
Las profanaciones y robos del Cementerio Bella Vista de Barquisimeto (estado Lara) acaban con dos siglos de memoria y arte. Mientras la impunidad campea, la alcaldía desoye el clamor civil de convertir esta joya patrimonial de Venezuela en un museo a cielo abierto.
Keren Torres Bravo. 30/7/2018.

Barquisimeto, Lara. Ante una desconcertante inacción municipal, delincuentes destruyen con paciencia y saña el Cementerio Bella Vista. Amparados por la impunidad (no se conocen detenidos pese al sistemático robo de esculturas y profanación de tumbas), los vándalos saquean un irremplazable tesoro arquitectónico, histórico y artístico de la ciudad de Barquisimeto, capital del estado Lara, situado al noroeste de Venezuela.
Más de doscientos años de memoria y arte están contenidos en este camposanto, el tercero en importancia del país petrolero dada la cantidad de magníficas esculturas funerarias y mausoleos levantados allí desde el siglo XIX.
A cada paso se observan monumentos que llevan a una lectura más profunda de quién era el fallecido, su familia, su oficio, sus gustos y la época en la cual vivió. Algunas fueron realizadas por creadores en Venezuela y otros por artesanos europeos, encargos específicos de los familiares para honrar a su ser querido fallecido.
Sin embargo, en los últimos años al deterioro por la falta de mantenimiento se le suman los robos a las magníficas esculturas, retiradas de una forma cuidadosa desde sus bases, lo que podría indicar que son ladrones “conocedores” del arte y sus formas.

“Hemos observado que este despojo tiene una intencionalidad: quitar aquellos bienes que impulsaron su declaratoria como Patrimonio Cultural de la Nación”, conjetura la arquitecta Carmen Tanasi, quien ha estudiado el cementerio Bella Vista desde el año 1998.
Detalla que llevarse una escultura que mide 1,70 metros, pesada, desde el lugar donde permanece en el cementerio hasta un camión, amerita de una estrategia y de equipos especiales.
Ante la creciente depredación de las obras de arte de este camposanto, joya patrimonial del país, apela al sentido común para exigirle a las autoridades una vigilancia de día y de noche: “Es la principal acción directa, rápida y sencilla para evitar muchas de estas situaciones. Y esto está en manos de la alcaldía del municipio Iribarren, ente encargado de su preservación y mantenimiento”.
Agrega, como estudiosa del valor simbólico y artístico del Cementerio Bella Vista, que “hay que hacer además una campaña de sensibilización como sociedad civil, aliados con las universidades, porque hay que actuar, no puede quedar el patrimonio en un catálogo (se refiere al Catálogo del patrimonio cultural venezolano, editado por el Instituto del Patrimonio Cultural, IPC).
Monumentos del siglo XIX

El Cementerio Bella Vista está lleno de monumentos escultóricos de mármol, así como de tumbas antiguas. Muchas de las cuales datan del año 1884, cuando el camposanto fue fundado por Jacinto Fabricio Lara Urrieta. Este fue hijo del general Juan Jacinto Lara Meléndez, héroe epónimo del estado donde nació e inició su lucha por la Independencia de Venezuela.
Existen además monumentos funerarios más antiguos, creados antes del año 1800, pero que fueron llevados hasta el camposanto después de su apertura: “Por donde se mire hay historia, aquí están enterradas grandes figuras de la ciudad: músicos, expresidentes, exgobernadores, escritores, políticos. Pero ha habido un descuido gubernamental en cuanto a su mantenimiento y seguridad”, refiere Carlos Guerra, miembro de la Fundación Casco Histórico de Barquisimeto.

Explica que contra el cementerio han perpetrado todo tipo de profanaciones de tumbas sin que se conozcan hasta ahora las motivaciones, bien sea que lo hagan para ritos satánicos o para robar algunas joyas valiosas con las que enterraban a los difuntos en los siglos pasados.
“Se llevaron una pieza bellísima de la tumba de Simón Wohnsiedler que tenía 93 años en el cementerio, uno de los grandes músicos y médicos del estado Lara, compositor del himno de la Divina Pastora, sobrino del general José Trinidad Morán, quien peleó en tres batallas entre Bolivia, Ecuador y Perú… Pero las autoridades parecen desconocer la historia y no les importa”, declara Carlos Guerra.
Otros importantes panteones profanados han sido los de don Bernabé Planas, primer gobernador de Barquisimeto, en 1832, al constituirse el Poder Ejecutivo; don Antonio Álamo, ministro durante el gobierno del general Juan Vicente Gómez; Leopoldo Torres, gobernador del estado entre 1905 y 1906, y el del teniente Vicente Landaeta Gil, quien fuera la primera víctima de la aviación venezolana en 1931.
Como teme la arquitecta Tanasi, el antiguo esplendor del Cementerio Bella Vista parece reducirse al Catálogo de patrimonio cultural venezolano, que registra: “entre los panteones más representativos se encuentra el del héroe epónimo del estado, el general Jacinto Lara; el de la familia Álamo Dávila, el cual es un terraplén donde se ubican figuras de santos, vírgenes, cristos e imágenes alegóricas al Paraíso. También se encuentra enterrado Antonio Álamo, quien fue ministro durante el gobierno del general Juan Vicente Gómez; Leopoldo Torres, gobernador del estado entre 1905 y 1906, y los hermanos Gómez cuyo mausoleo data del año 1946”.
Si los panteones y sus esculturas tienen tanta significación histórica y artística para el estado Lara, si el Cementerio Bella Vista está entre los tres más valiosos de Venezuela»¦ más de uno se pregunta ¿por qué no existe una investigación seria sobre quiénes lo desvalijan?, ¿quién compra las piezas o sus trozos? El hilo del sentido común llevaría pronto al ovillo de los culpables. Pero, lamentan Tanasi y Guerra, “no parece haber voluntad política para ello”.
Museo a cielo abierto, un clamor desoído

