Especial «El robo del bronce», o cómo destruyen la memoria colectiva de Venezuela

Estatua de José Leonardo Chirino. La escultura de bronce, de 2 m y más de 300 kg de peso, fue robada en la sierra de Coro, Falcón. Patrimonio cultural venezolano en peligro.
Lo que queda de la estatua de José Leonardo Chirino, del escultor Henry Curiel. La obra, de 300 kg, fue robada en la sierra de Coro, Falcón. Foto Jesús Romero, agosto 2018.

Los traficantes de metales devastan el patrimonio cultural venezolano y con ello la memoria de un país. Un crimen retratado en cifras, imágenes en 3D, un mapa interactivo, reportajes y decenas de expedientes en nuestro especial El robo del bronce

Redacción IAM Venezuela. 31/12/2018.

6812 piezas afectadas, el 40 % de las estatuas de Mérida desaparecidas, 12 estados del país bajo el incesante azote de ladrones de bronce multiplicados por la debacle económica y social de Venezuela.

La acelerada devastación del patrimonio cultural venezolano nos dejó sin opciones: había que documentar, acopiar, ordenar los datos, poner piezas de aquí y de allá en un mismo espacio para que el pillaje patrimonial operado en el país en los últimos años sea el escándalo que supone acabar con la memoria colectiva de una nación.

Y confluyó todo en el especial El robo del bronce con el que pretendemos invocar el asombro. Despertar la vigilia ciudadana, principal doliente de los símbolos culturales, con fotos, reportajes de investigación, notas periodísticas, expedientes, historias inauditas, mapas interactivos y hasta modelos digitales en 3D.

Modelo digital en 3D realizado por The Arc/k Project y IAM Venezuela.
Modelo digital en 3D realizado por The Arc/k Project y IAM Venezuela.
Desaparece estatua pedestre de bronce del fray Juan Ramos de Lora, en Mérida. Patrimonio cultural venezolano en peligro.
Pedestal donde estaba el bronce de 300 kilos en homenaje al fray Juan Ramos de Lora. Mérida, Venezuela. Foto Samuel Hurtado Camargo, julio 6 de 2018

Porque ningún otro país del mundo mira sin inmutarse la desaparición de una estatua de 300 kilos en plena vía pública, el derribo de monumentos centenarios por los gobernantes de turno, o el robo de 18 esculturas de las 19 que había en un mismo parque.

¿Por qué se ha desatado en los últimos años la mafia del bronce?, ¿qué rutas toman los traficantes?, ¿cuáles son las ciudades más afectadas?, ¿a dónde van a parar las piezas patrimoniales del país? Son preguntas que respondemos en este especial.

Las pérdidas no son únicamente artísticas o económicas. Con estos saqueos se destruyen referencias simbólicas que han unido a la nación venezolana por generaciones.

El primer hallazgo

Robo de la escultura de Udón Pérez en Maracaibo. Foto diario Panorama.

En enero de 2017, como parte del monitoreo sobre patrimonio cultural que hacemos en IAM Venezuela, encontramos una noticia sobre el robo de la estatua del poeta zuliano Udón Pérez. La estatua, de escala humana, se ubicaba a más de dos metros de altura sobre un pedestal, en un liceo de Maracaibo.

El delito no tenía interés artístico o histórico. Las motivaciones del robo quedaron claras cuando la policía capturó a los ladrones pocos días más tarde y encontró la estatua destrozada, con algunas piezas fundidas. Se trataba de una operación dirigida a comercializar el material de la obra: el bronce.

Fue el primer hallazgo de una serie de delitos que documentamos desde entonces en varios estados del país: robo de bustos, estatuas de cuerpo completo, campanas, accesorios, placas de identificación y robos masivos de lápidas funerarias. Un saqueo sistemático que parece responder a mafias organizadas.

Este especial de investigación El robo del bronce reúne y completa los hallazgos encontrados por IAM Venezuela,  iniciativa local de Institutional Assets and Monuments.

Importancia de la denuncia

El punto de partida de cada una de las pesquisas realizadas para este especial es la denuncia del robo o del vandalismo de un bien patrimonial. Muchas de estas denuncias son realizadas por miembros de la comunidad afectada por el daño a la escultura, a veces directamente a nuestras redes sociales, otras a medios de comunicación locales o a miembros del área cultural de la ciudad.

Se procedió a hacer seguimiento de lo ocurrido, realizar un registro fotográfico del daño, entrevistar a las personas involucradas con el monumento, buscar documentación relativa a la historia del bien, restauraciones o modificaciones del mismo, al igual que fotografías previas al robo o vandalismo. También se investigó el mercado que ilegalmente recibe los despojos del bronce de las estatuas robadas.

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