla un estudio al carbón de La expoliación de Jesús, último trabajo del maestro Tito Salas, donado a la Catedral de Caracas por su viuda, Carmen Ramírez de Salas.
Capillas laterales: la catedral consta de ocho capillas dispuestas en el lado sur, cada capilla está consagrada. Empezando desde el este, la disposición es la que sigue:

Capilla de Nuestra Señora del Pilar: al fondo de la misma resalta un hermoso retablo de estilo barroco, como pocos en Venezuela; en esta capilla están sepultados todos los arzobispos de Caracas, menos el primero, monseñor Francisco Ibarra y el tercero, monseñor Ignacio Méndez, cuyos restos reposan en el Panteón Nacional; tampoco está el segundo arzobispo Monseñor Narciso Coll y Prat, quien falleció en Palencia de España, a donde había sido trasladado. En la tumba correspondiente a él se encuentra su corazón. Algunos dicen que podría ser el corazón de Atanasio Girardot. El primer cardenal venezolano, el arzobispo de Caracas José Humberto Quintero, quien dispuso la creación de este panteón, se encuentra sepultado aquí, al igual que monseñor José Ali Lebrún, segundo cardenal de Caracas.

Forma parte de esta capilla el cuadro inconcluso de La última cena, obra de Arturo Michelena. “Es de una belleza singular el rayo de luna que penetra en el místico recinto; la disposición de la mesa en forma de herradura y que cambia según el ángulo del observador. La muerte sorprendió al autor cuando estaba casi terminado el cuadro y esto nos permite conocer la técnica que usaba Arturo Michelena. Todo esto, y mucho más, hacen de este lienzo una obra única en su género”, se describe en el folleto La Catedral de Caracas.
Al frente de este cuadro está colocada la pintura colonial denominada Un descanso en la huida de Egipto, de la Escuela de Murillo. Es digno de notarse lo parecido de los ángeles con el Niño Jesús. Una lámpara de plata del tiempo colonial cuelga del arco principal de la capilla y lleva una inscripción: «Soy de la Capilla de Nuestra Señora del Pilar de la Catedral de Caracas».
Capilla Santa Ana: la siguiente capilla, dedicada a la Santa Ana y a San Nicolás de Bari, tiene una imagen muy antigua y bajo el piso de este recinto reposan los restos mortales de monseñor Nicolás Eugenio Navarro Ortega, deán de esta catedral por 40 años y figura prócer del Clero Patrio. Murió el 6 de noviembre de 1960.

Capilla Nuestra Señora de la Paz: la capilla contigua está dedicada a Nuestra Señora de la Paz, con su imagen devota y muy antigua, puesta en el primitivo retablo de San Nicolás en 1886. El retablo del altar es de 1771. En el pavimento una lápida recuerda que allí están los restos de monseñor José Rincón Bonilla, obispo auxiliar de Caracas y deán del cabildo, quien murió el 14 de mayo de 1984.
Capilla de Nuestra Señora del Pópulo: la hermosa Capilla de Nuestra Señora del Pópulo fue embellecida por monseñor Diego de Baños y Sotomayor, quien la arregló para el panteón familiar. Sobre la tumba se ve su efigie en actitud orante. Su sobrino Oviedo y Baños, célebre historiador venezolano, también tiene en esta capilla su sepultura. La imagen de Nuestra Señora del Rosario es obra de Juan Pedro López (abuelo de Andrés Bello). En las paredes laterales se encuentran tallados en madera los escudos familiares del obispo y su sobrino. Sobre el sagrario se halla el Cristo de Jerusalén, traído desde el Calvario por los primeros peregrinos sudamericanos que fueron a Tierra Santa en 1896.

Capilla de la Santísima Trinidad: don Pedro Jaspe de Montenegro, antepasado del Libertador Simón Bolívar, la fundó el 25 de junio de 1689. Esta capilla pasó por herencia, como consta en la lápida de la pared derecha, a ser patrocinada por la familia Bolívar. Aquí recibieron sepultura cristiana los miembros de la familia del Libertador y en 1827 el mismo Libertador en su postrera visita a Caracas vino a rezar ante la tumba de sus seres queridos, y emitió un decreto para que se hiciese un monumento, el cual vino a ser realidad en tiempos del general Marcos Pérez Jiménez.
Fue esculpido en Toledo de España por el artista Victorio Macho y representa al alma del Libertador ante sus padres y esposa. El techo en estilo mudéjar mantiene su estilo original; también conserva su antigüedad el retablo del altar. A partir de 1842, cuando fueron trasladados de Santa Marta a Caracas los restos del Libertador, descansaron aquí por espacio de treinta y cuatro años. Hasta que en 1876 los trasladan al Panteón Nacional.

Capilla de Santiago Apóstol: llamada antiguamente de las Ánimas, por venerarse en ella un cuadro de las Benditas Ánimas, obra de Juan Pedro López; está dedicada al Apóstol Santiago, cuya imagen, en talla de madera policromada, fue donada por la Junta de Galicia en 1999.