Como sucede en las grandes ciudades del mundo, los cementerios antiguos forman parte de la vida cultural y funcionan como museos a cielo abierto. Precisamente es este el proyecto que varias instituciones han propuesto a los gobernantes de turno sin que hasta ahora ninguno haya atendido esta demanda ciudadana.
“El cementerio de La Habana (necrópolis de Cristóbal Colón), fundado pocos años después del Bella Vista, ha servido como escenario de películas y es un atractivo turístico por sus valores arquitectónicos y escultóricos”, ejemplifica la arquitecta Tanasi.
Entre tanto, Yuyita de Chiossone, presidenta de la Fundación Amigos del Casco Histórico de Barquisimeto, concuerda con la intención de hacer el museo a cielo abierto para preservar la memoria de la ciudad y las obras de arte que aún permanecen en el camposanto.

Aunque fue cerrado en la década de 1960, ambas especialistas coinciden en que todavía queda espacio para reactivarlo. “En la capilla de la entrada, que fue restaurada, se pueden hacer misas e, incluso, los habitantes de la parroquia San Pablo de la Cruz pidieron adecuar este espacio para velar los restos de personas cuyos familiares no puedan costear una funeraria. Se ofrecería un servicio público a la comunidad”, explica Chiossone.
A finales del mes de marzo, miembros de la Fundación Casco Histórico y Camposantos de Barquisimeto introdujeron una denuncia a la Fiscalía Superior del estado Lara para que abriera una investigación con respecto a la falta de seguridad, conservación y limpieza de los patrimonios de la ciudad, incluyendo el Cementerio Bella Vista. Hasta la fecha, no ha habido respuesta.
“Suplico que volvamos la mirada a lo que ha sido nuestra memoria y patrimonio, es imposible volver a hacer un cementerio así. Tenemos un atractivo turístico que debe ser cuidado. ¿Qué cuesta mantenerlo limpio y vigilado?”, se pregunta la arquitecta Tanasi.
Cada obra expresa un sentimiento
En el año 1998 la arquitecta Tanasi realizaba una maestría de Gerencia en la Construcción, en la Universidad Central de Venezuela. Su intención era hacer su tesis sobre la ciudad y la importancia de los espacios patrimoniales.
Cuando buscó asesoría con el maestro Ciro Caraballo él le dijo que podía ayudarla, pero debía cambiar el tema porque trabajaba para ese momento en su doctorado sobre cementerios patrimoniales.
“Me dijo que iba a encontrar muchas similitudes entre la ciudad y el cementerio: allí también hay trazados, calles, edificios —en este caso los monumentos. Los problemas también son los mismos: inseguridad, falta de mantenimiento y embellecimiento de las áreas, fallas en los servicios. El cementerio es una ciudad dentro de una ciudad”, rememora Tanasi.
El primer paso fue describir al Cementerio Bella Vista como “tradicional, romántico, historicista” del siglo XIX, donde predominan los jardines y las esculturas, las cuales fueron hechas con la libertad que el familiar quisiera, en homenaje a su difunto.
“Es una manera de expresar sentimientos. Por ejemplo, en el cementerio de La Habana, en una de las tumbas, el símbolo es una ficha de dominó porque quien murió jugaba una partida y quedó con esa pieza en la mano”, explica Tanasi.
Acota que todas las obras tienen una razón, un significado que debe ser leído, nada está puesto al azar. El camposanto está lleno de simbolismo.

