
La historia de la Patrona de Aragua quizás es menos conocida que la de otras apariciones y manifestaciones marianas en Venezuela. Sin embargo, tiene una relación estrecha con el devenir histórico de esta nación y una de sus familias más ilustres, los Bolívar.
Según la tradición, su hallazgo se verificó en la tierra (su reliquia salió de un montículo), por lo que no resulta casual que los lugareños tengan gran orgullo por la calidad y fertilidad de la misma. También estaría relacionada con el trabajo del campo y con la deferencia de la Virgen por los nativos ya que se manifestó ante una pareja de indios quiriquire cristianizados y bautizados, mientras realizaban labores cotidianas en el patio de su casa, en la forma de una pequeña medalla de color plomizo con la imagen de la Virgen. El hecho ocurrió el 26 de noviembre de 1709 y rápidamente se extendió su veneración, identificándosele como la Virgen de Belén.
Nombre: Devoción por Nuestra Señora de Belén y capilla en la iglesia de San Mateo donde se encuentra la custodia que contiene su reliquia.
Fecha: Su festividad rememora su hallazgo, cada 26 de noviembre.
Tipo de patrimonio: Intangible / Tradiciones religiosas // tangibles (santuario dedicado a la Virgen de Belén y su capilla en la iglesia de San Mateo) .
Administrador custodio o responsable: Diócesis de Maracay y Alcaldía del Municipio Bolívar.
Historia
La población de San Mateo fue fundada, según se aprecia en una placa en el casco colonial, el 30 de noviembre de 1620, como hicieron constar el capitán Pedro Gutiérrez de Lugo y el presbítero Gabriel de Mendoza, representando al gobernador, Don Francisco de la Hoz Berrío, y al obispo, Fray Gonzalo de Angulo. En la misma placa, también se señala que se erigió la iglesia bajo el patronazgo del evangelista San Mateo. Para el momento, la zona estaba poblada por los indios quiriquire y meregote quienes estaban sometidos al régimen de encomiendas, entre las que se encontraban la de Don Antonio de Bolívar, la de don Tomás de Aguirre y la de don Pedro Sánchez Borrego.
Era un pueblo fundamentalmente habitado por indígenas cuyo cacique era Mateo de Oroguaypuro, Oroguaipur u Oreguaypur, quien había obtenido para su gente “el derecho a la legua de tierra que les fue adjudicada por Ley de Indias de 1642 y de la que habían sido despojados” (1). Fray Nicolás de la Torre era el sacerdote que oficiaba las misas y convertía a los nativos a la fe católica con sus clases de catecismo, en la iglesia construida por los indígenas de las encomiendas, usando sus habituales métodos constructivos de barro y bahareque. Muy cerca de la iglesia se encontraba la casa de Tomás José Purino e Inés Heredia, su esposa. Mientras este cortaba leña en su patio, ocurrió un evento catalogado como milagroso. “A medida que trabajaba notó que la tierra se movía cerca de él y se levantaba. Inés Heredia lo atribuyó a los golpes del palo sobre la tierra. No. Mientras Purino rajaba el tronco, se formó una prominencia y en el centro de ella una como fisura o agujero” (2). “Vieron entonces que de la oquedad emergía hasta quedar parada sobre la tierra una imagencita no más grande de una moneda de dos bolívares. La crónica describe un vellón” (3). En la medalla estaba representada una Virgen sentada sobre una media luna, con el Niño Jesús de pie sobre su pierna derecha que, con la mano izquierda, lo sostenía por su costado derecho, mientras con la mano derecha tocaba su pie izquierdo. Tomaron la medalla con un paño y entraron con ella a su casita, en donde rezaron el rosario junto a otros indígenas que se enteraron del hecho, entre ellos María Micaela, madre de Purino.
