Cuando la Virgen escoge a un pueblo (alrededor de 300 años después)

La Procesión de la Divina Pastora es una tradición que se inició en el siglo XIX y este año 2024, arribó a su edición número 166. Pero su veneración es anterior y llegó a Venezuela poco tiempo después de que saliera por primera vez en procesión, por las calles de Sevilla, el 8 de septiembre de 1703. Sabiendo esto ¿por qué en Venezuela se celebra una peregrinación en su honor, el 14 de enero?, ¿por qué se convirtió en la patrona de Barquisimeto, estado Lara? y ¿por qué es considerada una de las procesiones más grandes y multitudinarias del mundo? La tradición nos hace pensar que esta advocación mariana escogió a este pueblo y, como dice el dicho popular: “amor con amor se paga”.

Nombre: Procesión de la Divina Pastora 

Fecha: anualmente, el 14 de enero 

Tipo de patrimonio cultural: Intangible / Tradiciones religiosas

Administrador, custodio o responsable: Arquidiócesis de Barquisimeto 

Historia

La Divina Pastora tiene su origen en los primeros años del siglo XVIII, cuando un fraile capuchino, Isidoro de Sevilla, vio en sueños o en una visión, a la Virgen María. Tanto impacto le causó que poco después solicitó al artista de la escuela sevillana, Alonso Miguel de Tovar, que pintara la imagen en un estandarte y la describió de esta manera: «bajo la sombra de un árbol…, sedente en una piedra, … cubierto el busto hasta las rodillas de blanco pellico ceñido a la cintura, … manto azul aterciopelado, … sombrero pastoril, y junto a la diestra, el báculo de su poderío. En la mano izquierda, rosas, (sostendrá al niño) y la mano derecha sobre un cordero que acoge hacia su regazo. Algunas ovejas la rodeaban y todas, en sus boquillas (,) llevaban rosas, simbólicas del Ave María. En la lontananza una oveja extraviada era perseguida por el lobo, pero pronunciado el Ave María, aparecía San Miguel con la flecha que hunde en la testuz del lobo maldito» (1). 

El estandarte salió en procesión por primera vez, el 8 de septiembre de 1703, para recorrer las calles de Sevilla, desde la parroquia de San Gil hasta la Alameda de Hércules. Para 1705 ya se había realizado la primera escultura de la Divina Pastora, una talla de tamaño natural obra de Francisco Ruiz Gijón, cuyo traje fue elaborado por las monjas del Convento de la Encarnación, siguiendo la descripción del Padre Isidoro. Esta imagen fue la que salió en procesión ese año.

Se estima que para 1706 se conocía esta advocación mariana en Venezuela, a través de los padres capuchinos que llegaron a los llanos y a Caracas. “Ya para el 3 de marzo de 1713, los capuchinos que se encargaron de nuevo del pueblo de Mapubares del Río Tocuyo en el Vicariato de Coro, lo titularon Misión de la Divina Pastora de Mapubares, apareciendo así por primera vez esta advocación en Venezuela y luego a través de los años se fue extendiendo su culto y devoción»¦” (2). 

Su llegada a Barquisimeto se ubica en 1736, según algunas fuentes, cuando el Vicario parroquial de la iglesia de la Inmaculada Concepción, solicitó una imagen de la Divina Pastora a España, al mismo tiempo que el Párroco de Santa Rosa hizo lo mismo, pero su petición fue una talla de la Inmaculada Concepción. Al llegar los encargos, fueron confundidos siendo enviada la Divina Pastora a Santa Rosa. El padre Sebastián Bernal quiso devolverla, pero, lo que ocurrió después nos recuerda lo acaecido con la tablita de la Virgen de Chiquinquirá, el peso de la caja que contenía la sagrada imagen sobrepasaba la fuerza humana y no hubo manera de moverla. Se concluyó que la Virgen quería quedarse en Santa Rosa del Cerrito. Sin embargo, según Leonardo Donet, el padre Bernal no pudo haberla solicitado porque ya se encontraba en este templo al momento en el que él fue destinado a esta parroquia, además la talla es anterior a 1736 -está datada entre 1715 y 1724, probablemente procedente de Sevilla-. 

No obstante, sea cual fuere el momento de su llegada a Santa Rosa, las crónicas han descrito algunos hechos extraordinarios sobre su presencia en esta localidad. Por ejemplo, en el terremoto del 26 de marzo de 1812, la iglesia quedó destruida, pero la imagen de la Divina Pastora se encontraba totalmente intacta. 

