
Recientemente se pretendió instalar un café en plena plaza Francia de Altamira, hito de Caracas por ser el punto de partida, en 1945, de la ciudad hacia el este. Pero los vecinos obligaron a desmontar la estructura, sentando un interesante precedente patrimonial.
Mabel Sarmiento Garmendia. 23/8/2018.
Caracas. Un revuelo por redes sociales se armó el pasado 12 de agosto de este año, cuando unos obreros comenzaron a levantar en plena plaza Francia de Altamira una estructura metálica cubierta con una lona blanca que decía Páramo Café.
En esta ocasión la queja no quedó, como otras tantas, en el espacio virtual. La presión de los vecinos en contra de lo que consideraron un atentado patrimonial se hizo tan patente que terminó por abortar el proyecto, previamente aprobado por la Oficina Local de Planeamiento Urbano, la Dirección Ejecutiva de Gestión Urbana, la Consultoría Jurídica y las dos juntas de vecinos más grandes del sector, según esgrimiera en su momento el alcalde de Chacao, Gustavo Duque.
Se trata de un importante precedente que sienta la ciudadanía en defensa de lo que considera su espacio patrimonial, reavivando con ello la desteñida Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (1993), que convierte a cada ciudadano en custodio de los bienes patrimoniales de Venezuela.


La plaza Francia de Altamira sí que lo es. Ubicada en el municipio Chacao, marcó un hito urbano en la década de los 40 del siglo pasado cuando don Luis Roche, un urbanista visionario, la mandó construir para extender la ciudad hacia el este. Fue diseñada por Arthur Kahn, arquitecto húngaro que llegaría al país en 1942, y que también hizo el emblemático edificio Altamira, que armoniza con la misma plaza Francia. Este espacio tiene la categoría de bien de interés cultural de la nación según Gaceta Oficial N. 38 234 del 22 de julio de 2005, suscrita por el Instituto del Patrimonio Cultural, IPC. Previamente había sido registrada como una de las manifestaciones tangibles en el I censo del patrimonio cultural venezolano 2004 – 2005.
Entre la política y un caf黦

Este lugar de esparcimiento se convirtió a partir de 2002 en punto de encuentro de la oposición política. Desde entonces vino su decadencia como infraestructura. Y más luego de las protestas de 2017, cuando por más de tres meses fue el campamento de la llamada “Resistencia”, uno de los movimientos que lideraba las protestas en contra del régimen de Nicolás Maduro.
La plaza, que cumplió 73 años el pasado 11 de agosto, fue grafiteada, le despegaron los bancos de concreto, le llevaron las tapas de las alcantarillas, le secaron el espejo de agua ubicado en la zona norte, y algunas losas del piso desaparecieron. Simplemente el descuido y el vandalismo se apoderaron de sus espacios.
Así se llega a 2018. Y una nueva polémica se desata en su interior tras la instalación de Páramo Café en el medio de la plaza. Los vecinos se quejaron por las redes sociales e hicieron acto de presencia en el sitio para protestar por la instalación.
Alianza rota
El alcalde del municipio Chacao, Gustavo Duque, no retrasó su aparición en escena y dijo que este proyecto fue avalado por la directiva de las dos asociaciones de vecinos más grandes de esta jurisdicción, tuvo la aprobación de la Oficina Local de Planeamiento Urbano, de la Dirección Ejecutiva de Gestión Urbana y de la Consultoría Jurídica.
En su cuenta en Instagram y también en reunión con los residentes dijo: “Atravesamos un momento país, en que la inversión pública es cada vez más escasa. En Chacao pensamos que esto se resuelve integrando la iniciativa privada, uniendo esfuerzos, para garantizar la sustentabilidad del municipio, tal como se hace en tantos países del mundo. En las plazas más importantes del mundo, existen cafés. Desde la plaza Mayor de Madrid, hasta la plaza Bolívar de Bogotá.

Siguiendo el mismo modelo, llegamos a una alianza con varios grupos del sector privado que se comprometieron a financiar la recuperación de la plaza Altamira y, de hecho, la llevaron a cabo, después de que había quedado en un estado lamentable: sin bombillos, el granito cubierto de grafitis, el cableado robado, a finales del año pasado”.
Duque dijo que la mayoría, refiriéndose a los vecinos, entendía este tipo de alianzas, que surgió una vez la municipalidad sacó cuentas de cuánto costaba mantener en buen estado esos espacios, en donde además del destrozo del mobiliario urbano se dañaron las cuatro bombas hidráulicas del obelisco y de las cascadas.
La posición de los vecinos

Su postura no convenció, y los vecinos salieron a defender estos espacios emblemáticos. Marcaron distancia con el proyecto, criticaron que no fue clara la licitación, que no se respetaron las ordenanzas municipales, pidieron explicación de por qué ese concesionario (Páramo Café, empresa que vinculan con el Gobierno) y no otro, pedían saber el monto del contrato y si era la única alternativa para recuperar la plaza.
Duque indicó que la empresa se comprometió al mantenimiento completo de los espacios. Sin embargo, la presión vecinal se impuso. Y el mismo 13 de agosto, echó para atrás el proyecto.
En entrevista dada al medio digital Tal Cual, el pasado 12 de agosto, la arquitecta y miembro de la Asociación de Residentes de la Urbanización Castella y Altamira (Aurauca), Aurora Contreras, expresó que ellos no han dado ningún aval y además aclaró que en este caso no se dio una consulta abierta a los vecinos.
Al final de la controversia el alcalde Duque salió al paso argumentando que la franquicia había decidido no levantar el café en la zona y mudarlo a otro municipio, y «evitar así una polémica pública». Según escribió en su cuenta de Instagram los vecinos reaccionaron agresivamente y la compañía Páramo Café no quería problemas.
Vale destacar que a pocas cuadras de la plaza está instalado un Páramo Café. Además, hubo vecinos que propusieron trasladarlo al lado sur, tal vez ahí podía servir de revitalización del espacio, hoy en día tomado por personas en situación de calle.
Lo cierto del caso es que los vecinos ya estaban organizados y tenían levantado un documento, respaldado por unas 60 firmas, en defensa de la plaza, el cual pretendían consignar ante el Concejo Municipal de Chacao.
Por ahora la plaza Altamira luce tranquila, con poca iluminación, grafiteada y deteriorada, con sus fuentes apagadas, pero con los vecinos como sus custodios.
Fuentes consultadas
Catálogo del patrimonio cultural venezolano 2004 – 2005. Instituto del Patrimonio Cultural.
Indignación en Chacao por construcción de Café Páramo en la plaza Francia. En talcualdigital.com, 12 de agosto de 2018. Consultado el 13 de agosto de 2018.
Duque, Gustavo. Declaración sobre la posición de la alcaldía de Chacao a través de Instagram.
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