Capilla del Santo Sepulcro: en 1785 se edificó esta capilla por cuenta de la cofradía. Hasta ese entonces se encontraba aquí el baptisterio con su antigua pila bautismal. El retablo es obra de Francisco José Cardozo, en madera dorada que luego, con muy mal gusto, fue cubierta con pintura blanca. En las paredes laterales un hermoso cuadro colonial de Jesús en la Columna y San Sebastián, de Pedro Centeno.
Capilla o nave de San Pedro: en ella funciona la Parroquia Catedral. Tiene dos altares: el altar de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, situado a la derecha, entrando desde el cuerpo principal de la catedral, fue realizado por Domingo Gutiérrez en el año 1777. Allí se encuentra una hermosa imagen moderna de la Santísima Virgen, que tiene su cofradía actualmente con mucha vitalidad.



Y el altar mayor de San Pedro, obra del maestro Eugenio Juan Guzmán en 1792. El retablo conserva dos puertas laterales, que daban paso a las dependencias parroquiales. A la derecha del presbiterio se encuentra una antigua escalera que daba acceso a la Cripta de la Cofradía de San Pedro, a la cual perteneció lo más granado de la sociedad caraqueña de entonces, comenzando por los obispos y otras dignidades eclesiásticas que tenían aquí su propio cementerio. Monseñor Mariano Martí, el primer estadista de Venezuela, y quien confirmó al niño Simón Bolívar Palacios el 11 de abril de 1790, está sepultado en esta cripta.
En la parte alta del altar se conserva una imagen de la Inmaculada, la cual perteneció al Antiguo Convento de las Monjas, suprimido por decreto de Guzmán Blanco, que se encontraba donde está hoy la sede del Congreso Nacional. Esta imagen fue donada por las religiosas al cabildo, que la mandó a la Sala Capitular y conservó la llave del nicho. Es muy interesante esta imagen sencilla en talla de madera que representó a otro santo, y que tiene actualmente una luna de plata y el signo de la serpiente abatida a sus pies. Debajo de la Inmaculada está el nicho central con la imagen de San Pedro, que lleva tiara papal, una cruz arzobispal y llaves en las manos. En la misma nave se encuentra el actual baptisterio de la catedral, donde fueron bautizados algunos héroes de la Independencia.
En el centro del baptisterio hay una artística fuente bautismal, de mármol blanco que sustituyó a la antigua de piedra del Ávila, en la que fue bautizado el Libertador Simón Bolívar y que más tarde se colocó en el patio principal de la casa natal del Libertador, donde puede observarse hoy día. Aquí se encuentra un bello óleo, obra de Celestino Martínez, que representa el Bautismo de Jesús.
Esta nave fue restaurada en 1986, bajo la dirección del arquitecto Graziano Gasparini y por el auspicio del Ministerio de Desarrollo Urbano, MINDUR.

La torre de la catedral: situada en el ángulo noreste de la iglesia, fue construida por Juan de Medina desde 1664 a 1674 y perdió parte de su esbeltez al ser demolida la parte superior a causa del terremoto de 1812. Es una obra monolítica, que solo posee escalones en la parte más alta, pues para subir hay una rampa inclinada que hace de la torre una auténtica fortaleza. En la parte superior de la torre se admira una estatua en bronce que representa La fe, obra también del gran artista Juan Pedro López.

El actual reloj fue fabricado en Londres por J. R. Lozada e instalado aquí en 1888, costó mil ochenta y una libras esterlinas (1081), pesa siete mil doscientos diecisiete kilos. Las finísimas campanas y un cilindro para el himno nacional y otras piezas de música religiosa, que actualmente se encuentran dañadas, hacían del reloj de la catedral una obra llamativa. Adosado a la pared este de la torre se encuentra el altar de San José, con bella imagen colonial de madera. El altar fue fabricado por Manuel López Pacheco en 1950.
La sacristía: está ubicada detrás del altar mayor y se divide en tres salones no abiertos al público: la sacristía mayor, el salón de los canónigos y la sacristía menor.

Sacristía mayor: el bellísimo retablo de cedro dorado fue realizado entre 1754 y 1756 por Pedro Juan Álvarez Carneiro y el maestro Juan Francisco de León Quintana. Los cuadros con sus marcos dorados son de Los apóstoles San Pedro y San Pablo, la Ascensión del Señor y la Asunción de Nuestra Señora, Santa Rosa de Lima y San Juan Nepomuceno. En los nichos a la izquierda se encuentra una bella imagen de Nuestra Señora de La Candelaria, convertible en la Inmaculada, que posee aderezos de plata colonial. A la derecha el Apóstol Santiago en hábito de peregrino, en la parte baja se encuentran dos cuadros pequeños de San Bernardo y San Francisco y se ven también dos imágenes pequeñas de la Inmaculada y San José. En el centro hay un crucifijo de marfil, manchado con pintura encarnada, y encima un precioso cuadrito con el Sacrificio de Isaac. El conjunto es realmente inmejorable, en las paredes laterales se ven cuatro arcángeles en madera: San Rafael, San Miguel y San Gabriel, y un ángel Custodio. Todos ellos obras de Juan Pedro López, famoso artista caraqueño del siglo XVIII, abuelo de don Andrés Bello. Un precioso cuadro de La Inmaculada que formaba parte del retablo, el Nazareno y el Descendimiento completan este maravilloso conjunto. Dos enormes mesas de marquetería colonial dan realce al sagrado recinto.
Contiguo está el salón de los canónigos: con los cuadros de todos los obispos de Coro y luego de Caracas, desde don Rodrigo de Bastidas (1543) hasta monseñor Felipe Rincón González (1942), arzobispo de Caracas. Hay también otras pinturas que representan diversos personajes ligados en cierto modo a la catedral caraqueña.
Pese a la actual magnificencia del retablo de la sacristía mayor, este ha sido mutilado en varias ocasiones, como rememora el doctor Carlos Federico Duarte, experto en arte colonial y director del Museo de Arte Colonial de Caracas: “En 1866, porque de la sacristía mayor el obispo decide mudar el retablo a la sacristía menor; como el techo era más bajo, cortaron el retablo. Luego, en 1967, curiosamente 100 años después (cada 100 años le cortan un pedazo) el cardenal (Humberto) Quintero decidió hacer un apartamento arriba de la sacristía y como había que hacer el piso, se debía bajar el techo, y le cortaron otro pedazo más. Sin embargo, vale la pena ver lo que dejaron. Es impresionante lo que todavía existe”.