A finales de 1855, cuando la epidemia de cólera asolaba la nación y parecía acabar con las cercanas festividades decembrinas, el presbítero de Santa Rosa propuso levantar un monumento a la Cruz Salvadora que fue concluido el día 14 de enero de 1856. “Para darle mayor realce a la bendición de la Cruz y que María Madre de Dios intercediera ante su Hijo Jesucristo, el Padre José Macario Yépez dispuso que la venerada imagen de la Divina Pastora fuera llevada procesionalmente desde Santa Rosa hasta Barquisimeto, con la debida aprobación del padre Macario Bracho, Párroco de Santa Rosa y la autorización del Pbro. José María Raldíriz, Vicario Foráneo de Barquisimeto y con la concurrencia de los aldeanos santaroseños, al pie de la Cruz, los esperaba la imagen de Jesús Nazareno de la Iglesia La Concepción donde la multitud de fieles imploraba a Dios por medio de la Cruz, que alejara la peste” (3). Durante la procesión una de las enfermas se curó milagrosamente, pero lo que más impacto causó y aún se recuerda, fue la solicitud del padre Yépez a la Virgen: que fuera él la última víctima del cólera. “No se imaginó el Padre Macario Yépez que, con la salida de la venerada imagen de la Divina Pastora desde Santa Rosa hacia Barquisimeto, le estaba dando origen a una tradición que perdura hasta el día de hoy y que él mismo es recordado con mucha devoción cada 14 de enero” (4). 

En algunas crónicas de mediados del siglo XX, se describe la procesión como un acto de verdadero fervor religioso, en un largo recorrido. “La imagen era cargada por una docena de hombres sobre un mesón y éstos se colocaban sobre la cabeza unos rodetes de trapo para soportar el peso. Dos hombres se ocupaban de levantar el paño que cubría el mesón para dar aire a los sofocados cargadores.

Había relevo a lo largo del trayecto de unos siete kilómetros. Un sacerdote presidía la romería que salía del pueblo de Santa Rosa cerca del mediodía, llegaba a una plazuela en la entrada de la ciudad como a las cuatro, y hacía una parada en la casa del señor Casimiro Casamayor.

Hasta allí la traían dentro de un camarín para protegerla del polvo del camino, luego le daban el último arreglo y le colocaban el Niño en los brazos.

«El Niño Jesús es de idéntica madera a la de su madre la Divina Pastora. En los años 50, de visita de casa en casa, se quemó y alguien (nunca se supo quién) lo guardó en un cajón en la iglesia y lo sustituyó por uno de mayor dimensión hasta que el padre Fidel González, ex párroco de Santa Rosa, por cosas del azar, descubrió el cajón y al Niño allí guardado, quien volvió a los brazos de su Madre para cumplir con la procesión» (5)

En 1956, el Papa Pío XII autorizó la Coronación Canónica de La Divina Pastora, en conmemoración del primer centenario de su visita anual a Barquisimeto, siendo el obispo de la Diócesis, monseñor Críspulo Benítez Fontúrvel. 

Descripción

En cuanto a la sagrada imagen, se trata de una escultura sedente, tallada en madera, anónima y datada cerca de 1720 (aproximación ya que se estima que fuera realizada entre 1715 y 1724). Es una imagen de vestir, de la Virgen en su advocación de la Divina Pastora, sentada en un trono y acompañada por el Niño Jesús. El rostro, las manos y los pies están tallados en madera, recubiertos de yeso y policromados. Lleva la cabeza ligeramente ladeada hacia la izquierda, con larga cabellera de pelo natural y porta un sombrero que es cambiado al igual que su traje y su manto, en cada festividad. Su rostro es sereno, con una mirada dulce. En el brazo izquierdo sostiene al Niño Jesús que tiene cabello corto y oscuro, lleva los brazos extendidos y está vestido con una túnica. En la mano derecha, la Virgen sostiene un cayado de metal. Las articulaciones están sujetas con clavos al torso que también es de madera.

Posee alrededor de doscientos trajes constituidos por falda, delantal, blusa, pechera, zapatos y sombrero, donados por particulares para pagar alguna promesa. Estos donativos y los regalos dedicados a la Virgen se encuentran en el Museo Arquidiocesano de la Divina Pastora cercano a la iglesia de Santa Rosa. A la imagen le acompañan dos ovejas esculpidas de forma independiente. El conjunto tiene un gran parecido con la escultura conservada en Caracas por lo que se puede suponer que serían obra de una misma escuela escultórica, probablemente sevillana. 

Los profesores José Roberto Valecillos y María Gloria Díaz, describen con detalle el inicio y desarrollo de la procesión:

La imagen rodeada de flores es colocada en una de las naves laterales de la iglesia después de haber sido bajada del nicho central del altar mayor donde regularmente recibe a los devotos, cerca de la gente. La Virgen reposa en un trono bajo palio que luego servirá para transportarla durante la procesión. Ante ella desfilan madres con sus hijos de todas las edades, mujeres embarazadas y centenares de personas que le traen exvotos [sic], en una manifestación popular cargada de sentimientos. 

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En cuanto al arreglo de la Virgen, ocurre dos días antes a puerta cerrada «¦ «en cada procesión del 14 de enero la Divina Pastora estrena un traje, regalo de la persona que con esa entrega cumple una promesa»»¦ durante su visita a Barquisimeto el atuendo se le cambia cada quince días.

