
Cada año, en honor a la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela, se conmemoran los eventos de su aparición y su coronación canónica, los días 8 y 11 de septiembre. También, el 2 de febrero, se celebra la entrada de la imagen a la ciudad de Guanare, hecho ocurrido en 1654 (hace 370 años) coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora de La Presentación, de facto la reliquia de Coromoto representa a la Virgen como Madre de Dios en este misterio.
Además de la tradición oral, ya señalaba José Oviedo y Baños, en 1723, que Guanare “…goza la fortuna de tener en su iglesia colocada la milagrosisima imagen de Nuestra Señora de Coromoto, portento de maravillas y prodigio de milagros, a cuya piedad ocurren en devotas romerías de todas las provincias circunvecinas, unos a buscar remedio necesitados y otros a cumplir promesas agradecidos” (1).
Nombre: Festividades y Solemnidad de Nuestra Señora de Coromoto.
Fecha: 8 de septiembre de 1652 (Aparición al Cacique Coromoto y su familia) y 11 de septiembre de 1952 (Coronación de la Virgen).
Tipo de patrimonio: Intangible / Tradiciones religiosas.
Administrador custodio o responsable: el pueblo venezolano, la Diócesis de Guanare y el gobierno regional (Estado Portuguesa).


Historia
Las festividades en honor a la Virgen de Coromoto tienen su origen en la tradición que se remonta al año 1652, según la cual una mujer de gran belleza con un niño en brazos, se presentó en un paraje montañoso y cerca de una quebrada, ante el cacique de la tribu de los indios Cospes, Coromoto, y su mujer.
En este encuentro, la Virgen los conminó a que fueran donde “los blancos” para que los bautizaran. El cacique contó lo sucedido a su tribu y al encomendero español Juan Sánchez quien, junto a su esposa y a un fraile capuchino, comenzó la labor de evangelización de los indígenas.
El duro trabajo y la poca libertad de la que ahora gozaba, hicieron que el cacique estuviera a disgusto y no se bautizara, más bien huyó a la selva mientras el resto de la tribu era bautizada. De vuelta a su choza donde se encontraban su mujer, una cuñada y un sobrino, volvió a aparecérsele la misma señora, pero esta vez él no la recibió con beneplácito, más bien le preguntó hasta cuándo lo iba a perseguir y recalcó que no se iba a bautizar. Acto seguido, trató de herirla de un flechazo. Ella se le acercó y él intentó agarrarla, pero desapareció. No obstante, Coromoto creyó que la tenía en su puño cerrado. Al abrir la mano, los presentes pudieron ver una pequeña imagen luminosa en la que reconocieron a “la bella señora”. Coromoto amenazó con quemar la imagen que envolvió en una hoja de plátano y la escondió. Su sobrino esperó a que todos durmieran, fue a buscar al español y le contó lo acaecido. Luego sacó de su escondite el envoltorio y Juan Sánchez pudo constatar que era una imagen de la Virgen con el Niño. Se la llevaron a Soropo y allí levantaron un altar improvisado. Ya desde ese entonces a la imagen se le llamó Nuestra Señora de Coromoto. Todavía el cacique estaba reacio y decidió partir al monte. En el trayecto, fue picado por una culebra y ante la inminencia de la muerte, rogó que alguien lo bautizara. Un transeúnte, oriundo de Barinas, al escuchar sus lamentos y sabiendo que cualquier persona bautizada podía hacer lo mismo con otra en trance de muerte, lo bautizó ahí mismo. Coromoto no murió, más bien pudo levantarse y llegar hasta los suyos.
La imagen recuperada por Juan Sánchez, permaneció en su casa aunque su pretensión era llevarla ante el sacerdote, pero debido a la crecida de los ríos le fue imposible. Cuando logró llegar a Guanare y se la presentó al vicario, este no creyó en el origen divino de la reliquia y Sánchez se devolvió a su casa con la reliquia. Durante ese tiempo, muchos viajeros se acercaban para rezar y pedirle favores a la Virgen. Finalmente, el vicario, Don Diego Lozano, solicitó que fuera llevada la Imagen para ser venerada en Guanare, hecho acaecido el 2 de febrero de 1654 -aún no había sido edificada la catedral, que data de 1710-.