Henri Falcón engaveta ordenanza promisoria
El primer tema que ideó Tanasi fue diseñar una estrategia para revitalizar el Cementerio Bella Vista, pero surgió una necesidad: le fue requerida una ordenanza municipal, desde la Alcaldía de Iribarren, para regular el funcionamiento de este espacio patrimonial.
“Recuerdo lo que me dijo Ciro Caraballo: a veces hay que frenar los intereses personales para la investigación y dedicarte a lo que necesita la ciudad. Y lo hice. Propuse el proyecto a Macario González, el alcalde de ese momento. Se discutió y aprobó en tres sesiones de cámara, pero coincidió con el cambio de gestión”, cuenta la arquitecta.
Con la llegada de Henri Falcón a la alcaldía de Iribarren y una mayoría de concejales que adversaban la gestión anterior, la ordenanza, previamente discutida, no fue firmada. Quedó engavetada y allí permanece.
“Obtuve mención publicación en la tesis”, afirma Tanasi con más frustración que orgullo, pues la ordenanza que regularizaría el funcionamiento del camposanto, planteada en el estudio académico, quedó truncada: “aún estoy esperando que eso ocurra”, dice Tanasi.
La arquitecta explica que esta ordenanza es específica para cementerios tradicionales, donde su funcionamiento, estatuarios y monumentos establecen unos programas de difusión, mantenimiento, restauración de obras, reutilización de los espacios bajo las nuevas modalidades de enterramiento y la creación de una Unidad de Investigación.
“Todo esto se encuentra en la ordenanza, al igual que las sanciones”, precisa.
Documentar cada obra para salvar el patrimonio
La Asociación Civil Camposantos de Lara y la Universidad Central de Venezuela (UCV), en su sede de Barquisimeto, trabajan para salvar el patrimonio del Cementerio Bella Vista.
“A través del servicio comunitario, un grupo de estudiantes va conmigo hasta el cementerio para documentar lo que se tiene. Hay un registro que hizo Ciro Caraballo en 1998, pero debe ser actualizado”, informa Tanasi, quien es docente de la Facultad de Arquitectura.
Durante el semestre anterior realizaron toda la retícula del cementerio. Además levantaron y relevaron cada espacio o tumba con sus características específicas y las lecturas que se pueden hacer a través de ella.
“En vista del aumento de los robos y profanaciones, este semestre buscaremos documentar lo que existe y comparar con lo que teníamos. Esta información la llevaremos hasta el Instituto de Patrimonio Cultural, IPC”, detalla la profesora.
Recordó que ya existe una medida de resguardo para el camposanto, referida al desalojo de buhoneros de la zona de La Alameda, la cual se ejecutó durante la gestión del alcalde Alfredo Ramos.

“Pero eso no quiere decir que el deterioro se haya detenido. Además hay que tener en cuenta que si se destruye un patrimonio y se promueve que la gente no vaya, el objetivo podría ser clausurar y destinar este espacio a otro uso”, opina Tanasi.
Nelson Fréitez, sociólogo y miembro de la Asociación Civil Camposantos de Lara, explica que los valores y el legado que han dejado nuestros antepasados deben preservarse por su trascendencia histórica.
“La ciudad tiene una raíces que están depositadas allí y sobre ellas tenemos que tener el mayor respeto y valoración. Son una fuente de aprendizaje, de inspiración y fortaleza. En sociedades en crisis, estas raíces son fundamentales para enfrentarla desde la base de la dignidad, la memoria y el arraigo”, reafirma Fréitez.
Legislación violada
En el Código Penal se establecen los artículos que se han violado hasta ahora en los espacios públicos de la ciudad, cuando no son preservados y protegidos. El Artículo 170 dice que “cualquiera que en los lugares destinados al culto, o en los cementerios, deteriore, desperfeccione o afee los monumentos, pinturas, piedras, lápidas, inscripciones o túmulos, será castigado con arresto de uno a seis meses o multa de ciento cincuenta a un mil quinientas unidades tributarias”.
El artículo 171 refiere que será castigado con prisión de seis meses a tres años quien “cometa actos de profanación en el cadáver o en las cenizas de una persona y cualquiera que con un fin injurioso, o simplemente ilícito, sustrajere, fraudulentamente, el todo o parte de los despojos o restos mismos”.
Fuentes consultadas
Código Penal Venezolano, artículos 170 y 171.
Chiossone, Yuyita. Presidenta de la Fundación Amigos del Casco Histórico de Barquisimeto. Entrevista realizada el 23 de junio de 2018.
Fréitez, Nelson. Sociólogo, miembro de la Asociación Civil Camposantos de Lara. Entrevista realizada el 23 de junio de 2018.
Guerra, Carlos. Miembro de la Fundación Casco Histórico de Barquisimeto. Entrevista realizada el 10 de julio de 2018.
Instituto del Patrimonio Cultural de Venezuela (IPC). Catálogo del patrimonio cultural venezolano 2004 – 2005. Volumen estado Lara, municipio Iribarren.
Tanasi, Carmen. Arquitecta, docente de la Facultad de Arquitctura d ela UCV, núcleo Barquisimeto. Entrevista realizada el 23 de junio de 2018.
Torres, Keren. Barquisimetanos introducen denuncia a Fiscalía por robos a patrimonios culturales. En El Pitazo, 24 de mayo de 2018. https://is.gd/O6ndYV. Consultado el 12 de junio de 2018.
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