[«¦]

El 14 de enero, al amanecer, el tañido de las campanas anuncia que llegó el gran día. Por las calles de Barquisimeto comienza la romería de los que van a Santa Rosa caminando solos o en pequeños grupos, para asistir a las misas o buscar el lugar más estratégico en el camino que recorrerá la Virgen, aguardando pacientemente el paso de la imagen llevada en hombros.

[«¦]

Al caer la tarde de un día luminoso, ya que al decir de la gente «jamás llueve el 14 de enero», la Virgen se aproxima a la Catedral de Barquisimeto. Los fuegos artificiales y los cohetes son la señal de su arribo. Una vez instalada en la plaza frente a la catedral, se realiza una misa concelebrada por varios sacerdotes” (6).

Valores patrimoniales

Esta tradición centenaria, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII, alcanzó este año 2024, la centésima sexagésima sexta visita a Barquisimeto (en 2021 y 2022, las procesiones fueron virtuales, por lo que aunque han pasado 168 años desde su primera salida, este año se celebra la número 166). Tiene como base la fe religiosa y a la Divina Pastora se le extienden peticiones mientras los que pagan sus promesas participan en esta procesión multitudinaria, considerada la tercera peregrinación más grande del mundo (superada por la de la Virgen de Guadalupe en México y la de la Virgen de Fátima en Portugal), aunque la de Venezuela es la más larga en recorrido (más de 7 kilómetros). Cada año pareciera crecer la manifestación de fervor popular y desde 2006 se estima que ha llegado a los 2 millones de participantes, aunque se calcula que, en 2016, hubo una asistencia aún mayor de feligreses. Es también la patrona de la Milicia Bolivariana. 

Este año 2024, realiza un recorrido por 57 parroquias durante 70 días (hasta el 23 de marzo) ya que es tradición que retorne a su santuario, la Basílica Menor de Santa Rosa, el sábado previo al Domingo de Ramos. 

Fue declarada Bien de Interés Cultural de la nación el 22 de julio de 2005, según Gaceta Oficial N° 38.234.

Situación actual

Tras la visita realizada a Barquisimeto para apreciar cómo se verifican los actos en honor a la Divina Pastora, pudimos observar que la tradición está viva y que el pueblo sigue asistiendo masivamente a visitar a su patrona. En esta ocasión la procesión salió más tarde que en 2023, desde Santa Rosa (esta vez inició a las 11 am), y hasta las 3:00 pm no llegó hasta la Av Venezuela. La feligresía se apostó a esperarla a lo largo de la Av Lara mientras se cumplía otra tradición: regalar a los visitantes con frutas cítricas (naranjas), trozos de sandía, agua potable y helados refrescantes (los llamados chupi chupi). 

En su trayecto, la Virgen fue agasajada con serenatas y se escuchaban los fuegos artificiales, aunque no se podían apreciar por el día tan radiante y caluroso de este 14 de enero. Lo más destacable fue el río de gente que participó, acompañando a la dulce Virgencita en su advocación de Divina Pastora.  

Herminia Gutiérrez

Fuentes consultadas

Breve Historia de La Divina Pastora. En Parroquia Santa Rosa de Lima, 2 de enero de 2019. Consultado el 09 de enero de 2024 (2) (3) (4)

Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2007. Estado Lara. Municipio Iribarren. Instituto del Patrimonio Cultural (PDF), Caracas, 2008. Págs. 138 y 139.

Celebración de la Divina Pastora: 286 años brindando su santa protección al pueblo venezolano. En AVESSOC, 12 enero de 2022. Consultado el 09 de enero de 2024

Cuervo, Ricardo. Nuestra Señora la Divina Pastora de las Almas. En Catholic.net, S/F. Consultado el 09 de enero de 2024 (1)

Divina Pastora. En ucla.edu.ve, S/F. Consultado el 09 de enero de 2024

Donet, Leonardo. Origen y difusión del tipo iconográfico de la Divina Pastora. Trabajo Final de Máster en Historia del Arte y Cultura Visual Universidad de Valencia, España, 2013. Páginas 110 y 112

Perozo, Luis. Cómo eran las procesiones de la Divina Pastora. En El Impulso.com, 12 enero de 2020. Consultado el 15 de enero de 2024 (5)

Rivas, Gustavo. Conoce la Historia de la Virgen de la Divina Pastora en su 164 edición. En noticias.com.ve, 14 de enero de 2021. Consultado el 09 de enero de 2024

Valecillos, José y Díaz, María. La Divina Pastora, manifestación cultural y religiosa en Venezuela. En Ensayo y Error, Revista de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Simón Rodríguez, Año XVII. Nº 35, 2008. Páginas 60-62 (6)

Villarroel, Mary. La historia de la Divina Pastora, una “equivocación” que se volvió milagrosa. En Ocean Drive Venezuela, 14 de enero de 2022. 

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