Escuela María May, o las lecciones que da El Calvario

La Escuela María May nació en 1961 como Instituto Preescolar El Hatillo. Un año después honró con su nombre a una maestra insigne. Ha formado a varias generaciones del barrio El Calvario (El Hatillo, Miranda), que hoy la celebra con un modelo digital en 3D de su fachada, creado por The Arc/k Project y IAM Venezuela.

Nombre: Escuela María May Unidad Educativa Municipal María May.

Año: 1961.

Tipo de patrimonio cultural: tangible / inmueble.

Administrador custodio o responsable: Direccion de Educación de la Alcaldía de El Hatillo.

Historia
Descripción
Valores patrimoniales
Situación actual
Ubicación
Fuentes consultadas

Historia

El Instituto Preescolar El Hatillo, más tarde Escuela Municipal María May. Foto en el libro María May, de Miguel Ángel Elíaz, 1971.
El Instituto Preescolar El Hatillo, más tarde Escuela Municipal María May. Foto en el libro María May, de Miguel Ángel Elíaz, 1971.

No siempre la Escuela María May se llamó así. El Concejo de Sucre, CONSUCRE, la inauguró en 1961 como Instituto Preescolar El Hatillo. Entonces el actual municipio autónomo El Hatillo, donde se asienta el barrio El Calvario, pertenecía al Distrito Sucre de Miranda, estado que integra la zona metropolitana de Caracas.

1962. La profesora Aminta Gutiérrez, directora de Educación Municipal, desvela la placa con el nombre Escuela Municipal María May.
1962. La profesora Aminta Gutiérrez, directora de Educación Municipal, desvela la placa con el nombre Escuela Municipal María May.

La aséptica denominación duró poco. Desde 1962, un año luego de abrir sus aulas, el centro escolar incorpora todos los grados de primaria y honra con su nombre a María May (1882 – 1971), una maestra insigne que recuerdan con orgullo los más viejos de la barriada mirandina, conocedores del rigor y afecto de sus lecciones.

Y aunque todos conozcan el centro escolar como Escuela María May a secas, según la nomenclatura del Ministerio de Educación se llama oficialmente Unidad Educativa Municipal María May.

La “prehistoria” de este centro educativo fue la casa de los Moreno, un rancho (chabola) de madera que fungía de “escuelita” donde desde principios del siglo XX se formaron los hijos de los fundadores del barrio, antiguos labriegos de las haciendas de esa zona del estado Miranda. El precario recinto se eliminó para dar paso a la cabilla y el concreto de tres aulas de clase, dirección y cantina o comedor con los que empezó a funcionar la escuela.

Un laboratorio a pulso comunitario

Uno de sus primeros alumnos fue don José González. El hoy líder vecinal de El Calvario cuenta que tras esa primera construcción se añadieron cuatro aulas y un laboratorio, que construyó la comunidad alentada por el profesor Miguel Ángel Elíaz, su primer coordinador docente.

Rifas, verbenas, proyección de películas y diversos eventos culturales profondos sirvieron para comprar los materiales de construcción del laboratorio. La mano de obra la pusieron los vecinos ad honorem en una época germinal de su organización comunitaria, en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado.

Cuando el maestro Elíaz se va, el espacio del laboratorio quedó vacante, convirtiéndose en un aula de clase más. Ahora tiene tres aulas de preescolar, tres aulas de primaria, una biblioteca, una sala de computación y la dirección. ¿Y la cantina de sus primeros tiempos?

20 años sin comedor

Hasta hace dos décadas la Escuela María May llamaba puntualmente al alumnado a almorzar en su mesa. Un beneficio que no funciona hoy: “La revolución eliminó el comedor”, lamenta González. El líder vecinal explica que, desde que se instaurara el llamado Socialismo del siglo XXI, el Estado venezolano dejó de proveer los ingredientes con los que una cocinera y su ayudante preparaban de lunes a viernes los almuerzos para la plantilla escolar.

“El Gobierno nunca más envió comida. La cocinera y su ayudante quedaron cumpliendo horario, sin hacer nada, hasta que se jubilaron. Ya no hay ni comedor ni cocineras. Eso ya va para 20 años que no existe”.

Descripción

El taller Exploradores de la imagen y la memoria captó la atención de los escolares en el barrio El Calvario, El Hatillo. Foto Luis Chacín, 2018.
Un aula típica de la Escuela María May, en el barrio El Calvario, El Hatillo. Foto Luis Chacín, 2018.