Pasado el tiempo, la población se trasladó a las Llanuras de San José, junto al padre capuchino José de Nájera. En 1698, retornaron a Guanare, y llegó allí fray Diego de Olaya quien estaba en busca de ayudas económicas para continuar con el culto a la imagen de Nuestra Señora del Topo, que representaba a la Virgen en el momento del descendimiento de Cristo de la Cruz, y venerada en la Catedral de Santa Fe de Bogotá. Le acompañaba el español Marcos Paredes de San Nicolás, quien pagaba una promesa hecha a la Virgen de Coromoto. A su regreso a Guanare, Paredes pidió permiso al vicario para construir una ermita en honor a la Virgen de Coromoto. Este le recomendó ubicar el lugar original de sus apariciones, ya que nadie parecía saberlo. Tampoco prosperaron las investigaciones de Paredes hasta que le indicaron que los Cospes sabían en dónde había ocurrido el hecho milagroso, pero estos estaban internados en las montañas. Desalentado, decidió levantar la capilla en donde se encontraba y, mientras cortaba los troncos para su construcción, se presentaron unos indígenas quienes afirmaron que el lugar donde había colocado una cruz era donde el cacique Coromoto había señalado que había visto a la “Bella Señora”. Construida la ermita fue nombrado este lugar como Aparición de Coromoto de Tucupido.
Para registrar la fundación del poblado, Marcos Paredes se dirigió a Caracas y halló en Camoruco a la indígena cuñada del cacique Coromoto y testigo de la aparición del 8 de septiembre de 1652. Siguieron camino juntos y ya en Caracas, Paredes mostró todas las pruebas de las apariciones al obispo Diego de Baños y Sotomayor quien las aprobó y autorizó la formación del pueblo y la recolección de limosnas para levantar una iglesia. El gobernador, Nicolás de Ponte, también aprobó el registro del pueblo Aparición de Coromoto.
El 7 de octubre de 1944 el papa Pío XII declaró a la Virgen de Coromoto “Patrona de la República de Venezuela”, y el 11 de septiembre de 1952, al cumplirse 300 años de la aparición, ordenó su coronación canónica. Para que fuese aprobado este ritual, se realizó un proceso de investigación y demostración de que la imagen era venerada por una población desde hacía largo tiempo además de que su culto seguía en expansión.
Descripción
Esta advocación mariana es celebrada el 2 de febrero, el 8 y el 11 de septiembre, con misas solemnes en su honor. La festividad del día 2 de febrero rememora y celebra el traslado de la imagen de la Virgen desde Tucupido a Guanare, hecho ocurrido en 1654. Para la ocasión, y como es tradición, se celebró una misa a las 6:00 de la mañana en las ruinas del antiguo templo de Tucupido, seguido de una caravana con la reliquia hasta el Parque Recreacional José Antonio Páez en Guanare, desde donde la feligresía partió en procesión hasta la Basílica Catedral de Guanare, donde se celebró una misa solemne oficiada por el obispo Owaldo Araque.





El 8 de septiembre, tradicionalmente dedicado a la Virgen por ser su día, también se conmemora su segunda aparición -caso inédito en el mundo, que además dejó una reliquia, una de las dos únicas mariofanías- y el 11 de septiembre se celebra un año más de su coronación canónica.
La reliquia es un óvalo que mide 2,43 cm de alto y 1,9 cm de ancho. El material que le sirve de soporte es una especie de papel con base en fibras de algodón. Esto se determinó tras la restauración llevada a cabo en 2009, en la que se tomaron algunas muestras que fueron analizadas en el laboratorio de microscopía electrónica de la Universidad Central de Venezuela. Los estudios que se realizaron desde 2017, demostraron que los rasgos de la Virgen presentan tanto tipología indígena como europea.
Es una imagen sedente, solo se observa medio cuerpo y sostiene al Niño Jesús en su regazo. Ambos están coronados. La Virgen envuelve con sus manos, que son especialmente grandes, al Niño tocando solo los bordes de sus vestiduras y presentándolo como centro de su mensaje. Su postura es frontal, miran de frente, y el trono en el que se encuentra sentada, presenta dos columnas unidas por un arco formando el respaldar. Estas columnas presentan un entramado que semeja la entrada de las chozas de los indígenas. El Niño sostiene con su mano izquierda un orbe que simboliza el dominio de la fe cristiana en el mundo, y tiene su mano derecha levantada en actitud de bendecir. La Virgen lleva un manto sobre sus hombros y un velo que cae simétricamente cubriendo sus cabellos.
Su rostro es claro, de mirada serena, con una sutil sonrisa. Según algunas fuentes, dentro del iris de su ojo izquierdo se aprecia la imagen de su aparición. También, del lado izquierdo, en el cabello, se observa la imagen de la Catedral de Guanare, su primer Santuario (que no existía para el momento en que la reliquia le fue otorgada al indígena). Se aprecia que está representada apenas con trazos -algunos son puntos, otros son líneas rectas, diagonales o curvas-. Su manto es de color rojo lo que se aprecia especialmente en los pliegues sobre los que descansa el NIño.