Tuvieron la imagen en su casa durante trece días, hasta que Fray Nicolás solicitó que fuera trasladada a la iglesia. Purino solicitó que se le permitiera atender el altar donde sería colocada la Virgen y Fray Nicolás colocó la imagen en un tabernáculo de la Inmaculada Concepción. Al día siguiente se iba a oficiar una misa en honor a la Virgen, pero cuando se abrió el sagrario, todos los presentes pudieron observar que la reliquia había cambiado de color. Tempranamente la imagen recibió el nombre de Nuestra Señora de Belén, por su notable parecido con la advocación mariana proveniente de España.
También se le adjudicaron algunos milagros como la curación de casos de viruela, sarampión o accesos de tos. Al igual que en otras comunidades agrícolas, en tiempos de sequía severa se recurrió a su mediación para que no se perdieran las cosechas y pronto su devoción se extendió en el poblado llegando hasta las familias principales y a los oídos del obispo de Caracas, Antonio Diez Madroñero, quien ordenó abrir, en 1765, un proceso que estuvo a cargo del padre Julián de Ángel y García. En esta investigación se revelaron otros cambios en la imagen, por lo que se presume su auto regeneración. “Al principio la imagen apenas medía dedo y medio y desde que se la llevó a la iglesia creció dos tercios más. Cuando se le aparece a Purino carece de nubes y los dos querubines de entrambos lados de los cuernos de la luna” (4).
En la visita del Obispo Mariano Martí a San Mateo en 1781, dejó constancia de que el oratorio de la hacienda El Palmar, perteneciente a don Miguel de Aristeguieta, estaba dedicado a la Virgen de Belén, y comentó el proceso realizado por su antecesor: “El señor (Antonio Diez) Madroñero, por auto de 21 de marzo de 1765 cometió la información de varios milagros de esta Nuestra Señora de Belén al presbítero don Pablo Julián del Angel y García, y después en Valencia, a 23 de enero de 1768 aprobó estos milagros y dio licencia para que se publicasen y se pudiesen imprimir, precediendo antes al parecer y dictámenes de hombres doctos y virtuosos” (5).
También visitó la iglesia de San Mateo. “…Es de una sola nave, sus paredes de tapias y rafas, cubiertas de texa y obra limpia. Está medianamente ornamentada. Está de continuo colocado su Divina Magestad. Está aseada y tiene algunos retablos. (…) A la banda del evangelio hay una Capilla que haze como una nave colateral, en donde está el altar y imagen de Nuestra Señora de Belén, de bronze, de medio relieve, de un cuarto y medio a un palmo de vara, poco más o menos. En tiempo de mi antecesor, el año de 1765, se amoldaron algunas imágenes por ésta, y comúnmente se dize que esta imagen original crece o se aumenta…” (6). Sin embargo, como Santo Tomás, se remitió a las pruebas: “…yo he hecho la experiencia de cotejarla con un exemplar amoldado que se sacó en dicho año, y esta imagen original no ha crecido, ni ha aumentado sino muy poco, y es lo mismo casi que el exemplar amoldado, y en la cabesa o sobre la cabeza tiene la original una cosa pequeña, del canto de una peseta, que no tiene la amoldada; en lo demás, casi lo mismo es una que la otra” (7). En su reseña además comentó que, del lugar donde hizo su aparición la imagen de la Virgen, los visitantes sacaban tierra para llevar a sus campos con la devoción de hacerla más fructífera, práctica que se ha extendido hasta nuestros días como reliquia a los peregrinos.
En el Libro de Inventarios de esta visita del obispo Martí, se describe el relicario en forma de «Custodia de sol, de unas tres cuartas de alto, toda de plata sobredorada con varios serafines con labores de plata sin dorar» (8), donado por don Miguel de Aristeguieta. Posteriormente, la custodia fue sustituida por una obra de orfebrería británica del siglo XIX, donada por María Antonia Bolívar de Clemente, hermana del Libertador. También, para la iglesia de San Mateo, el coronel Juan Vicente de Bolívar y Ponte, había donado una campana, una imagen de la Santísima Trinidad coronando a la Virgen, una lámpara de plata y 300 pesos para la adquisición del aceite de la misma.