La sede de este colegio es una construcción de concreto, con techos de platabanda y pisos de cemento pulido. Actualmente cuenta con una dirección, tres amplias aulas de preescolar, tres aulas de primaria, una biblioteca, una sala de computación y una cancha. Tiene patios delantero y trasero.

Valores patrimoniales

La Escuela María May fue elegida como uno de los nueve símbolos más preciados por la comunidad de El Calvario en el proyecto Arqueología simbólica de El Calvario, organizado en 2018 por IAM Venezuela con el patrocinio y la asesoría técnica de The Arck Project.

La selección se hizo en el taller de Reconocimiento patrimonial, impartido por la doctora Zaida García Valecillo, experta en gestión del patrimonio cultural. La actividad formativa iniciaría cuatro cursos de valoración patrimonial y registro fotogramétrico para crear modelos digitales en 3D de los referentes culturales de la barriada, entre los que se encuentra la fachada de la institución educativa.

Varias generaciones de El Calvario se han formado en esta institución creada en 1961. Adscrita actualmente a la Dirección de Educación de la alcaldía de El Hatillo, ha contado en el pasado (cuando la dirigía el profesor Miguel Ángel Elíaz, en la década de los 70) con la participación de la comunidad para su ampliación, como fue el caso del laboratorio construido con mano de obra y materiales costeados por los vecinos.

Integración escuela-comunidad

La Escuela María May comenzó cediendo sus espacios abiertos a eventos deportivos y actividades comunitarias organizadas por Asoraíces (la veterana organización vecinal de El Calvario), creando cercanía entre el centro educativo y la comunidad a la que sirve.

Y aunque esa integración ha tenido sus baches por ciertos prejuicios (una directora municipal de educación se negaría a prestar la escuela por tachar la zona de «muy peligrosa»), poco a poco se recompone el vínculo con el apoyo de organizaciones civiles que desarrollan actividades para los escolares del centro educativo.

Cheo Carvajal y los escolares durante el recorrido del taller Exploradores de la imagen y la memoria, en El Calvario. Foto Luis Chacín, noviembre 2018.
Cheo Carvajal, de Ciudad Laboratorio, y los escolares de la Escuela María May durante el recorrido del taller Exploradores de la imagen y la memoria, en El Calvario. Municipio El Hatillo, Miranda. Foto Luis Chacín, noviembre 2018.

Un puntual ejemplo de esto fue el taller Exploradores de la imagen y la memoria, iniciativa organizada por IAM Venezuela y The Arc/k Projetc en la que el periodista y activista urbano José «Cheo» Carvajal, miembro de Ciudad Laboratorio y cocreador de El Calvario Puertas Abiertas, invitó a los alumnos de 5to y 6to grados a descubrir la historia del barrio a través de viejas fotos familiares.

Para información de aquella funcionaria municipal, El Calvario se nombra hoy no por las balas perdidas que siegan la vida de inocentes en los barrios pobres del país, sino por la procesión de la Virgen del Carmen en julio (con parranda y banquete incluidos), y el multitudinario evento anual El Calvario Puertas Abiertas, entre otras iniciativas de construcción de ciudadanía alentadas por asociaciones como Ciudad Laboratorio, Haciendo Ciudad, Planos Creativos, Enlace Arquitectura, Fundación Trazando Espacios, Cuentos del Escarabajo y últimamente CcasCity450.

Quién fue María May

La maestra María May, muy valorada por la comunidad, le da su nombre a la escuela primaria de El Calvario. Foto cortesía de la comunidad.
La maestra María May, muy valorada por la comunidad, le da su nombre a la escuela primaria de El Calvario. Foto cortesía de la comunidad.

El profesor Miguel Ángel Elíaz, primer maestro-coordinador de esta escuela, cuenta en su libro María May / Méritos profesionales y humanos (Ediciones Paulinas, 1971), que “En los primeros días de febrero de 1962, en la Dirección de Educación Municipal del distrito Sucre del estado Miranda, se me informó de que había sido cambiado el nombre del Instituto Preescolar Municipal El Hatillo, escuela en la que venía trabajando como maestro-coordinador, por el de la Escuela Municipal María May”.

El maestro tenía pocas pistas para dar con quien le había dado su nombre al colegio: «fue fundadora de la Escuela Normal Gran Colombia, “tenía una letra llena de belleza”, “era exigente con la disciplina”, por lo que supuso que había muerto. «… Sin embargo -escribió-, pueden imaginarse mi gran alegría al saber no solamente que estaba viva, sino que tenía la dirección de su casa. Estaba retirada de la profesión desde 1947”.

