La acontecida estatua de María Lionza, «la diosa más popular» (fotogalería)

Tres palabras, «Hay que tumbarla», convirtieron la estatua de María Lionza, de la Av. Francisco Fajardo de Caracas, en trending topic el 3 de febrero de 2019. Entre el incendio verbal de las redes se recordó que la obra original (Alejandro Colina, 1951) lleva 13 años esperando ser devuelta a su lugar. 

Nilda Silva Franco, @nildasilvaf. 3/2/2019.

«Hay que tumbarla» trinó contra la estatua de María Lionza @garciabanchs a las 5:52 p. m. de un 2 de febrero políticamente agitado en Venezuela. 

La arenga de Ángel García Banchs, PhD y MSc en Economía, Siena / Italia; MSc Economía y Finanzas, Warwick / Inglaterra y profesor de la Universidad Central de Venezuela, UCV, ha cosechado hasta ahora (3:21 p. m. del 4 de febrero) 4000 respuestas, 3000 retuits y 5900 MeGusta.   

La mayoría de las interacciones no apoyan el aparente llamado a linchar uno de los símbolos más representativos de la cultura popular en Venezuela y antiguo pebetero olímpico, sino lo contrario. 

Desde discretos usuarios de Twitter «Hoy dejé de seguir a @garciabanchs» (@CastorCarmona), hasta influencers de reconocida seriedad como las periodistas Mari Montes (@porlagoma) y Mibelis Acevedo (@Mibelis), la profesora y articulista Colette Capriles (@cocap), y el profesor y humorista José Rafael Briceño (@profesorbriceno), salieron en defensa de lo que representa la escultura, convirtiéndola por un momento del domingo 3 de febrero en trending topic de las redes.

Algunos trinos, sin embargo, supusieron que quizá García Banchs no amenazaba a la reina del sincretismo religioso venezolano, sino a esa pieza en particular…

Ciertamente la escultura en cuestión es una réplica y no la obra de arte que tallara el maestro Alejandro Colina en 1951, y que empezó a ser parte del paisaje y los recuerdos urbanos desde que se inaugurara -a mediados del siglo XX- en la isla de la autopista Francisco Fajardo, en Caracas.

La María Lionza de Alejandro Colina, recién instalada en la Av. Francisco Fajardo, Caracas. Foto Helmut Neumann, @prodavinci, @GFdeVenezuela
La María Lionza de Alejandro Colina, recién instalada en la Av. Francisco Fajardo, Caracas. Foto Helmut Neumann, @prodavinci, @GFdeVenezuela

Para sentarse a conversar

La Dra. Zaida García, experta en gestión patrimonial, indica que «la obra de Alejandro Colina es la que tiene valor patrimonial. Muchas obras en lugares públicos son réplicas para proteger las originales en museos o espacios controlados, pero eso no desplaza el valor de la original». 

Explica García que el culto a María Lionza es otro patrimonio. «Los fieles llevan ofrendas a la obra de Alejandro Colina y a la réplica también, porque una cosa es la escultura y otra es el culto. Las dos son patrimonio, pero en ámbitos valorativos distintos».

Y deja varias interrogantes para la discusión: «¿Qué asumimos como obra de arte?, ¿la original o la réplica? (no importa quién haya realizado la copia). Otra interrogante es ¿cuál es la que tiene valores artísticos e históricos representativos para ser considerada patrimonio cultural? En el caso que nos ocupa, ni la obra ni el culto tienen nada que ver con la situación política. Sus valores son previos al chavismo. El tema es bien interesante, como para sentarse a conversar».

Los símbolos en la diana política

La estatua de María Lionza está hoy en la mira política, tal y como lo estuvieron las estatuas de Cristóbal Colón en plaza Venezuela (Caracas) y en Mérida, o las esculturas de José Antonio Páez vandalizadas tras el reiterado repudio del expresidente Hugo Chávez al héroe de la Batalla de Las Queseras del Medio (2/4/1819). 

Monumento a Cristóbal Colón, patrimonio cultural de Venezuela en peligro. Información publicada en Frontera sobre los daños perpetuados al monumento de Cristóbal Colón. En Frontera, 12-11-2006, p.1 Dig. Samuel Hurtado Camargo
Información publicada en Frontera (12/11/2006) sobre la  destrucción del monumento a Cristóbal Colón, en Mérida. Dig. Samuel Hurtado Camargo.

Al respecto, el profesor, crítico de arte, investigador y curador Félix Suazo diría en el foro sobre arte público realizado en el auditorio del Museo de Bellas Artes el 9 de marzo de 2008 que «… hay un momento en que se plantea el problema de la caducidad o permanencia de los monumentos, las más de las veces por razones ideológicas como si con la destrucción o salvaguarda de ese patrimonio se pudieran enmendar o reactivar los fracasos o virtudes de un determinado proyecto social. Así, la caída o resurrección de un símbolo sirve para canalizar las hostilidades y apetencias de los distintos sectores que participan en la contienda política. En ese forcejeo, muchos son los monumentos que se exponen al escarnio al ser objeto de agresiones físicas o desplazamientos forzados. Sin embargo, la ruta del asedio solo genera retaliaciones y acciones revanchistas que a la larga no consiguen disipar la ira de los agraviados».