Durante la guerra, cuando se perdió la primera república en 1812, la iglesia también sufrió la destrucción del terremoto. Para preservar la reliquia de Nuestra Señora de Belén, esta fue trasladada a la Hacienda Cantarrana, en donde se preparó un altar provisional. Según la tradición, durante el asedio a San Mateo, entre abril y mayo de 1814, por José Tomás Boves, Simón Bolívar imploró la protección de sus tropas a la Virgen de Belén. Según Armas Alfonzo: «En un momento en que todo parecía perdido, Bolívar tomó entre sus manos la custodia y la puso frente a la Legión Infernal que irrumpía aquel día por abras y colinas hacia la casa del alto, donde ya se libraba encarnizada batalla. La explosión sorprende al enemigo y Boves mismo ordena la retirada y abandona el campo. Los cadáveres esteran los caminos de la huida sorpresiva» (9).
Otro milagro que se le atribuye, ocurrió en el año 1918, durante la gripe española. El pbro. Luis Rafael Romero Sánchez imploró la protección de la Virgen logrando que pasara la peste. A solicitud de este sacerdote, el 10 de noviembre de 1927 fue decretada la Coronación Arquidiocesana de la imagen de Nuestra Señora de Belén, acto que se verificó el 25 de noviembre de 1928. Su Coronación Canónica se produjo el 31 de enero de 1965, tras solicitud de mons. José Alí Lebrún y mons. Feliciano González, primer y segundo obispos de Maracay.
En 2004, la Virgen de Belén fue nombrada patrona de Aragua y cuarto símbolo de la entidad, por decreto del gobierno regional.


Descripción
Las imágenes y la reliquia de la Virgen de Belén son parte de la Colección de la Iglesia de San Mateo. Este templo data de 1620 cuando fue construido por los indígenas de las encomiendas. Está conformado por dos capillas, el presbiterio y la sacristía. De estilo colonial, la fachada blanca presenta tres puertas de arcos de medio punto, enmarcadas por dobles pilastras a cada lado, pintadas de azul turquesa; las molduras como cornisas, bases y capiteles, están pintados en dorado. El portón que da acceso a la nave central presenta, en el nivel superior, un vano de arco rebajado con enrejado y molduras decorativas de líneas curvas a los lados. Está rematado por un frontón triangular sobre el cual se eleva la cruz. Presenta techo a dos aguas, de tejas.
La única torre arranca sobre la nave lateral izquierda; es de fuste cuadrado, con molduras en las esquinas y cornisas sencillas que separan los niveles, pintadas en azul turquesa. En el segundo piso (intermedio), presenta dobles vanos de arco de medio punto en cada cara; y, en el tercer nivel, el reloj (también en cada cara) permitiendo que pueda verse la hora desde cualquier punto del poblado; se remata con un frontón triangular que se antepone a la cúpula semiesférica dorada.





El interior de la iglesia es de planta rectangular dividida en tres naves por pilares y arcos formeros. Los vanos adintelados están ornamentadas con vitrales sencillos, con una cruz en color amarillo, en el centro. En la capilla de la Virgen de Belén hay un vitral colorido que representa el hallazgo de la reliquia por Tomás José Purino, y en ambas capillas hay vanos semiesféricos con vitrales que representan los rayos solares, también de distintas tonalidades del amarillo.