Según el educador, “María May representa por sí sola, para toda Venezuela, toda una institución. Se dedicó por completo a la docencia, depositando todo su amor en la educación. Sus métodos pedagógicos eran avanzados: comenzó a aplicar sistemas antes de que hubieran sido adoptados oficialmente. Estaba pendiente de cada nueva teoría pedagógica que estuviese dando resultado en otros países, las cuales investigaba y adaptaba a la realidad venezolana, de modo que siempre estaba innovando”.

  • María May nació el 21 de diciembre de 1882, en la casa Nro. 19 situada de Llaguno a Bolero (hoy Av. Urdaneta), parroquia Altagracia de la ciudad de Caracas. Sus padres fueron Agustín May y Francisca Mejías de May, tuvo 5 hermanos.
  • Ingresó a la edad de cuatro años en una escuelita particular, aprendiendo las primeras letras con la señorita Agueda Vargas, hija del ilustre expresidente de Venezuela Dr. José María Vargas.
  • A los 7 años ingresa en el famoso y antiguo colegio Chaves (hoy desaparecido por decisión del Gobierno de Marcos Pérez Jiménez 1953 – 1958), situado entre las esquinas de Llaguno y Carmelitas.
  • Se inicia en el magisterio el 7 de enero de 1901 como preceptora de la Escuela Nacional de Niñas Nro. 55 de la parroquia San Juan. Su sueldo era de Bs. 160, con un promedio de asistencia de 60 alumnas. Al año hubo de sufrir la supresión del sueldo por falta de fondos en el Tesoro Nacional. Continúo por meses trabajando sin sueldo.
  • El 19 de octubre de 1918 fue designada vicepresidenta de la Comisión Nacional de Instrucción Primaria.
  • El 18 de septiembre de 1913 fue vocal del  Consejo Nacional de Instrucción Primaria, siendo reelecta en 1933 y 1935.
  • Fue miembro en marzo de 1944 de la Comisión Técnica Especial para la revisión de los programas de enseñanza de educación primaria, secundaria y normal.
  • Integró la Comisión de Primaria ad honorem por varios años.
  • En enero de 1947 es designada como delegada de la Cruz Roja  Venezolana ante la V Conferencia Panamericana de la Cruz Roja, celebrada en Caracas del 9 al 15 de febrero.
  • En 1949 viaja a Sudamérica Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Perú. Pese a estar jubilada va en busca de centros docentes para conocer nuevas técnicas de enseñanza.
  • En 1952 viaja a Europa a visitar los principales centros educacionales, con su propio dinero. El Gobierno solo le concedió el pasaporte diplomático, y la Cruz Roja Venezolana credenciales para visitar las diferentes instituciones.
  • Murió un domingo con el cielo bajo, el último día de enero de 1971.
Alumnado formado en el patio de la Escuela María May, guardando silencio en memoria de la insigne maestra. Foto María May, c. 1971.
Alumnado formado en el patio de la Escuela María May, guardando silencio en memoria de la insigne maestra. Foto Miguel Ángel Elíaz, libro María May, c. 1971.

Reconocimientos

  1. Medalla de buena conducta en el Colegio Chaves.
  2. Miembro de la Segunda Conferencia Panamericana de Mujeres, reunida en Lima, Perú.
  3. Invitada a la Conferencia Mundial de Educación (Denver, 27 de julio de 1931).
  4. Medalla de honor de la instrucción pública.
  5. Miembro del Primer congreso católico femenino venezolano.
  6. Delegada de la Cruz Roja Juvenil ante la V Conferencia Panamericana.
  7. Miembro del IX Congreso Panamericano del Niño.
  8. Placa Aplauso al Mérito otorgada por la Creole Petroleum.

26 de julio de 1969. Placa de reconocimiento a sus méritos, otorgada por la Sociedad de Padres y Maestros de la Escuela María May de El Calvario, El Hatillo.

Situación actual

La Escuela María May está en regular estado de conservación.

Ubicación

Paseo María May, El Calvario. Municipio El Hatillo, estado Miranda. Venezuela.

Fuentes consultadas

González, José. Líder vecinal de El Calvario. Conversaciones entre julio de 2018 y enero de 2019.

González, José. Sociedad de la Virgen del Carmen / El Calvario, El Hatillo / Estado Miranda.

Eliaz, Miguel Ángel. María May / Méritos profesionales y humanos. Ediciones Paulinas – El Hatillo (Edo. Miranda). Abril 1971.

Investigación: Nilda Silva F.

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