Afirma Suazo que los monumentos públicos están hechos para siempre (por eso se hacen en bronce, mármol, concreto y acero). Sin embargo, «esa vocación de perpetuidad no solo los expone a la erosión y la intemperie, sino también a la indiferencia pública, proceso que es proporcional al desgaste simbólico de los valores que representan».

Es en ese momento, agrega, «que se plantea la cuestión de su permanencia y actualidad, generando acciones de signo contrario, orientadas hacia la protección o rechazo de los mismos. Por un lado se aducen argumentos en torno al valor artístico e histórico de las esculturas, plazas y edificios patrimoniales, los cuales también se promueven como santuarios turísticos. Por otro, se cuestiona la legitimidad estética e ideológica del arte monumental y se reclaman nuevos usos para los espacios públicos».

No es la escultura original

Según el reconocido restaurador de arte Fernando de Tovar, la estatua ecuestre de María Lionza que actualmente se yergue en la Av. Fajardo se trata de una «ridícula réplica plástica» que ocupa el lugar de la de Alejandro Colina. La misma fue encargada al escultor Silvestre Chacón por Fundapatrimonio e inaugurada por la Alcaldía de Caracas en 2005.

La original, restaurada a encargo del COPRED (Consejo de Preservación y Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela, UCV) por de Tovar frente a un equipo de expertos, se encuentra encerrada en un taller del campus universitario pese a una sentencia de la Sala Constitucional de 2005 y la voluntad de la universidad, su propietaria, de que sea restituida a su espacio de siempre. 

La estatua original de Alejandro Colina (1951) en los talleres de la UCV. Foto Arlynne Hernández, 2015.
La estatua original de Alejandro Colina (1951) en los talleres de la UCV, tras su restauración por el doctor Fernando de Tovar. Foto Arlynne Hernández, 2015.

«El desastre»

Fernando de Tovar, quien lideró la restauración de la malograda escultura, cuenta en un artículo titulado La estatua encerrada, publicado en su blog el 8 de septiembre de 2018, que «En el año 2004, en la Alcaldía Libertador, decidieron sacar una réplica de la estatua de María Lionza. Como todo lo que se hace sin conocimiento y de forma inconsulta, resultó en un gran desastre. Obtuvieron su molde pero destrozaron el original. El desastre ocurrió el 5 de junio de ese año».

Relata de Tovar que «… Su atrevimiento generó un conflicto de intereses con el único objetivo de no permitir a la racionalidad trabajar y con conocimiento buscar soluciones. Un grupo político se impuso para justificar aquel desastre y reiterar mentiras como verdades». La Sala Constitucional del TSJ falló a favor de la UCV y ordenó a Fundapatrimonio «abstenerse de movilizar la obra sin la autorización de la accionante’. 

Pese al fallo judicial, la estatua fue sustituida. Para cuando concluyó la restauración de la obra, ya no había sitio en la Av. Fajardo para la escultura de Colina, como denuncia de Tovar:  

«… El resultado de la restauración fue un éxito. Las pruebas finales arrojaron que la estatua podía regresar a su pedestal en la ‘autopista’ pero siempre hay muros: ya estaba instalada una burda réplica plástica, consecuencia del desprecio por la cultura. Aún la estatua de María Lionza, la original, la del maestro Alejandro Colina, está encerrada a la espera de su reubicación. Han pasado 13 años»¦ de desprecio a la cultura».

En todo caso, el monumento a María Lionza en la autopista Fajardo, sea de concreto o acrílico, goza de numerosos dolientes, a juzgar por la reacción al tuit que lo puso en la boca multitudinaria de las redes sociales. 
 
Quién quita que la restaurada obra de Alejandro Colina vuelva a ser parte del paisaje cotidiano capitalino. Y que la réplica se retire con la gallardía de quien no hace demasiado ruido al salir. De cualquier manera, María Lionza seguirá allí porque «la diosa más popular» (como acertara Rubén Blades) llegó desde la Montaña de Sorte (Yaracuy) para conquistar para siempre el imaginario colectivo caraqueño.
 

Fuentes consultadas

García V. Zaida. Especialista en gestión patrimonial. Entrevista realizada el 3 de febrero de 2019.

Hernández, Arlynne. La reina Yara está lista para regresar, 18 de abril de 2015. En el blog María Lionza Proyecto. Consultado el 3 de febrero de 2019.

Sosa, Cuto. María Lionza – Rubén Blades. En Youtube, el 14 de mayo de 2010. Consultado el 3 de febrero de 2019.

Suazo, Félix. ¿Renovar, conservar o reciclar? Notas sobre la idea del monumento y el arte público*. En el blog Visualidad Contemporánea, 13 septiembre de 2008. Consultado el 4 de febrero de 2019.

Tovar, Fernando de. La estatua encerrada. En el blog Fernando de Tovar, 8 de septiembre de 2018. Consultado el 3 de febrero de 2019.

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