En la nave central se encuentra el altar mayor con un retablo dorado tallado por Gregorio y Juan Francisco de León Quintana, datado en 1740 y proveniente de la Iglesia San Jacinto de Caracas (del Convento de San Jacinto) devastada por el terremoto de 1812. El retablo presenta dos pisos separados por una cornisa y tres calles con columnas a los lados de los seis nichos que se distribuyen simétricamente. En el centro del piso inferior se encuentra la imagen del evangelista San Mateo, vestido de verde y con las escrituras en su mano izquierda y una pluma en la mano derecha. Sobre esta imagen, en el piso superior, se encuentra una cruz de madera que mide aproximadamente 1,50 m y fue donada por la familia Bolívar. A los lados del Crucificado, se encuentran: del lado derecho, una imagen del apóstol San Juan, de autor y origen desconocidos, con el rostro mirando al frente y vistiendo túnica blanca y capa corta de color verde; y, a la izquierda, una imagen de San Luis Gonzaga, con un crucifijo entre sus manos y un nimbo de bronce detrás de su cabeza. En el nivel inferior, del lado derecho del retablo, se ubica una imagen de la Virgen, con su rostro inclinado y ladeado para mirar al Niño que lleva en su brazo izquierdo; éste eleva los brazos abiertos en cruz; a sus pies, una inscripción que reza: “Mater Dei”. En el último nicho, del lado izquierdo, se encuentra la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, con la mano derecha levantada en el gesto de bendecir.
En el altar dedicado a la Virgen de Belén se encuentra “una pieza de orfebrería elaborada por el artesano español Joaquín García Gamarra, en plata repujada, compuesto por seis torres y 21 campanitas de oro, con ángeles y corona, esta pieza fue realizada con motivo de la coronación canónica de la Virgen de Belén que se llevó a cabo el 31 de enero de 1965” (10). Es también parte de la colección, una custodia de bronce, decorada con piedras semipreciosas, que fue solicitada por el pbro. Ramón Wendivoel y mandada a hacer por doña María Antonia Bolívar de Clemente, a Londres, siguiendo el diseño de fray Nicolás de Odena.
Otras imágenes que encontramos en los altares de la iglesia y de valor patrimonial son un San José vestido con túnica azul con bordes dorados, con un ramo de nardos y que fuera probablemente un donativo ya que presenta una inscripción que indica: «Estefanía de Valaino. Al templo de San Mateo. 1903”. También un San Antonio de Padua con su ramo de azucenas, talla proveniente de España, y una Virgen del Carmen, con peluca marrón, manto bordado con encaje dorado que en su mano derecha sostiene varios escapularios y en su brazo izquierdo lleva al Niño Jesús; al lado de su altar se encuentra una antigua placa que señala que fue una ofrenda de un devoto de esta advocación mariana, donada en 1915. Finalmente se encuentra un grupo con un Cristo Crucificado, de cabello largo, rostro caído a la izquierda, ojos cerrados, clavado de pies y manos a la cruz. A su vera, La Dolorosa, de origen español, una imagen de vestir que lleva túnica blanca con manto negro, el rostro ligeramente gacho y sosteniendo en su mano derecha un pañuelo blanco.
A pocos metros de la iglesia, se encuentra el santuario de la Virgen de Belén, edificado en el lugar donde fue encontrada la reliquia y construido a mediados de la década de los 20 ‘s, según las fuentes, con motivo de la Coronación Arquidiocesana. Se trata de una capilla de planta casi cuadrada, realizada en cemento y piedra, cubierta por una cúpula semiesférica también de cemento. Solo presenta una entrada, un vano de arco de medio punto, cerrado por un montante metálico. La bendición de este templete se efectuó el 26 de noviembre de 1926. Estuvieron presentes en el acto el padre Dominico Fray Andrés Mesanza, historiador de origen colombiano, y el Arzobispo de Caracas quien realizó la bendición de la capilla.
En su interior se encuentra un altar sobre el cual se ubica una réplica, en mayores dimensiones, de la Virgen de la reliquia, flanqueada por sendos ángeles de rodillas ante ella. Detrás de este pequeño altar se encuentra un mural que representa el hallazgo milagroso por la pareja de indígenas, y sobre el mismo, la cúpula trabajada en estuco y decorada con motivos dorados.