Sacristía menor: al lado opuesto se encuentra la sacristía menor, que sirve algunas veces para reuniones extraordinarias. Al salir de la sacristía mayor, se encuentran tres cuadros coloniales, regalados a la Catedral de Caracas, la tradición oral atribuye la donación a Mary Pérez.
Ellos representan: La Anunciación, La huida a Egipto, El Niño en el templo con los doctores. Más adelante una copia de la Inmaculada de Murillo. Dentro del salón, además de la abundante sillería, tiene este rincón catedralicio el célebre cuadro de La Resurrección de Rubens, La Presentación de la Virgen en el templo, y la Virgen del Pilar, que presidió en otro tiempo la capilla del mismo nombre.
Como complemento se encuentra un precioso crucifijo de marfil y una pluma en un óvalo con cristal protector, que perteneció a su santidad León XIII. Y, por último, un rostro pequeño del Nazareno y otro de La Dolorosa.
Valores patrimoniales
La Catedral de Caracas fue declarada Monumento Nacional según Gaceta Oficial Nº 25 413, del 23 de septiembre de 1957. Además del valor intrínseco para los católicos, la catedral dispone de obras pictóricas desde la época colonial realizadas en su mayoría por pintores venezolanos de la talla de José Lorenzo Zurita (1695 «‘ 1753), Fernando Álvarez Carneiro (1670 – 1744), Juan Pedro López (1724 – 1787), Cristóbal Rojas (1857 – 1890), Arturo Michelena (1863 – 1898), Antonio Herrera Toro (1857 – 1914) y Tito Salas (1887 – 1974).
Situación actual
En general, la Catedral de Caracas está en buen estado. A simple vista se nota que la fachada requiere de pintura (algunos grafitis de contenido político, han sido borrados). En el interior, algunas paredes están rayadas. En algunas partes, el suelo de mármol acusa el paso del tiempo y las piezas presentan fisuras. En las columnas internas y partes de las bóvedas la pintura se ha desconchado.
Monseñor Ramírez indica que la principal preocupación es el estado del techo y las pinturas de las fachadas. No disponen de presupuesto para acometer estas refacciones.
Ubicación
Esquina La Torre, plaza Bolívar, Caracas, Distrito Capital, Venezuela.
Fuentes consultadas
Albornoz, Rebeca. Secretaria del Museo Sacro. Entrevista realizada el 21 de junio de 2018.
Catedral Metropolitana de Caracas 1577. En Portal de la historia de Caracas. Consultado el 26 de junio de 2018.
Mons. Alfonzo Vaz, Alfonso y Pbro. Loureiro, Daniel. La Catedral de Caracas. Capítulo Metropolitano de Caracas. (s/f).
Morales, Mirelis (editora). Catedral de Caracas / Caracas en 450. Un homenajea a la ciudad en su aniversario. Fondo Editorial Banesco. p. 224. Consultado el 28 de junio de 2018.
Ramírez Ortíz, Adán (Monseñor). Titular de la Catedral. Entrevista realizada el 21 de junio de 2018.
Investigación: Norberto J. Méndez.
Como siempre los curas hacen lo que le da la gana, cortan y destruyen obras de arte antiguas a su conveniencia.. la capilla de Santa Ana y de San Nicolás de Bari, que es un santo ruso fue pagada y mandada a construir por doña Melchor a Ana de Tovar para que sirviera de sepultura para ella y su familia. En el año de 1814 fue asesinado el Sr Conde de la granja y fue sepultado en esta capilla, cuál es la sorpresa. Que en la capilla.no hay nada que indique su sepultura ni la de su familia, solo figura la de un cura ( Dean) que nada tiene que ver con la capilla. En la historia de la iglesia catedral solo figuran enterramientos de curas, salvo la de la Santísima Trinidad, sería bueno hacer un recuento de su historia y sacar a la luz quienes reposan en su sueño eterno en tan antigua iglesia