
A la “Fisicromía Cóncavo-Convexa”, la obra de Carlos Cruz-Diez en plaza Venezuela, se le desprende la cerámica continuamente. Instalada en homenaje a Andrés Bello, fue restaurada en 2008. El descuido y la vibración del metro de Caracas, que pasa debajo, son sus principales amenazas.
Nilda Silva Franco, @nildasilvaf. 25/5/2019.
Se despega la cerámica de la obra Fisicromía cóncavo – convexa en homenaje a Andrés Bello, ubicada en plaza Venezuela. La pieza de Carlos Cruz-Diez sufre continuos desprendimientos por la vibración del metro de Caracas, que pasa justo debajo.
Este factor fue corroborado en un recorrido patrimonial organizado por la Galería de Arte Nacional en 2016 a plaza Venezuela. «En este recorrido el museógrafo Elbano Sánchez nos dijo durante el actividad que la vibración del metro afectaba mucho la obra; Sánchez trabajó en el taller Cruz-Diez de Caracas y fue parte del equipo que restauró la pieza en 2008 a solicitud de PDVSA La Estancia”, recuerda Luis Chacín, museólogo y coordinador audiovisual de IAM Venezuela.
Actualmente hay pedazos de las gruesas cerámicas en el piso y la obra luce escarapelada. Al deterioro causado por el sistema subterráneo se le suma la intermitencia en el cuidado de esta y otras piezas de arte de la plaza, pues así como se desdibuja la Fisicromía y se observan árboles talados a su alrededor, también se ha desprendido el granito de la base del pedestal del monumento a Andrés Bello (del escultor chileno Nicanor Plaza) y su estatua de bronce luce oxidada y ha perdido su pátina.
La Fisicromía cóncavo-convexa de Carlos Cruz Diez de plaza Venezuela se inauguró en 1982 y se diseñó como una obra de arte a escala urbana con la función de cubrir los ductos de ventilación del Metro de Caracas en esa plaza. Forma parte de las fisicromías realizadas por Carlos Cruz-Diez que establecen un diálogo con su entorno y ofrecen al transeúnte el juego visual de los colores en movimiento aparente. La pieza provee un marco abstracto a una escultura figurativa tradicional: la estatua en bronce de Andrés Bello, realizada por Nicanor Plaza, escultor chileno de finales del siglo XIX.

A un año del remozamiento, la plaza decae

Tras una década de la cuidada restauración de plaza Venezuela y su colección de arte, se hicieron en 2018 trabajos de mantenimiento al espacio público. Obras de las que pudimos atestiguar en un recorrido que Chacín hiciera el 17 de julio de 2018, a raíz de un debate en redes por una vieja foto con la que se pretendía denunciar la supuesta devastación del espacio.
En la recuperación de la icónica fuente de plaza Venezuela, de 2009, participó su mismo creador, el ingeniero Santos Michelena Carcaño (1924 – 2013).
Pero hoy plaza Venezuela decae por la falta de una política sostenida de preservación. Esto se manifiesta en el moho que ha colonizado el espejo de agua y la estructura de la fuente, así como la generalizada ausencia de grama (exacerbada por la prolongada sequía y el desplome del servicio de agua en la capital de Venezuela).
En cuanto a la paralización de la fuente, o el mecanismo que activaba sus chorros de agua, luces y sonido, IAM Venezuela conoció extraoficialmente que el sistema se desactivó por la crisis eléctrica en el país, que arreció en marzo pasado. Según el informante cercano al equipo de PDVSA La Estancia, de cuyo nombre nos reservamos, «no se pueden prender las bombas hasta que no se estabilice la corriente eléctrica, pues hay riesgo de que se dañen. Mientras tanto, se está aprovechando para hacerle mantenimiento a estas bombas».

También se asiste a la vandalización de algunas de las obras de arte (grafitis perpetrados en la parte inferior de la obra Pariata, del artista Omar Carreño) y el descuido de otras, como la base del monumento indígena que sustituyó a la ultrajada y hoy desaparecida estatua centenaria de Cristóbal Colón (de Rafael de la Cova 1858 – 1896).
La desatención se refleja también en el nido de avispas que cuelga de una de las vigas de la obra Abra solar, de Alejandro Otero; aunque la pieza se encuentra en perfecto estado desde su restauración de 2007.