Valores patrimoniales
Tanto la reliquia de la Virgen de Belén como algunos de los objetos e imágenes religiosas que se encuentran en la iglesia de San Mateo y, en particular, en la capilla dedicada a esta advocación mariana, son considerados de interés histórico además de su valor religioso como parte del acervo cultural de la región.
La estrecha relación entre la familia Bolívar, en donde se encontraba su hacienda (conocida actualmente como Ingenio Bolívar) quedó patente en los donativos que realizaron a lo largo de los siglos XVII, XVIII y XIX, como consta en los inventarios: una mesa de altar tallada en madera de 1,20 m de alto por 1,10 m de ancho (donada en 1620); una lámpara de metal de 1,10 m de altura, con cuatro pilares que, en su base inferior presenta una inscripción que reza: «La dio de limosna el colón de Juan Vicente de Bolívar año de 1785»; una campana de bronce donada por doña Concepción de Palacios, que data del año 1791, actualmente ubicada en el lado izquierdo del altar mayor, considerado objeto de interés histórico ya que, según “la tradición oral, «¦se le hizo repicar con insistencia el 25 de marzo de 1814, para anunciar el triunfo patriota sobre el ejército (sic) realista durante la segunda Batalla de San Mateo” (11); y una imagen de la Santísima Trinidad coronando a La Virgen de Belén, también donada por la familia Bolívar en 1791, la cual fue restaurada y hoy por hoy se encuentra protegida dentro de una caja de madera y vidrio.
De gran importancia para la historia patria y el arte colonial venezolano, son tanto la iglesia que supera los 400 años de fundada, como la veneración a la Virgen de Belén que arribó, en 2024, a los 315 años de tradición, además de ser la patrona del estado Aragua desde 2004.
Situación actual
El santuario se mantiene en buen estado, además se ejecutaron varias remodelaciones en la entidad con la intención de dar un impulso importante al turismo histórico-religioso en la región (p. e. en la Plaza Bolívar), proporcionando guías que se detienen en espacios previos a los lugares de peregrinación, con el fin de explicar datos históricos de la fundación de este poblado y su relación con la familia Bolívar. Es de hacer notar la aseveración que dan los guías turísticos acerca del mural que da la bienvenida a los visitantes y que tiene como centro la imagen de la Virgen de Belén, realizado con tapas plásticas y anterior a los murales realizados por otros artistas en la ciudad de Caracas, p.e. el “Ökomural” del Hatillo.
También, en la iglesia de San Mateo se hizo un trabajo de remodelación en el retablo del altar mayor en los meses de septiembre y octubre.
En cuanto a la reliquia, se mantiene en buen estado dentro de la custodia que ya pronto arribará a los 60 años, desde su Coronación Canónica.
Ubicación
Calle Bolívar con calle Belén, frente a la plaza Bolívar, San Mateo, Municipio Bolívar, Estado Aragua.
Herminia Gutiérrez
Fuentes consultadas
26 de Noviembre es el día de «La Patrona de Aragua». Post del Blog “C.J Maria Reina de la Juventud”, 19 de noviembre de 2008. Consultado el 30 de diciembre de 2024
311 años de la aparición de Nuestra Señora de Belén. En el sitio web de la Conferencia Episcopal Venezolana, 26 de noviembre de 2020. Consultado el 28 de diciembre de 2024
Borges, Francisco. Iglesia de San Mateo. En sitio web de la Alcaldía del Municipio Bolívar. 18 de agosto de 2022. Consultado el 28 de diciembre de 2024 (10) (11)
Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2007. Estado Aragua, Municipios Bolívar y José Félix Ribas. Instituto del Patrimonio Cultural (PDF), Caracas, 2008. Págs 10, 33, 68 y 98
Nuestra Señora de Belén, devoción de la familia Bolívar. Post del Blog “Lecturas, yantares y otros placeres”, 29 de mayo de 2012. Consultado el 28 de diciembre de 2024 (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9)
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