El Niño Jesús lleva una vestimenta a la usanza española del siglo XVII: chaquetilla con botones, abierta en ángulo de 40° a la altura del cinturón, pantalones hasta las rodillas y medias, pero no se puede apreciar los zapatitos, porque en este punto la reliquia fue cortada.
La composición es piramidal, lo que nos lleva a varios significados: la Santísima Trinidad, la Iglesia y la familia, especialmente porque La Virgen se aparece no solo al cacique Coromoto, sino a su grupo familiar.
En 1987, el obispo de Guanare, Monseñor Ángel Polachini, solicitó que un experto en restauración fuera enviado por el Vaticano. Este analizó la reliquia y recomendó no tocarla, por el riesgo de su destrucción. Actualmente, ya que la imagen ha seguido modificándose, delante de la Virgen, sobre su pecho y detrás del Niño, se aprecia una mancha blanca que asemeja un cordero de pie (recordemos que uno de los símbolos del catolicismo es el cordero).
El día 11 de septiembre de este 2024 se cumplieron los 72 años de su coronación, para lo cual la diócesis de Guanare diseñó un cronograma que inició a las 7:00 am en el parque La Aparición, punto de partida de la “Caminata Coromotana”. En horas de la tarde, partió la caravana con la reliquia hasta el Campo de la Coronación, espacio donde se encuentra el monumento de concreto de 18m de altura, realizada por el arquitecto Antonio del Villar, en el que destaca la imagen de la Virgen de Coromoto, de pie y con una cruz detrás de ella. Allí dio inicio la danza de los indígenas Cospes para homenajear a la Virgen, seguida de la misa solemne que comenzó a las 5:00 de la tarde. A las 8:00 pm fue llevada en procesión hasta la Catedral de Guanare en donde se ofició otra misa en su honor.
Valores patrimoniales
La reliquia es el centro de esta celebración como materialización de la aparición de la Virgen y su posterior coronación. Se ha preservado aunque se ha podido constatar, tras los estudios realizados en los años 2009 y 2017, que la imagen sigue renovándose.
El relicario que preservaba la reliquia desde 1652 fue sustituido por otro en 1948. Para los estudios realizados en 2009, fue necesario abrirlo y se temía que la reliquia se desvaneciera. Los científicos trataron de abrir el relicario, lo que fue imposible hasta que “la especialista la colocó sobre la mano del sacerdote esta automáticamente se abrió sola” (2). La imagen se había pegado al vidrio y, para despegarla se aplicó únicamente agua que se purificó totalmente, como arrojó el análisis posterior. “La imagen, muy deteriorada, estaba fracturada, tenía hongos y una mancha de óxido. Sin manipularla ni aplicar químicos, comenzó a desprenderse sola. La imagen se blanqueó sin utilizar químicos: Blanqueamiento natural (estabilización del PH). Al medir el ph del soporte y contenedor, encontraron acidez, todo estaba contaminado, excepto la imagen, que se mantiene con un ph neutro” (3).
La historia nos demuestra la veneración que se le rinde a esta advocación mariana que dejó para el pueblo venezolano y para el mundo, su imagen. Se trata de una de las dos únicas mariofanías que se conocen (la primera fue la de la Virgen de Guadalupe, en 1531).
Situación actual
Esta tradición centenaria, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII, se ha mantenido en el tiempo pasando de una veneración iniciada en Guanare, lugar de su aparición, hasta extenderse por toda Venezuela ya que la Virgen de Coromoto fue designada como Patrona del territorio nacional.
Continúan yendo en peregrinación miles de feligreses para visitarla, ya en el Santuario Nacional, ya en las procesiones que se realizan para conducir su imagen desde el Parque de la Aparición hasta el Campo de la Coronación, ya desde este emplazamiento hasta la Catedral de Guanare, su primer Santuario. En todos estos actos multitudinarios, se observa la preservación de la tradición y de la fe en la Virgen de Coromoto.
Ubicación
Quebrada de la Virgen, Final de la avenida Juan Pablo II, Guanare, Estado Portuguesa.
Fuentes consultadas
Briceño, Patricia. Así será la celebración de los 372 años de la aparición de la Virgen de Coromoto (+Cronograma). En Meridiano.net, 05 de septiembre de 2024. Consultado el 6 de octubre de 2024.
Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2007. Estado Portuguesa Municipio Guanare. Lo Construido. Instituto del Patrimonio Cultural (PDF), Caracas, 2008. Pág. 75, 94 y 118.
Coronación. En la página web Virgen de Coromoto, S/F. Consultado el 26 de septiembre de 2024.
Estudio de la Sagrada Imagen. En la página web Virgen de Coromoto, S/F. Consultado el 18 de octubre de 2024. (2) (3)
Oviedo y Baños, José de. Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela. Biblioteca Ayacucho (PDF). Caracas, 2004. Pág. 424. (1)
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