Al parecer la profundización de la catástrofe económica venezolana hace mella en la labor de preservación cultural de la estatal PDVSA La Estancia, ente encargado de velar por este espacio y su colección artística.
Más que plaza, es un “distribuidor de tránsito”

Aunque se llame Plaza Venezuela, este emblemático espacio público caraqueño funciona más como un “distribuidor de tránsito”, según explicaba en 2017 el arquitecto Ramón Paolini al periodista Manuel Felipe Sierra en el programa La hora clave (Globovisión):
“La plaza Venezuela estaba destinada a ser la nueva plaza de la ciudad porque está más en el centro del contexto del Valle, pero sigue siendo un distribuidor porque apenas tiene paramentos en la parte norte. Mientras no se llene la plaza Venezuela de edificios, nunca será plaza. Tiene el nombre de plaza Venezuela, pero seguirá siendo un distribuidor de tránsito. Lamentablemente se comenzó a hacer el desarrollo de la zona rental (proyectado nada menos que por el maestro Carlos Raúl Villanueva). Lamentablemente digo porque se paró. Hay muy pocos recursos en Caracas para seguir construyendo ciudad. Y lo poco que hay se ha mudado al sector de Altamira, precisamente, que es donde se ven los desarrollos cercanos a la plaza (Francia) en la avenida Miranda. El poco esfuerzo se está haciendo allí y la plaza Venezuela, a mi modo de ver, tendrá que esperar un tiempo”.
La zona rental de la que habla quien también fuera director del Instituto del Patrimonio Cultural, IPC, luce abandonada, tal y como se visualiza en una de las fotos de Luis Chacín.

Entre tanto, el entorno de la plaza Venezuela también decae lentamente, pese a haber sido rehabilitado hace apenas un año. Se puede ver, por ejemplo, una plazoleta semiabandonada cerca del contiguo parque Los Caobos, o la ciclovía ya grafiteada, espacios que habían sido recuperados en 2018.
Los tres focos de plaza Venezuela
Funcione o no como plaza, este icono urbano caraqueño tiene actualmente tres puntos focales (aparte del desaparecido monumento a Cristóbal Colón), que son obviamente la fuente diseñada por el ingeniero Santos Michelena Carcaño, la Fisicromía de Cruz-Diez y la instalación Abra solar, del maestro Alejandro Otero (1921 – 1990).
El portal especializado arquitecturapanamericana.com describe sucintamente cada una de estas obras:
La fuente
Fuente de plaza Venezuela. Video subido a Youtube por Antonio Stradivarius el 10/8/2009. Diez años luego, a mayo de 2019, el sistema de los chorros de agua, las luces y el sonido fue desactivado por la crisis eléctrica nacional.
El diámetro de su pileta mayor es de 50 metros y el de su pileta central es de 30 metros. Su rehabilitación se inició en marzo de 2007, desarrollada en tres etapas: diagnóstico (marzo 2007-diciembre 2007) que supuso el estudio de especificaciones técnicas de la estructura; adquisición de materiales y equipos (diciembre 2007-octubre 2008) proceso de gran complejidad, debido al nivel de detalle presentados por los sistemas de tubería, de iluminación e innovaciones; y ejecución de obras civiles, realizadas de junio de 2008 hasta mayo de 2009.
Cuenta con variadas formas acuáticas, multicolores destellos y un amplio catálogo musical gracias a su novedoso sistema de sonido. Este emblema de la ciudad capital incorpora música y un deslumbrante juego de efectos hídricos.
Fisicromía homenaje a Andrés Bello

La Fisicromía es una estructura rectangular de tres metros de alto y 76 metros de largo de cerámica y aluminio anodizado y consta de dos paredes semicirculares dispuestas en forma cóncava, donde el autor dispuso con varillas de aluminio negro, blanco y tricromo, que con el efecto de la luz generan tonos que solo el espectador puede dilucidar en una experiencia personal. José Armando García, artista plástico que trabajó junto al maestro Cruz Diez por espacio de 15 años, dirigió el proceso de reconstrucción de la obra.
Abra solar: metálica sinergia criolla

Rehabilitada en 2007, el Abra solar cuenta con una medida de 16,40 m de alto por 42,60 m de ancho. Constituye una gran estructura serpentínea que se alza apuntando hacia el cielo, en cuyo interior, compuesto por secciones cubiculares, se insertan formas helicoidales –llamadas comúnmente mariposas- movibles al paso del viento. Gil Otero, hijo del artista y coordinador del proceso de reconstrucción del Abra solar, asegura que su padre “representó en la movilidad y brillo de esta obra la majestuosidad de nuestros saltos, la riqueza de Guayana y, en definitiva, la luminosidad de nuestra tierra”.
Fuentes consultadas
Correía, Alexis. El martirio de la estatua de Colón de Plaza Venezuela. En el portal digital El Estímulo, 12 de octubre de 2016.
Globovision/La hora clave. La Plaza Francia, una marca en la historia de la ciudad capitalina. En Globovision, 25 de octubre de 2017. Consultado el 23 de agosto de 2018.
Rehabilitación integral de la fuente de Plaza Venezuela y sus zonas de injerencia. En el portal arquitecturapanamericana.com, 20 de febrero de 2018. Consultado el 23 de mayo de 2019.
Stradivarius, Antonio. La Fuente de Plaza Venezuela, la mas moderna de Latinoamérica y una obra única. Video subido a Youtube el 10 de agosto de 2009. Consultado el 25 de mayo de 2019.
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